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Los niños tienen 15 segundos para estudiar el cubo y luego deben resolverlo lo más rápido posible. ARIEL C. ROJAS

Los niños granadinos que vencieron a Rubik

El Teatro CajaGranada acogió ayer el VI Torneo de Cubo de Rubik en el que participaron 68 fenómenos de entre 8 y 15 años capaces de resolver el puzle en un minuto... ¡o menos!

Sábado, 22 de febrero 2025, 00:04

Aquella tarde de 1974, el bueno de Ernő Rubik, un profesor y escultor húngaro, no podía ni imaginar que su última creación se convertiría en un fenómeno que traspasaría las fronteras del espacio y del tiempo. Aunque lo bautizó como 'El cubo mágico', la humanidad se puso rápidamente de acuerdo en que su nombre era otro: el Cubo de Rubik, una suerte de objeto mágico, de teseracto marvelita, capaz de abducir la voluntad del que lo toca hasta límites insospechados. ¿Quién no se ha sorprendido dando vueltas a las piezas del cubo durante horas sin saber muy bien qué demonios estaba haciendo? Solo algunos, los más hábiles, los más curiosos, se han enfrentado a él con la firme convicción de vencerlo, es decir, de conseguir que todos sus lados luzcan del mismo color. No se engañen, conseguirlo es relativamente fácil. Es cuestión de paciencia y de matemáticas. Si se toman el tiempo necesario, tarde o temprano lo lograrán, se lo aseguro. Ahora bien: ¿Resolver el Cubo de Rubik en menos de un minuto? ¿En –rediós– veinte segundos? Brujería.

«¡No! Es entrenamiento», dice Sergio, de 10 años. «Y un poco de magia, también». Sergio es uno de los 68 participantes del VI Torneo de Cubo Rubik que se celebra en el Teatro CajaGranada. Y la sala llena de público porque el espectáculo lo merece. El escenario parece un plató de televisión, con seis mesas desplegadas en la tarima. Cada mesa cuenta con un cronómetro y un 'display' –una pantalla– que muestra la marca exacta que logra cada participante. «Es material que nos cede la Asociación Española de Speedcubing, que nos apoya», explica Luisa León, profesora de Matemáticas del Colegio CajaGranada y organizadora del torneo.

Sergio y sus compañeros, durante la prueba. ARIEL C. ROJAS
Imagen principal - Sergio y sus compañeros, durante la prueba.
Imagen secundaria 1 - Sergio y sus compañeros, durante la prueba.
Imagen secundaria 2 - Sergio y sus compañeros, durante la prueba.

«Lo del Cubo de Rubik en el colegio empezó –recuerda León– porque nos invitaron a participar en un campeonato interescolar. Formamos un equipo, por probar, y nos encantó la experiencia». En ese 'nos' van los alumnos, que disfrutan aprendiendo a resolver el cubo y mejorando sus marcas; y los profesores, que encontraron un método fantástico para enseñar matemáticas. «Hay distintas maneras de resolver el cubo, pero todo son algoritmos. Desde el punto de vista de las matemáticas, sirve para mejorar la visión espacial, ganar en geometría o aprender que si cambias el orden de un algoritmo el resultado no será el que buscas». Y así, hace seis años, se decidieron a crear su propio torneo.

Método Fridrich

El escenario. A. C. R.

Entre los distintos métodos para armar el cubo, el Fridrich es uno de los más complejos, pero también el que posibilita resolverlo de la manera más rápida. En cuestión de segundos, incluso. El joven Max Park batió el récord mundial en 2023 con una marca de 3,134 segundos. «También se desarrolla la habilidad manual-visual, así como la capacidad de concentración –sigue la profesora León–. Y, emocionalmente, es una satisfacción muy grande cuando lo consigues. Además, hay una competencia muy sana: los mayores ayudan a los pequeños y aprenden entre todos».

En el VI Torneo Cubo Rubik de CajaGranada juegan niños y niñas de los 8 a los 15 años, es decir, de 3º de Primaria a 3º de ESO. Hay dos categorías: individual y por equipos. Dentro de la individual, hay una prueba con el cubo de 2x2 para los más pequeños. El resto compite con el cubo tradicional, el de 3x3. La prueba es de velocidad y gana el que lo consiga en menor tiempo. Cada participante tiene 15 segundos para estudiar el cubo, antes de empezar, y puede armarlo dos veces. Su resultado en el torneo será la media de las dos marcas.

En la segunda categoría, los equipos de cuatro participantes deben armar 16 cubos en el menor tiempo posible. Y es colaborativo, es decir, que se pueden organizar como quieran. Hay grupos en el que los cuatro se enfrentan al cubo de principio a fin; y otros en los que algunos de sus miembros solo saben hacer un cierto número de pasos, de manera que llegan hasta ahí y se lo pasan al siguiente, para que lo termine.

Las bolsas conmemorativas. A. C. R.

¿Y son rápidos? Pues miren, la mayoría de participantes del CajaGranada logra soltar el cubo en, más o menos, 50 o 60 segundos. Pero hay algunos fenómenos que bajan de los 30 segundos. ¡Y hasta de los 20! Qué momento cuando los jueces –profesores «que hacen colegio»– piden silencio para que se concentren los niños y niñas y, de repente, solo se escucha el rápido «chas-chas-chas-chas-chas» de las filas y columnas girando sobre sus ejes.

Todos los participantes en el torneo de Rubik se llevan de recuerdo una bolsa conmemorativa, gracias a los patrocinadores: Puleva, Casio, las editoriales SM y Santillana, la Asociación Española de Speedcubing, Marcaroca, Grupo Mamunia, la Fundación CajaGranada y la propia Asociación de Madres y Padres del colegio. Los campeones, además, ganan un pack de juegos de mesas, libros, calculadoras y pendrives. Quién le iba a decir al bueno de Ernő que, 51 años después, su cubo mágico se ganaría una ovación en un teatro de Granada. ¡Chas!

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