Una santa pendiente de juicio
Patrimonio ·
El museo de Bellas Artes de Granada conserva en depósito 280 obras de arte decomisadas por la Policía como una espectacular talla de José Mora que se intentó vender en una feria de Nueva YorkA finales del siglo XVII, José de Mora, uno de los mejores escultores granadinos y españoles de todos los tiempos, esculpió en su taller de Granada una preciosa talla de Santa Margarita de Cortona, 'la pecadora penitente', que durante cientos de años contempló la vida desde un pedestal del Convento de Nuestra Señora de los Ángeles, más conocido como el de las Vistillas, en el barrio del Realejo. Su paz finalizó cuando se cerró la iglesia granadina donde pacía. Las imágenes de ese templo fueron trasladadas hasta las clarisas de Estepa (Sevilla) y, por arte de birlibirloque, se perdió su pista. Al parecer, alguien pegó el cambiazo por una burda copia.
La cuestión es que, sin que nadie se explique aún cómo se pudo permitir que esta joya de José de Mora saliera de España por la aduana –hay una comisión que vela, en teoría, para que esto no suceda con objetos de tanto valor patrimonial–, Santa Margarita intentó venderse por la cantidad de 350.000 euros en ferias de Nueva York y Londres. Tras saltar todas las alarmas y formalizarse una denuncia, fue requisada por la Unidad de Patrimonio de Policía Nacional a su regreso a España y entregada eventualmente al Museo de Bellas Artes de Granada. Y allí permanece desde hace dos años, mientras se termina de instruir una causa judicial en la que se investiga a un hombre a quien le encontraron en su vivienda de Maracena doscientas piezas religiosas cuya procedencia tampoco está clara y que también se guardan en uno de los almacenes del Museo de Bellas Artes.
Según explica el director de esta institución, Ricardo Tenorio, «la atribución a José de Mora de esta Santa Margarita es casi segura en más de un noventa por ciento». «De los 280 depósitos que tenemos en estos momentos, este es el de mayor valor», comenta Tenorio, quien subraya la enorme belleza escultórica de esta Santa (1247-1297), una mujer que pasó de vivir una existencia basada en el lujo a recluirse en la fe y en la caridad. «Reúne muchas de las características que convirtieron a José de Mora en un artista único».
La Santa Margarita de Cortona de José de Mora mide en torno a 1,50 metros –su 'elevada' estatura es, posiblemente, la principal razón de que no se consumara su transacción–. Tiene una boca pequeña y unos labios finos. Los dientes están tallados. Se observa una gran riqueza de facetas en su rostro. José de Mora era un maestro en la utilización de telas encoladas y tenía una enorme capacidad técnica para adelgazar la madera. La policromía también es fantástica y resalta su volumetría.
En una caja de madera
Ahora mismo se encuentra en el interior de la misma caja de madera en la que fue transportada y donde realizó su periplo transoceánico y continental. Se mantuvo inmovilizada gracias a unas guillotinas que la sujetaban –ahora se le ha añadido alguna más para garantizar su sujeción–. «Nos sobrecogió la belleza de sus manos, que venían desmontadas», recuerda Ricardo Tenorio.
Los técnicos del Museo realizan inspecciones periódicas para comprobar si ha aparecido alguna grieta, si los embones continúan estables y si se ha podido levantar algo de pintura. Las condiciones ambientales del propio Museo, básicamente los niveles de temperatura y humedad, aseguran un mantenimiento óptimo de todas las joyas artísticas que hay en su interior.
Cuando el Museo de Bellas Artes recepciona alguna obra por la vía de la Justicia, lo habitual es que los conservadores redacten un acta en la que se realiza una enumeración de los bienes entregados con detalle de sus dimensiones. También se adjuntan fotografías. De forma adicional, se indican algunos aspectos que se consideran especialmente relevantes como la aparición de una firma. En principio, no se acomete ninguna tarea de restauración. «Aunque se aprecie algún deterioro, nosotros no tocamos nada», recalca Ricardo Tenorio, quien aclara que tampoco se establecen límites temporales para la estancia de una escultura o una pintura en el Museo de Bellas Artes. Algunas han permanecido allí durante un periodo de once años.
Lo normal, según explica Tenorio, es que los jueces aporten solo la información justa, aunque también es bastante habitual que realicen alguna peritación, pero solo a requerimiento de los tribunales o de la Administración –la Ley de Museos de Andalucía les prohíbe hacerlo para terceros–. Una de las cuestiones que se deben dirimir en este tipo de inspecciones es la autenticidad. En el caso de la Santa Margarita de Cortona hay pocas dudas de que no sea de José de Mora, pero el Museo de Bellas Artes también ha descubierto falsificaciones. Así ocurrió, por ejemplo, con un cuadro de José Ribera.
Es un dato crucial. El valor de mercado es clave. Un José de Mora se cotiza. Como se cotiza el arte del Barroco español. Especialmente desde que la National Gallery de Londres y la National Gallery de Washington realizaran una exposición conjunta entre finales de 2009 y principios de 2010 con los grandes realistas de España del siglo XVII como el propio José de Mora o como el gran Pedro de Mena, uno de los principales representantes de la Escuela Granadina junto a Alonso Cano. Tanto es así que el Metropolitan Museum de Nueva York adquirió dos bustos de Mena por tres millones de euros. Aquella muestra, titulada 'Lo sagrado hecho real', marcó un antes y un después en la percepción del Barroco fuera de España –coincidiendo además con un momento en el que el realismo y el hiper realismo volvió a estar de moda–.
Son las resoluciones de la justicia las que determinan el futuro de lo decomisado. Básicamente hay dos opciones: que vuelvan a su dueño para que este haga lo que considere oportuno o que se subasten para satisfacer deudas en caso de que haya que resarcir económicamente a posibles perjudicados. Para que sirva de referencia, en las pujas de las 236 obras de arte contemporáneo pertenecientes a la colección de José Antonio Roca, el principal acusado del 'caso Malaya', se obtuvieron 1,3 millones de euros.
Cifras de un mundo ruidoso e interesado donde una Margarita de Santa Cortona espera dentro de una caja de madera.
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