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Comisarios y representantes institucionales, ayer en la organización de la muestra. J. A. M.

El músico metódico

La Casa de los Tiros rinde homenaje a la memoria del granadino Juan-Alfonso García, compositor clave para entender el siglo XX en España

Jueves, 12 de junio 2025, 00:16

Este año, el Festival Internacional de Música y Danza ha decidido hacer un homenaje público a la figura del compositor y músico granadino Juan-Alfonso García (1935-2015). Aunque nacido en la población pacense de Los Santos de Maimona, muy pronto vino a Granada a estudiar, y aquí se ordenó sacerdote y se convirtió en esa figura unida irremisiblemente al órgano de la Catedral, en cuya estructura llegó a tener, incluso, despacho propio. Pero García fue mucho más que un excelso compositor de música religiosa –lo cual ya es bastante–: fue un auténtico catalizador de las corrientes sonoras de la España del siglo XX, y ejerció su magisterio con la misma gran humildad y escaso afán de protagonismo que guió su vida durante los primeros tres lustros de la presente centuria.

A comprender en profundidad tanto al creador como a la persona contribuye de forma decisiva la muestra 'Juan-Alfonso García y la Nueva Música en Granada', que ayer se inauguró en la Casa de los Tiros y que permanecerá abierta hasta el próximo 7 de septiembre, comisariada por las dos sobrinas del compositor, Cecilia García-Nieto García y Pilar Martín García, y el musicólogo granadino Reynaldo Fernández Manzano. La exposición ha sido coorganizada por la Junta, a través de la Consejería de Cultura y el Centro de Documentación Musical, y el propio Festival de Música y Danza. Es, como decimos, uno de los grandes homenajes públicos a la figura de García, pero en realidad, es un jalón más en el homenaje callado que sus dos sobrinas, como el resto de su familia, le rinden cada día a través de la Asociación Cultural que lleva su nombre.

El recorrido por la muestra revela los más pequeños detalles de la vida del compositor, inseparables de su condición de artista. Sus rutinas, su método, le emparentan con Falla, que fue su gran inspiración desde que comenzó a oír y a pensar en crear música. Luego, la otra presencia clave en su formación, esta de carácter físico, fue la de Valentín Ruiz-Aznar, «Las conexiones de este con la polifonía y la música antigua son imprescindibles para entender la dimensión musical que impregna la producción de García», asegura Fernández Manzano. Lo mejor de este recorrido por la obra del autor es descubrir hasta qué punto su humildad le impidió hacer alarde de sus grandes triunfos. Basta con asomarse a alguna de las vitrinas donde se exhiben los programas de mano de sus conciertos para entender cuántos y cuán buenos fueron los músicos que se hicieron eco de su obra, y cómo su magisterio cristalizó en figuras tan reconocidas en nuestro tiempo como las de José García Román, José María Sánchez Verdú, Manuel Hidalgo y Francisco Guerrero.

Uno de los rertratos del compositor, obras de arte personales y uno de sus pianos. J. A. M.

De las paredes de la Casa de los Tiros cuelgan algunos de los cuadros que forman parte de la colección personal del músico, muchos de ellos obra de Iván Piñerúa, uno de los más importantes artistas que vivieron en la ciudad en la segunda mitad del siglo XX. Su vida, en cierta medida, es paralela a la del propio Juan-Alfonso García, y su amistad fue una consecuencia lógica de afectos e inspiraciones comunes.

Detalles

En el espacio que media entre la sala que da la bienvenida al visitante y la más grande, se ha creado un rincón que, como afirma Cecilia García-Nieto, arquitecta y responsable del montaje, reúne algunos de los objetos más queridos por su tío, frente a una línea del tiempo que pondera sus éxitos más importantes y los acontecimientos vitales que ayudan a comprender su obra. «Hemos querido dar a conocer sus años jóvenes, antes de que tuviera la repercusión que luego tuvo su música», comenta. Esta sala también incide en su vida privada, con un árbol genealógico de la familia. La zona audiovisual se aprovecha en este caso para que quien acuda a disfrutar de la muestra pueda oír algunas de las obras del maestro y leer algunos de sus escritos. El espacio de mayor extensión refleja en las paredes las opiniones de musicólogos, alumnos, músicos que no lo fueron y diversos personajes de la vida cultural a propósito de la forma de ser de Juan-Alfonso y su legado.

Para el director del Festival de Música y Danza, Paolo Pinamonti, «este homenaje es clave, porque no es sólo una figura significativa en la renovación de la música religiosa, ligada al 'Motu proprio' de Pío X, sino que su obra está influenciada por toda la corriente modernista que pasa por nombres como Falla, Stravinsky, Messiaen y Dutilleux. Era justo realizar un tributo a este compositor, humilde y brillante al mismo tiempo, maestro de grandes músicos de la segunda mitad del siglo XX. El programa del Festival está salpicado de citas donde podremos escuchar sus creaciones».

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