Un paseo arqueológico, histórico y literario por la ribera del Genil
De la alameda del siglo XI hasta el paseo del Violón se construyeron muros de contención que la arqueología ha ido rescatando
ÁNGEL RODRÍGUEZ
Lunes, 22 de junio 2020
La ciudad histórica es un ente complejo, un repertorio de hechos, decisiones tomadas a lo largo del tiempo, materializadas en el paisaje que contemplamos y que esconde una cierta armonía o coherencia invisible que hace que nos resulte bella. Es la que explica y que hace inteligible la acumulación caótica y sin sentido que aparentemente es la ciudad histórica. Esa imagen de viejos edificios abigarrados que luchan entre sí por sobresalir tiene su sentido.
La última hora de Granada
Por eso cuando paseamos por Granada hay cosas que están ahí, pero somos incapaces de verlas con nitidez. Los que nos dedicamos a la historia, a procurar mantener vivo el recuerdo y a recuperar el olvido, muchas veces nos encontramos con datos históricos, imágenes, restos arqueológicos… que nos insinúan ese sustrato, esa infraestructura que siempre está presente silenciosamente.
De hecho a veces se ve tan poco, ha sido ocultada de forma tan eficaz, que pasa desapercibida. Eso es lo que sucede con los ríos que nos vertebran. No se ven, discurren silenciosos, ocultos y domesticados, pero ahí están.
En Granada tienen un papel decisivo los cauces de los ríos Darro y Genil. El primero con una impronta urbana mucho más clara y evidente a partir del siglo XI, cuando quedó incorporado a la medina y el segundo con un marcado carácter agrícola y artesanal.
Detengámonos en este punto en el Genil, que conforma un arco abierto que discurre de este a oeste, hoy integrado plenamente en la trama urbana, pero que en los orígenes de la ciudad funcionó como eje y límite del área periurbana. Nace en las cumbres de Sierra Nevada y a su paso por la Vega es cuando su curso se hace más suave, pero existe un punto de especial importancia que es su encuentro con el Darro. La confluencia de estos dos ríos genera una enorme inestabilidad en la ribera del Genil, que queda expuesta a la cantidad y la intensidad de agua que le tributa su afluente.
Por tanto, históricamente las márgenes del río han sido maleables, poco consistentes, algo que ha condicionado la ocupación de todo su entorno.
Infraestructuras
Por la historia sabemos que desde la constitución de Granada como capital de los ziríes no sólo emprendieron las obras de amurallamiento de la nueva ciudad, sino que también hicieron algunas de las infraestructuras más importantes y duraderas en el tiempo para el aprovechamiento del agua y la puesta en cultivo de la Vega de Granada. La acequia Gorda se diseña, traza y construye en el siglo XI, con un recorrido que ocupa el espacio que queda entre el Genil y la ciudad. Se convierte en un elemento fundamental para Granada y las alquerías de su vega, y por su proximidad se hace necesario procurar su conservación ante las posibles embestidas del río.
Se dice que fue Mu'ammal, liberto del rey Badis quien realizó las primeras plantaciones de álamos en la margen derecha del Geni, lo que a la postre generó una zona de recreo y paseo para los habitantes de Granada que poco a poco fue adquiriendo mayor presencia en la vida cotidiana. Algunos datos arqueológicos también apuntan a que no sólo se limitó al uso de la vegetación de ribera para fijar las orillas fluviales, sino que también se construyeron los primeros muros de contención.
Unos años más tarde, ya en el siglo XII, la alameda del Genil se encontraba perfectamente consolidada en el paisaje, muy frecuentada por los habitantes de la ciudad. Es precisamente por su posición periférica, retirada, pero cerca de la ciudad, en la ribera de un río, en una alameda, lo que provocó que fuera el lugar preferido para encuentros relajados y punto de reunión de poetas.
La historia de Hafsa y Abu Ya'far tuvo como escenario el paisaje de la alameda del Genil. Los sucesos, que ya fueron objeto de admiración entre sus contemporáneos, nos llegaron a través de historiadores como Ibn al-Jatib (s. XIV) y algunos de los versos que los inspiraron son considerados como de los más bellos de la poesía arábigo-andaluza.
Hafsa era hija de una noble familia granadina de origen beréber y en palabras de Ibn al-Jatib «fue única en su tiempo por su belleza, elegancia, cultura literaria y mordacidad». Abu Ya'far descendía de una antigua familia de origen árabe de reconocido prestigio, asentada en Alcalá la Real y Granada. Ambos pasaron su infancia en los ambientes más cultos de la ciudad, lo cual alimentó su vocación por la poesía. Su amor no fue del todo convencional pues se le conocen a ambos distintos amantes, pero la relación que mantuvieron llamó la atención de todos sus contemporáneos. Sus encuentros se producían en la alameda del río Genil, en donde Hafsa poseía una finca con un jardín y Abu Ya'far otra con una qubba llamada Kimama (botón de rosa).
En el año 1157 Abu Sa'id, hijo del califa almohade, se instaló en Granada en calidad de gobernador –sayyib– y esto pronto supuso un punto de inflexión en su relación.
Hafsa era de origen magrebí y simpatizaba con los almohades. No sé si fue ese el motivo o lo fue su origen, antigua estirpe instalada en al-Andalus, ajena al nuevo poder procedente del Norte de África, pero lo cierto es que el poeta –cada vez más alejado y enfrentado al gobernador a causa del amor por Hafsa– decidió sumarse a la sublevación de Ibn Mardanis. No tuvo éxito y terminó siendo apresado, encarcelado y ejecutado mediante la crucifixión. Murió en 1164.
Dicen los cronistas árabes que cuando Hafsa tuvo conocimiento de su muerte se vistió de luto como una esposa y lo llevó así durante años. Marchó a la corte almohade, en Marrakech, para encargarse de la educación de las princesas y los príncipes. Allí murió en 1184, lejos de Granada y de aquel río en el que se fraguaron aquellos versos.
Desde esa mítica alameda del siglo XI hasta los actuales paseos del Salón y el Violón, se han ido produciendo ampliaciones, ganando terreno al río, construyendo muros de contención que la arqueología ha ido rescatando pero nunca se ha borrado del todo ese carácter íntimo, lúdico a la vez, de esparcimiento que adquirió en el siglo XI.
Ficha técnica
Lugar . Paseo del Salón y la Bomba, desde el Puente del Genil al Puente Verde.
Descripción . Jardines históricos que recorren la margen derecha del río Genil en su tramo urbano por Granada. En varias excavaciones han aparecido varios tramos de muros de contención de distinta época.
Cronología . Siglo XI, plantación de las primeras alamedas, hasta la actualidad.
Tipo de protección .Todo este entorno está declarado BIC.
Acceso . Los muros de contención se han conservado soterrados. Paseo desde el Puente del Genil hasta el Puente Verde.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión