Las paredes que narran la historia de Granada
La Arqueología de la Arquitectura ha permitido discernir que el Maristán se hizo en una sola fase, que las Torres Bermejas se erigieron en el siglo XI o que la planta de San Luis de los Franceses data de 1526
Fue en el año 1541. Gaspar de Ávalos, arzobispo de Granada, mandó la construcción de un convento adosado a la parroquia de los Santos Justo y Pastor, en lo que hoy día es la plaza de la Universidad. Y así se hizo. Se levantó un inmueble con una iglesia que tenía arcos de medio punto en las capillas laterales, entre otras características. En 1835 alguien tomó la decisión de abrir una calle por el medio –San Jerónimo, para más detalles–, lo que obligó a una remodelación por completo de la finca dejándola tal y como es hoy día. ¿Qué fue de aquel templo original? Que 'desapareció'. Pero sabemos mucho de él gracias a los documentos y también porque tenemos la oportunidad de verlo. No, no es magia ni una reproducción en tres dimensiones. Es arqueología. Porque la arqueología descubre el ayer en el suelo, pero también en las paredes. Y el Convento de la Encarnación es el mejor ejemplo de ello.
Si usted se da una vuelta por el entorno del convento, podrá observar que en la rehabilitación acometida en 2016 se optó por dejar al descubierto los vestigios de aquel inmueble primigenio. Entre ellos, los arcos de medio punto referidos en el primer párrafo de este reportaje –encima hay otros más apuntados de una intervención posterior, que también se pueden ver–. Todo ello fue posible gracias a que un arqueólogo los identificó y un arquitecto tuvo la habilidad de integrarlos en su proyecto.
La disciplina se denomina Arqueología de la Arquitectura, se estudia como asignatura en la universidad y forma parte del día a día de los profesionales. Profesionales que sí, se pasan la mayor parte del tiempo excavando, pero que también laboran en el examen de los estratos verticales. «Los edificios se erigen con una finalidad, pero a lo largo del tiempo se van transformando y adaptándose para nuevos usos», explica el arqueólogo Ángel Rodríguez, quien agrega que «todos esos cambios dejan huellas en los paramentos».
Newsletter
La Arqueología de la Arquitectura, que surgió como disciplina en Italia en los años setenta –hablamos de uno de los países con mayor patrimonio–, se está aplicando en Granada desde finales de los noventa. Básicamente, se analizan las líneas de demolición, la relación entre los materiales anteriores y posteriores, la existencia de puertas o ventanas que fueron tapiadas –o vanos en estructuras que no los tenían– o los distintos tipos de cubiertas.
Para ello se utilizan fundamentalmente dos tipos de procedimientos. La realización de catas murarias para llegar a la primera fábrica o picar y dejar al descubierto. Que es exactamente lo que se hizo hace una década en el Convento de la Encarnación. Ahí podemos apreciar no solo los arcos, sino detalles interesantes como la aplicación del aparejo de ladrillo o de los morteros. También el recorte de los biselados que aportaban mayor esbeltez, los huecos en los que se colocaban los andamios e incluso una hornacina en la que estuvo alojada una talla. Si mira un poco más arriba, encontrará una piedra labrada. Es una macabrilla. Es decir, restos de una tumba musulmana que eran reutilizados para otras construcciones.
Reescribiendo el pasado
En su dilatada trayectoria, Ángel Rodríguez ha tenido la oportunidad de acometer interesantes actuaciones de Arqueología de la Arquitectura que han aportado información muy relevante sobre edificios históricos como, por ejemplo, el Maristán, que fue concebido como hospital para enfermos pobres en época nazarí –está datado entre 1367 y 1369–. «Se pensaba que se había ejecutado en dos fases porque había un tapial de color marrón y rojizo, pero pudimos demostrar que sencillamente la materia prima procedía de distintas canteras», explica Rodríguez. Siempre se había imaginado, además, que las escaleras estuvieron en el centro de los lados mayores, pero sin embargo se localizaban en las esquinas.
Se analizan líneas de demolición, relación entre materiales de distintas épocas, puertas o ventanas tapiadas...
Ángel Rodríguez también ha actuado en las Torres Bermejas. Ahí, gracias a la Arqueología de la Arquitectura se dirimió que la parte más antigua de la primera torre, la principal, no era del siglo IX, sino del XI. También que entre 1492 y 1498, cuando los Reyes Católicos convirtieron esta sección de la línea de muralla en un bastión, se accedía mediante un puente que sorteaba un foso, en la cara sur de la Torre del Homenaje.
Se ha esclarecido que la iglesia de San Luis de los Franceses, junto a la Mezquita de la Pureza, en el Albaicín, tenía una planta original de 1526 y que los añadidos posteriores son del siglo XVIII. Y hace unos años, Ángel Rodríguez y su equipo dilucidaron que el Puente de Tablate se hizo en los siglos XIV o XV, que fue reconstruido en el XVI y que sufrió una gran ampliación en la segunda mitad del XVIII. Todo cotejado con los archivos.
El pasado no solo está escrito en el subsuelo. También en las alturas. Son las paredes que narran la historia de Granada.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión