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¿Cuál diría que es el pegamento que une la cultura andalusí? ¿La base sobre la que se cimientan monumentos universales como La Alhambra, la Mezquita de Córdoba o la Torre del Oro? ¿Cuál es el secreto, el alma, el conjuro que resuelve el misterio? «La matemática es el pegamento que lo une todo», responde Álvaro Martínez Sevilla, en la sala de exposiciones del Cuarto Real de Santo Domingo, rodeado de 24 apasionantes paneles repletos de secretos. «Las facetas histórica, artística, arquitectónica y simbólica, todas se unen mediante la matemática –sigue Martínez, tan didáctico como emocionado–. En algunos casos, la matemática nos dice cuál es la interpretación simbólica de la decoración y, en otros, nos ayuda a ver cómo se ha llegado a ella. La matemática nos cuenta la evolución histórica de los monumentos y nos revela las pautas en su diseño arquitectónico. La matemática es, sin duda, el crisol donde todos esos aspectos se van fundiendo».
La Fundación Descubre organiza 'Paseo Matemático Al-Ándalus', una muestra abierta al público hasta el próximo 9 de enero (martes a sábado, 10.30 a 13.30 y 17.30 1 20.30 horas) que desvela, desde la matemática, las claves de los monumentos más significativos de los grandes periodos del Al-Ándalus: La Alhambra; la Mezquita y la Sinagoga de Córdoba; y la Catedral, el Real Alcázar y la Torre del Oro, en Sevilla. Álvaro Martínez, investigador del Instituto Andaluz en Ciencia de Datos e Inteligencia Computacional, es el director del proyecto y comisario de la exposición. «Este es el fruto de una investigación multidisciplinar, posible gracias a tecnologías de última generación».
El objetivo de los paneles es dar sentido a lo simbólico, descubrir pautas de diseño y establecer elementos que tracen la historia de los monumentos. «Cada panel se centra en un concepto matemático y, aunque se pudiera hablar de otros, no los muestra para no reiterar», explica Martínez. La mitad de los paneles están dedicados a La Alhambra y, si observan con atención, se encontrarán con algunas resoluciones inesperadas. El paseo empieza en la Puerta de la Justicia. «Las imágenes de la exposición están sacadas con fotogrametría, una técnica muy potente que da una visión fiel y exacta de la realidad, no como cualquier fotografía que la deforma». Los cuatro recodos, su pendiente y su estrechez convertían esta entrada en el mejor escudo de La Alhambra. «Es lo que llamamos geometría defensiva».
En la Puerta del Vino había un mosaico muy llamativo que desapareció con el tiempo. «Lo hemos reconstruido digitalmente, que no se había hecho, y lo hemos pegado a la puerta. La intención es proyectar un modelo 3D, realizado por el profesor Carlos Ureña, sobre la puerta para que se vea cómo fue la decoración original». La Fachada de Comares fue, desde el principio, muy innovadora: un cuadrado base define toda la fachada y sus diagonales se utilizan para poner las puertas. «Las proporciones son cordobesas. Aquí no hay ni una sola proporción áurea, como se ha dicho tantas veces».
En el Patio de los Arrayanes se profundiza en el concepto de simetría. «El patio fabrica simetrías por todos lados, de izquierda a derecha y de arriba abajo, con el estanque. Tanta es la simetría que hay unas epigrafías en árabe, sobre las puertas, que se pueden leer de derecha a izquierda y de izquierda a derecha. Una de ellas, por ejemplo, dice 'ventura'». El Salón del Trono, como no podía ser menos, es un prodigio de la geometría. Y la geometría es absoluta protagonista: «Los mosaicos de las alcobas laterales tienen motivos distintos pero comparten una misma característica matemática: están hechos con la técnica de simetría con desplazamiento. Los mosaicos centrales, sin embargo, no tienen ese deslizamiento. Y ahí iba el trono. La geometría marcaba el lugar».
El Patio de los Leones está sometido al principio de la modulación, esto es, tomar una pieza arquitectónica como módulo que se repite en el espacio. «En el patio el módulo son los templetes, once veces de largo y cinco de ancho». La muestra permite 'visitar' el Patio del Harén, cerrado al público. Un rincón que guarda una peculiaridad: «Tiene una decoración de lacería muy pobre. Es tan pobre que incluso algunas lacerías tienen errores y detectar errores en la Alhambra es muy difícil, está hecha con mucha precisión». Sobre la Qubba de Dos Hermanas, el equipo de Martínez ha localizado por primera vez las 104 adarajas que componen la cúpula. «Las adarajas son mocárabes con forma de estrella que son, además, puntos que irradian simetría. Esto nos ha permitido hacer un nuevo descubrimiento: la cúpula de la sala de Dos Hermanas tiene siete niveles que evocan los siete niveles del Salón del Trono, lo que refuerza, mediante la matemática, la hipótesis de que Dos Hermanas iba a ser el trono de Muhammed V».
Y todavía queda por desmotar la teoría, «muy errónea», de que todos los oratorios de la Alhambra están mal orientados. O aquello de que el monumento nazarí tiene los 17 grupos cristalográficos con los que se pueden crear mosaicos. «Que no, que no es cierto. Hay 16».
La exposición sigue con el proceso matemático con el que se amplió la Mezquita de Córdoba de la que, por primera vez, se ha realizado una fotogrametría completa de sus cúpulas. Y un dato muy interesante de la sinagoga de Córdoba: «Hay una serie de conceptos matemáticos que me permiten afirmar que la qubba de la sinagoga es una emulación matemática de la del Cuarto Real de Santo Domingo, donde nos encontramos». ¿Y por qué la Torre del Oro es la única torre dodecagonal? «El secreto está en la escalera...», termina el investigador.
Hay mucho más que aprender en este paseo matemático, pero para eso hay que acercarse a la muestra. El proyecto está financiación por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología y de la Consejería de Innovación de la Junta de Andalucía, con la participación de las universidades de Granada, Córdoba y Sevilla, así como la Real Sociedad Matemática Española.
El interés divulgativo de la exposición es evidente. De hecho, ya hay lista de espera para centros educativos. El paseo cuenta con una serie de talleres que combinan el aprendizaje con las últimas tecnologías. Sergio Alonso, profesor del Departamento de Sistemas y Lenguajes Informáticos, ha llevado un centenar de piezas impresas en 3D para que, «de manera tangible y visual, los alumnos puedan entender cómo se construían algunos elementos, como cúpulas o el techo de mocárabes de la Puerta del Lagarto, en Sevilla». Y Francisco Roldán, arquitecto, dirige el taller de Antropometría, en el que se estudia «cómo se media en la antigüedad».
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Rocío Mendoza | Madrid, Álex Sánchez y Sara I. Belled
Pilar García-Trevijano | Granada
Amanda Martínez | Granada
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