La nueva iluminación de la Capilla Sixtina de Granada
El espectacular Camarín de la Virgen del Rosario, que cerrará por obras entre diciembre y enero, cuenta ya con un nuevo sistema de alumbrado
Si usted hojea las guías turísticas de Granada, es bastante probable que el Camarín de la Virgen del Rosario no aparezca entre los monumentos más destacados. Pero sí estamos, sin lugar a dudas, ante uno de los tesoros patrimoniales de la capital más desconocido. Un tesoro para devotos, ya que a esa imagen mariana, de autor desconocido, se le atribuyen importantes milagros, pero también para historiadores y amantes del arte por dos motivos. Porque esa escultura guió a las fuerzas navales españolas en la Batalla de Lepanto, y por el impresionante programa pictórico de sus techos obra principalmente de Domingo Echeverría 'Chavarito', con el concurso menor de Tomás Ferrer y Tomás de Medialdea. Hay quien ha hablado de la Capilla Sixtina de Granada.
El Camarín de la Virgen del Rosario, que data de mediados del siglo XVIII y que fue construido anexo a la parroquia de Santo Domingo, será actualidad en los próximos meses. ¿Las razones? Que ya cuenta con un nuevo y moderno sistema de iluminación que realza la belleza de los murales realizados al óleo y al temple. Y porque, por fin, se van a acometer las obras en el antecamarín de la Inmaculada, cuyo suelo está sujeto con puntales. Por todo ello, el Camarín permanecerá cerrado unas semanas, entre diciembre y mediados de enero.
Vayamos con el alumbrado. José Antonio Palma, secretario de la Hermandad del Rosario, ha comentado que la cofradía ha realizado una inversión de 4.000 euros para la instalación de 150 metros lineales de luminarias led y la colocación de 48 focos direccionales. El resultado es, sencillamente, impresionante.
Estamos, según explica Palma, ante una de las grandes joyas del barroco hispano. Los haces lumínicos aportan una nueva dimensión a las pinturas de Chavarito. Tanto al lienzo de la Batalla de Lepanto, que por cierto se ha ido oscureciendo con el paso de los años y que requiere restauración, como de aquellas guerras contemporáneas al célebre combate entre la Santa Liga y el Imperio Otomano en el Golfo de Patras. Entre ellas, la representación de la Guerra de las Alpujarras. También resplandecen de una manera especial los frescos de Tomás Ferrer en la paredes y los de Tomás de Medialdea en algunas cenefas.
Los granadinos y los visitantes que deseen disfrutar de esta maravilla tendrán que hacerlo ahora o esperar a comienzos del año que viene. ¿Por qué? Porque a finales de este 2024 se acometerán importantes arreglos en uno de los cuatro espacios que conforman el inmueble, el antecamarín de la Inmaculada, cuya preciosa solería con motivos cúbicos, realizada en 1750 con mármoles de Macael, Sierra Nevada y Lanjarón, está combada.Una intervención que tendrá que ser sufragada por la congregación de las religiosas de Santo Domingo porque las habitaciones que hay justo debajo son de su propiedad.
Y es que el Camarín está construido como engalaberno. Es decir, unas construcciones están encajas en otras. Se trata de unas estancias utilizadas como almacenes cuyos techos han ido cediendo hasta el punto de que en 2010 se tuvieron que sostener con postes metálicos. Desde entonces han pasado catorce años y la necesidad de actuar ha ido 'in crescendo'. La Comisión de Patrimonio, dependiente de la Delegación de Cultura de la Junta, dio el visto bueno al proyecto a mediados de agosto.
Vigas de madera
Este ala del Camarín fue erigido en su día con vigas de madera de cedro que, con el paso de los años, se han ido degradando, humedeciendo y perdiendo su capacidad de sostener toda la estructura que tiene encima. Con el agravante de que soportan un peso excesivo por la aplicación de material de relleno. La ejecución no es compleja, pero sí laboriosa. Hay que retirar, una por una, todas esas losetas históricas que, además, dejaron de fabricarse hace mucho tiempo. No se pueden cambiar por otras. Lo siguiente será la sustitución del antiguo forjado por uno nuevo.
El Camarín tiene la función de ser la casa de la Virgen, un lugar de veneración que se construyó entre 1727 y 1773 precisamente por eso, por el fervor que despertaron dos supuestos hechos milagrosos:en 1670 la talla estuvo llorando durante treinta horas y en 1679 se iluminó durante sesenta días, hasta que desapareció la epidemia de peste que asoló Granada.
José Antonio Palma es uno de los mejores conocedores de la historia del Camarín y de todos los elementos patrimoniales que hay en su interior. Una de las grandes singularidades, a su juicio, es que es completamente independiente del templo, aunque esté adosado –de hecho se accede por la calle Cobertizo de Santo Domingo–. También es la sede social de la Hermandad del Rosario. Tiene una distribución espacial en cuatro estancias, similar al modelo del Palacio de Versalles, a las afueras de París. No se halla detrás del retablo mayor, sino en una de las capillas de la nave lateral.Los espejos le aportan un toque vanguardista.
Casi 300 años después, el Camarín del Rosario reabrirá sus puertas con el brillo propio que le aporta la tecnología y con plenas garantías de estabilidad. Era necesario.
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