-kpLG-U210672660345Q7B-1200x840@Ideal.jpg)
-kpLG-U210672660345Q7B-1200x840@Ideal.jpg)
Patrimonio
Los nuevos 'abades' del monasterio granadino de San BernardoSecciones
Servicios
Destacamos
Edición
Patrimonio
Los nuevos 'abades' del monasterio granadino de San BernardoBernardo, de dos años, vive en la casa más grande de Granada. Una casa que tiene de todo. Un patio enorme con palmeras y una fuente, una terraza con unas espectaculares vistas a la Alhambra, largos pasillos donde circular con su flamante motocicleta de juguete... Por tener, la casa de Bernardo tiene hasta un precioso templo del siglo XVII con obras de Pedro de Mena, José Risueño, Torcuato Ruiz del Peral y Pedro Atanasio Bocanegra. Bernardo vive en el mismísimo Monasterio de San Bernardo, en la Carrera del Darro, la que dicen que es la calle más bella del mundo –y la más transitada de Granada–. «No se podía llamar de otra manera, Bernardo», bromea su madre Elisabetta Mazzacani. Ella y su esposo Andoni Martínez son los nuevos 'abades' de un monasterio que, tras la marcha de las cuatro últimas monjas que lo moraron hasta 2019, estaba nominado para convertirse en un hotel de cinco estrellas.
Pero no. La Congregación Cisterciense de San Bernardo echó marcha atrás, reconsideró su decisión de vender –la transacción estaba muy avanzada– y llegó a un acuerdo con Arsconditus por el que cedían a esta asociación, en régimen de comodato, el mantenimiento y la revitalización del Monasterio. Y en este momento es cuando entran en juego Elisabetta y Andoni. Los dos eran matrimonio y los dos forman parte de Arsconditus. Nunca olvidarán aquel 31 de octubre de 2019 en que, cargados de maletas e ilusiones para emprender su nueva vida, abrieron el portalón del Monasterio en el callejón de la Gloria. «Sentimos la nada, el vacío, la enormidad... no había ni una silla, ni los rieles de las cortinas, ni los casquillos de las bombillas», recuerda Andoni, un leonés nacido en 1986.
Todo un desafío para él, licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Oviedo, y para ella, graduada en Filosofía por la Universidad de Milán. «Los dos –asegura Elisabetta– no solo compartimos nuestras biografías, sino el interés social hacia el patrimonio». Precisamente el gran objetivo que persigue Arsconditus. Que no solo se conserven esos bienes muebles e inmuebles que tienen un gran valor artístico, sino que estén al alcance de todos. «Y sobre todo –agrega Andoni– que sigan teniendo el uso para el que fueran concebidos y que no se conviertan en piezas de museo».
5800 El Monasterio de San Bernardo ocupa una superficie de 5800 metros cuadrados entre la zona del 'ora' y del 'labora'.El edificio se encuentra en plena Carrera del Darro, una de las calles más transitadas de Granada.
1695 Aunque el Monasterio se fundó en 1682, el traslado al edificio actual no fue hasta 1695.
Andoni y Elisabetta se conocieron en 2015. Él hacía visitas guiadas a una iglesia del pequeño pueblo leonés de Villar de Mazarife y ella recaló por aquellos pagos mientras hacía el Camino de Santiago. «Me enamoré de Elisabetta nada más verla», rememora Andoni. Tanto fue así que al poco de que la italiana reemprendiera el Camino, Andoni se montó en la bicicleta y salió en su búsqueda. «Un día hice 130 kilómetros pedaleando», comenta entre risas. Mereció la pena el esfuerzo. En 2017 se casaron y establecieron su residencia en Rendal, una parroquia del municipio de Arzúa (La Coruña), de 236 habitantes, donde desarrollaron una importante labor de conservación y divulgación de minúsculas iglesias románicas y del Monasterio de San Antolín de Toques. Hasta que en 2019 se les presentó la oportunidad de trasladarse a Granada, por mediación de Arsconditus, para hacerse cargo del Monasterio de San Bernardo. Ahí viven y trabajan Elisabetta y Andoni y, desde 2019, Bernardo.
«Es un afortunado porque no todos los niños pueden decir que están creciendo en una hogar de 5800 metros cuadrados», refiere Elisabetta. «Aprendió a subir y bajar las escalinatas gateando». Tras dos años de acá para allá, Bernardito se conoce el Monasterio de San Bernardo como la palma de su mano. Pasa las mañanas en la 'guarde', pero por las tardes echa una mano a su padre para colocar las sillas de los conciertos o preparar una exposición.
Porque gracias a esta pareja el Monasterio de San Bernardo se ha convertido, sin un solo euro de ayuda pública, en todo un referente cultural en el barrio del Albaicín. No hay más que echar un vistazo a las redes sociales del Monasterio para comprobar la gran cantidad de eventos que organizan, «siempre en consonancia, eso sí, con el espíritu del propio Monasterio como lugar de recogimiento y oración», aclara el presidente de Arsconditus, Gerardo Díaz, quien califica a Andoni y Elisabetta como auténticos héroes por su esfuerzo, tenacidad y constancia para revitalizar el Monasterio, atender todos los servicios y no dejar de promover actos que atraen la atención de miles de personas como la exitosa muestra del escultor Ángel Asenjo con imágenes de Vírgenes Dolorosas.
El día a día del Monasterio empieza entre las 7.30 y las 8.00 de la mañana con la apertura del zaguán. El timbre no deja de sonar. Ahí recalan los peregrinos que hacen el Camino Mozárabe de Santiago, el que conecta Almería con Compostela a través de Mérida y el Camino de la Plata.Y ahí recalan también los que se alojan en la hospedería. «No es un hotel –matizan–, sino un retiro espiritual».Por tan solo veinticinco euros ofrecen cama, sábanas limpias, comida y sobre todo silencio.
Para ello han dividido el Monasterio en dos grandes áreas. Por una parte, el 'ora', en torno al claustro, y por otro, el 'labora', que tiene como epicentro el patio de Teresa. En el primero, el recogimiento. En el segundo, el movimiento. Aquí se hallan la lavandería, el salón, el comedor, la biblioteca y el archivo.También salas como en la que el pintor Jorge Isla imparte sus clases de dibujo. En total son treinta los colabores externos con los que cuenta el Monasterio.
Pero gran parte de la faena se centra en conservación. Andoni se ha convertido en un auténtico todoterreno. Arregla goteras, instala puntos de luz, repara desperfectos y se encarga de realizar unas interesantes visitas guiadas, de unas dos horas de duración, que son un verdadero deleite. Durante el invierno, las realiza los sábados, domingos y festivos a las 12.00 y a las 17.00 horas a cambio de la voluntad. «Es nuestro escaparate, cuando los visitantes observan que todos nuestros postulados no se quedan en la teoría, sino que los llevamos a la práctica».
Andoni y Elisabetta, dos amantes del patrimonio, trabajan para que el Monasterio mantenga las costumbres típicas de Granada. En estas semanas ya están centrados en la instalación del belén, pero además participan de las Cruces de Mayo o la festividad del Corpus Christi. Siempre siguiendo el hilo litúrgico de la capilla. Recientemente, con motivo de la celebración del Día de los Santos, el 1 de noviembre, han acondicionado la cripta donde están enterradas las monjas para que los granadinos puedan acceder a ella. El Día de San Miguel, por poner otro ejemplo, exhibieron una talla del arcángel realizada por el maestro Ruiz del Peral.
El Monasterio de San Bernardo, fundado en 1682 y trasladado en 1695 a una casa propiedad de María de la Torre Esparza en la Carrera del Darro, no solo representa el esplendoroso pasado patrimonial de Granada. Ahora también representa el futuro. El futuro gracias a Elisabetta, Andoni y el pequeñoBernardo que corretea por sus pasillos a lomos de su moto de juguete.
Gerardo Díaz, presidente de la asociación Arsconditus, es una de las personas que más conocen a Elisabetta y Andoni y la impresionante labor que están desarrollando en el monasterio. «Las monjas se pusieron en contacto con nosotros para resolver el lío de la venta, y nos pidieron un proyecto que garantizara el mantenimiento del edificio», recuerda Gerardo. «Se lo presentamos y a los dos días recibimos la respuesta positiva». Así fue cómo Andoni y Elisabetta acabaron en Granada en 2019.
«El nivel de satisfacción por parte de la Congregación es tal que han creado la figura de la 'familia cisterciense'», explica. «La abadesa federal, la madre Angelines, cursa todos los años visita al Monasterio y su valoración no puede ser más positiva».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
M. Victoria Cobo | Granada, Sandra Martínez, Juanjo Cerero | Granada y Javier Morales | Granada
Jon Garay y Gonzalo de las Heras (gráficos)
Álvaro Soto | Madrid
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.