Patrimonio de Granada
Un paseo por el palacio del Duque de Wellington en Fuente VaquerosLa copropietaria de la que fuera finca de los Reyes Católicos, María Angustias Saura, explica todos los secretos de una construcción recuperada de la ruina por su esposo Curro
María Angustias Saura pasa, una por una, las fotos antiguas de la Casa Real del Soto de Roma, el palacete de Fuente Vaqueros donde cazaban los reyes nazaríes y que, tras la toma de Granada, fue también residencia de los monarcas cristianos. «Estaba todo destrozado», lamenta María Angustias enseñando una imagen en blanco y negro de la vivienda principal. «Así se lo encontró todo mi Curro cuando adquirió la finca en 1977», relata la señora mientras enseña un retrato de su marido Francisco José Ortega López de Hierro, «Curro para los amigos». Su esposo falleció en 2017 y desde entonces María Angustias tiene la responsabilidad de mantener en perfectas condiciones un patrimonio con un enorme valor. «Lo alquilamos para eventos; hay que buscar recursos para conservar todo esto», dice asomada a una de las ventanas que da hacia el sur.
Las imágenes del espectacular palacio del Duque de Wellington en GranadaVer 29 fotos
Y es que más allá de los usos que ha tenido en las últimas décadas la Casa Real del Soto de Roma –terraza de verano y lugar para la celebración de bodas–, nos encontramos ante un inmueble que rezuma historia por todos sus rincones. Tanto es así que el propio Ayuntamiento de Fuente Vaqueros organiza visitas guiadas a las diferentes estancias de este palacio que originariamente era una almunia y que en el siglo XIX fue reconstruido, al estilo inglés, por Arthur Wellesley, el Duque de Wellington, que recibió esta propiedad de Fernando VII en 1814 en compensación por los servicios prestados en la Guerra de la Independencia contra los franceses.
Los lugariegos bautizaron entonces aquel pago, que abarcaba una superficie de cuatro mil acres, como 'la isla de los ingleses' –originariamente el Soto de Roma era una laguna–. «La zona era célebre por sus faisanes, que introdujo Carlos V y que desaparecieron en tiempos de Sebastiani», escribió Richard Ford.
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La cuestión es que la Casa Real del Soto de Roma ha tenido múltiples dueños. Después de los musulmanes, vinieron los Reyes Católicos. Después pasó a manos de Martín de Alarcón –lugarteniente de Fernando de Aragón–, después a Carlos III, después a Richard Wall, después a Carlos IV, después a Manuel Godoy... y muchísimos después, en 1977, la titularidad fue para Francisco José López Ortega, el Curro de María Angustias. «Mi esposo era profesor de Materiales de Construcción de la Universidad de Granada y aprovechó sus grandes conocimientos para acometer una rehabilitación íntegra de la CasaReal de la forma más aproximada posible a los diseños primigenios». Aquello era una verdadera ruina.
«Curro –explica María Angustias– restauró todo manteniendo, en la medida de lo posible, los materiales y la estructura original». Así, según María Angustias, algunos suelos, el alzado y ciertas construcciones aledañas son de la época árabe. Es el caso del morabito, el lugar de rezo, que está orientado hacia la Meca –ahora está adaptada como alojamiento–. Pero la herencia del Reino de Granada se perdió cuando el Duque de Wellington quiso convertir un caserón árabe en una 'mansion' británica.Picó la fachada principal, la orientada hacia el norte, y habilitó una galería.
Recuperar el esplendor
¿Qué hizo Curro? Pues básicamente recuperar el esplendor de la Casa Real del Soto de Roma como la concibió el Duque de Wellington antes de que la abandonara y se llevara todo lo que tenía valor. Según María Angustias, desaparecieron, por ejemplo, el enrejado y las chimeneas. Y a eso se dedicó Curro, a reponer y recomponer hasta lograr el aspecto actual. Se sacó de la manga, incluso, un jardín romántico inspirado en el Carmen de los Mártires, donde sobresale una fuente de piedra rodeada de ocho columnas procedentes de derribos.
Francisco José Ortega habilitó junto a la fachada principal un jardín romántico inspirado en el Carmen de los Mártires
Los parterres están plantados con laureles, arrayanes, cipreses y magnolios.Tampoco faltan los rosales y los granados. «Todo se riega con un pozo que está dentro del recinto porque el nivel freático es muy superficial», asegura María Angustias Saura, prima hermana, por cierto, del gran cineasta Carlos Saura, muy vinculado con Granada.
El Soto de Roma, ganado para el regadío, era una reserva forestal en el siglo XVI donde había plantaciones de álamos y mimbres. Las primeras expediciones de Castilla penetraron por la Vega y sus zonas más bajas, a orillas del Genil. La extensión donde hoy se encuentra Fuente Vaqueros, el pueblo natal de Federico García Lorca, era en 1700 el Soto de Roma, una denominación sobre la que existen varias teorías. La más verosímil hace referencia a la asociación con la Torre de Romilla, que se encuentra dentro del término municipal de Chauchina.
Antes de 1492, el Soto de Roma ocupaba 27767 marjales –equivalentes a unas 1500 hectáreas– aunque de labor tan solo eran 367 hectáreas. Tomada ya Granada, Fernando el Católico redactó en 1499 una real cédula que decía: «Mi merced y voluntad es que en ciertos términos, montes y sotos (de Granada) sea velada y defendida la caza».
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