Nace en Granada la Asociación de Usuarios de Criptomonedas de España
El granadino Carlos Aránguez está detrás de la primera asociación de usuarios de monedas digitales de España, que busca fomentar el conocimiento, asesorar y lanzar propuestas. «Se puede perder mucho y muy fácilmente con las criptomonedas»
El despacho de Carlos Aránguez (Ciudad Real, 1968), ubicado en Granada, fue el primero de España en aceptar el pago en criptomonedas. «Es la tecnología disruptiva de nuestra época, la mayor revolución desde las tarjetas de crédito y se va a imponer en los próximo años», dice el abogado y profesor titular de Derecho Penal en la UGR. Hace una semana, Aránguez y su equipo lanzaron la primera Asociación de Usuarios de Criptomonedas (AUC) de España con un triple objetivo: «Queremos promocionar todo tipo de actividades académicas sobre las criptodivisas: premios, artículos en revistas científicas, congresos... En segundo lugar, asesorar legalmente a los usuarios en sus derechos como consumidores. Y, por último, hacer llegar propuestas al legislador».
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Aránguez es el presidente de AUC, acompañado por Miguel Olmedo, ex decano de la Facultad de Derecho, y el letrado Gabriel Martínez Asensio. La asociación, que no cuenta con apoyo público ni privado, está constituida en el edificio Florentino García Santos, de la UGR, en el número 48 de Gran Vía. En la primera semana de vida han recibido más de 200 solicitudes de ingreso, que se están estudiando individualmente. «Ha sido una completa avalancha y una sorpresa», apunta Aránguez. Y añade: «Desde la asociación queremos reivindicar nuestros derechos ante las autoridades y las empresas del sector. Queremos enseñar, desde un punto de vista jurídico y social, qué son los tokens, los NFTs y las monedas virtuales».
La asociación propone que el 22 de mayo se celebre el Día del Bitcoin: «Fue el famoso 'pizza day', la primera vez que se pagó con bitcoins un par de pizzas». Pero, sobre todo, quiere hacer una llamada a la concienciación: «Invertir en criptomonedas es una operación de alto riesgo. Se puede ganar dinero y negarlo sería absurdo. Pero también se puede perder mucho y muy fácilmente. Debe reinar el sentido común». Este análisis y la «desprotección» de los usuario al entrar el mundo cripto fue la gran impulsora de AUC. «Con las criptomonedas, todas las garantías que existen en otras inversiones se escapan. Queremos que los usuarios tengan esos mismos derechos que tiene un usuario de banca; y sus deberes, claro».
«Queremos que los usuarios tengan esos mismos derechos que tiene un usuario de banca; y sus deberes, claro»
Entre otras coas, solicitan una garantían de los depósitos bancarios, que los 'exchanges' (lugares de cambio de divisas) y depositarios de criptomonedas estén registrados y que la comisión de valores no solo alerte de las estafas, sino que también exija un título para ejercer: «Tú no puedes ser broker de Bolsa –explica Aránguez– sin un título, pero sí puedes serlo en criptomonedas sin demostrar solvencia patrimonial, sin formación, sin garantías... Eso debe ser regulado». En el aspecto más rutinario, la AUC no plantea que el bitcoin o cualquier criptomoneda sea reconocida como moneda de curso legal, «pero sí como medio de pago regulado y garantizado, al igual que los cheques o las tarjetas de crédito o débito».
Empresas y NFT
En el apartado empresarial, la asociación nacional aspira a que las entidades, «voluntariamente», se sometan al proceso de un cumplimiento normativo que certifique su integridad. «Lo que quisiéramos es que no solo colaboren en la asociación los usuarios, también esas empresas en las que depositamos nuestros criptoactivos. Que se comprometan a aportar públicamente sus datos en portales de transparencia, igual que una sociedad. Si invierto en Movistar, por ejemplo, sé qué activos o beneficios ha tenido, sus pérdidas o ganancias, hasta sus sueldos... ¿Por qué iba a ser diferente en una empresa de intermediación de acciones en la Bolsa de Madrid o en un exchange de criptoactivos?», se pregunta Carlos Aránguez.
Con respecto a los NFT ('Non Fungible Tokens' o 'Tokens no fungibles' son objetos que pretenden simular una economía real, oferta y demanda, en el metaverso. En los últimos meses hemos visto cómo se vendían zapatillas virtuales o pinturas pixeladas a precios millonarios), desde AUC creen que «si hay tasadores de obras de arte, debería haber tasadores de NFT». «Activos de arte digital –continúa el abogado– que puedan evaluar la obra con transparencia, regulación, compromiso y cumplimiento normativo».
Y todo esto desde Granada, que se levanta como capital nacional de los usuarios de criptomonedas. «Es curioso –reflexiona Aránguez–, el mundo cripto está muy acostumbrado a la globalización y jamás se pregunta de dónde eres. ¡Somos de la red! Es la nueva idea del metaverso: desmaterializar las fronteras y que el único límite esté en las estrellas. Que se pueda visitar virtualmente la Alhambra o ir a una fiesta con Steve Aoki», dice el abogado.
«El mundo cripto está muy acostumbrado a la globalización y jamás se pregunta de dónde eres. ¡Somos de la red!
Sea como sea, la AUC nace para colocar la prudencia en el pedestal más alto de este nuevo mundo. «Hay personas que piden créditos para invertir en criptomonedas, que sería lo equivalente a apostar toda su nómina en la ruleta. Me parece una absoluta irresponsabilidad. La gente piensa que como hay otras personas a las que le va bien con las criptomonedas, se pueden tener ingresos sin hacer nada. Y no. Para que vaya bien hay que ser prudente, sensato e invertir el dinero que no necesitas. Jamás arriesgues algo esencial en tu patrimonio».
Si desea saber más de la asociación puede visitar la web https://www.asociacioncriptomonedas.com.
De Juana Rivas a la mayor estafa piramidal con criptodivisas
El despacho de CarlosAránguez participa en varios casos muy mediáticos, como la defensa de la granadina Juana Rivas. Pero, quizás, el más relevante sea el caso Arbistar, la mayor estafa piramidal con criptodivisas. «Soy el abogado de una plataforma con 2.800 clientes contra Arbistar –dice Aránguez–. El acusado consiguió engañar a 32.000 usuarios y defraudar una cantidad superior a 800 millones de euros con un sofisticado sistema de marketing. Durante la pandemia creció y aprovechó el momento de angustia para realizar una venta compulsiva con un esquema piramidal. Es un caso de 50.000 folios y un procedimiento muy complejo». El caso Arbistar sigue abierto, con los ojos de media España pendientes del desenlace.
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