La OCG se apunta al soniquete flamenco
La formación granadina estrena mundialmente la nueva obra del compositor Manuel Busto y reestrena otra de Mauricio Sotelo, ambas en el cruce de caminos entre lo jondo y lo clásico
Esta tarde, la Orquesta Ciudad de Granada va a dar un nuevo paso adelante en la experimentación musical, una faceta que, siempre teniendo en cuenta sus a veces limitados medios, practica de forma habitual y provechosa para el público. Hoy, la formación granadina ofrece un programa muy especial, enmarcado en los Encuentros Manuel de Falla, donde estrenará 'Soniquete, Sinfonía... de lo jondo, número 1', del joven compositor sevillano Manuel Busto. Y donde también reestrenará 'Cantes de rojo fuego', de uno de los compositores contemporáneos más imbuidos en el flamenco, el madrileño Mauricio Sotelo. El programa conecta con Falla en la interpretación de dos números de 'El amor brujo': 'El círculo mágico' y 'Pantomima', y con el centenario de 'El retablo de Maese Pedro' con las 'Quatre chansons de Don Quichotte', de Jacques Ibert, y 'Don Quichotte a Dulcinée', de Ravel, compilación de tres melodías para barítono y orquesta, escritas a partir de letras de Paul Morand.
Quien acuda esta tarde al Auditorio Falla se va a encontrar, sin duda, con algo musicalmente distinto. Ya no solo por la disposición del espectáculo, el cual aprovecha en cierta medida las posibilidades del '4D', sino por la introducción de un instrumento no visto por estos lares, la 'mesa de percusión', ideada por Manuel Busto con la factura del artesano onubense Pepote, e inspirado en la batería, el cajón y las mesas de tablao, tocadas con los nudillos desde siempre.
La bailaora granadina Fuensanta 'La Moneta' se enfrenta al espectáculo de esta noche con el convencimiento de que será un éxito. «Cuando actúo junto a compañeros flamencos, y nos mezclamos con clásicos o contemporáneos, disfruto muchísimo, aunque manejemos códigos diferentes. Y eso es porque, a pesar de esa diferencia de códigos, los lenguajes no son tan distintos», dice. «Para mí es como una aventura, pero pienso que quienes formamos parte de este elenco somos bastante arrojados», añade con humor. Tanto Sotelo como ahora Busto son familiares para la bailaora, y también lo son para Diassera. «Lo más meritorio de ambos es su capacidad creadora», comenta el percusionista, quien añade: «Me gusta su esfuerzo por dignificar el flamenco, insertándolo en un entorno culto, alejado del folclore puro o el café cantante. En mi caso, el hecho de que 'Soniquete...' se conciba como una pieza para mesa solista y orquesta, con un rol sonoro fundamental, es muy importante».
Ritmo y compás
El percusionista Carlos Merino ya ha colaborado en otras ocasiones con la OCG. «Es hora de eliminar los prejuicios y abrir la mente», señala. «Estamos ofreciendo a otros músicos la oportunidad de introducirse en el flamenco, a pesar de que provengan de tradiciones sonoras distintas o vean el cante a distancia. Incluso los aficionados van a descubrir que unos y otros no estamos tan lejos». El cantaor granadino Sergio Gómez 'El Colorao' es de la misma opinión. «Tengo la oportunidad de actuar en la obra de Sotelo, con cantes variados como el martinete, la toná, la seguiriya, la soleá, la bulería, la granaína... Y en la obra de Busto, quien desde la soleá crea un nuevo universo sonoro. Creo que estamos ante piezas que podríamos calificar como nuevos clásicos».
El compositor Manuel Busto recuerda que, al recibir el encargo de 'Soniquete...' tenía dos objetivos: el primero, crear una obra donde el flamenco estuviera presente, por su capacidad para generar emociones, pero colocando en primer plano el concepto rítmico. El segundo objetivo fue componer una pieza para Agustín Diassera, colocando al percusionista flamenco en el centro. «Si hay algo que caracterice al flamenco en la actualidad es el concepto rítmico. Por ello, quería dar la vuelta al lugar que ocupa el percusionista en el cuadro flamenco, donde normalmente 'trabaja para' para colocarle en primer plano, situando el resto de elementos, desde un planteamiento teatral, a su servicio».
Busto comenta que su obra tiene algo de desafío entre la percusión y el baile. «La relación entre cantaor y percusionista en esta obra es de agradecimiento. Pero la bailaora desafía el ritmo en esta ensoñación que termina con cantaor y bailaora convertidos en palmeros que subrayan el papel de la mesa», explica.
En 'Soniquete...' todo está pautado. Desde la 'falsa' soleá del cantaor hasta el exigente 'tempo' de la orquesta, que ejecuta elementos sonoros de vanguardia tamizados por la riqueza rítmica de lo jondo. Y todo ello con la precisión como bandera. Con estos elementos, es lógico que el espectáculo de hoy atraiga a los aventureros de la música.
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