El día que Chopin sonó en las Pasiegas

Eran las diez de la mañana en las Pasiegas. Un grupo de orientales, uniformadas con gorro de paja, gafas de sol y cómodas deportivas, blandían palos selfie y hacían fotos a la portada de la Catedral, aún en sombra. En el centro de la plaza, Cristóbal Montesa se afanaba en la afinar el Yamaha CF3, un majestuoso piano de cola que tocan los más reputados intérpretes en las más importantes salas de conciertos del mundo. Las Pasiegas no lo es, pero como si lo fuera. Tiene una estupenda sonoridad. «Después de una noche a la intemperie, poner a punto las cuerdas requiere su tiempo», le comenta el bueno de Cristóbal a un curioso que se acerca para preguntarle «¿esto qué es?» Por fin termina. Se levanta. Y su asiento es ocupado por Ambrosio Valero, uno de los mejores concertistas de España. Granadino para más señas. Cierra los ojos. Extiende las manos sobre el teclado. Y empieza a tocar el 'Nocturno número dos' de Frédéric Chopin. Entonces las turistas japonesas dejan de apuntar con sus móviles a la Catedral y ponen el foco en Ambrosio. De repente –lo llaman magia– el bullicio de las Pasiegas enmudece y, en pocos segundos, decenas de viandantes se detienen y escuchan a Ambrosio ensimismados. Ambrosio sigue con lo suyo. Sigue con Chopin. Y con la magia.

Con esta escena comenzaba 'Granada se llena de pianos', una iniciativa de la Fundación Jesús Serra, el Grupo Catalana Occidente y el Concurso Internacional de Música María Canals que llena de pianos las calles de ciudades españolas –dos veces al año–. En esta ocasión fue Granada.Los instrumentos, un Bösendorfer Imperial, el modelo más grande del mundo, un Yamaha CF III y cinco Yamahas C7 (tres cuartos de cola) y C3 (media cola), se colocaron en espacios icónicos de Granada como la plaza de la Universidad, la plaza de las Pasiegas, la Carrera de la Virgen, plaza Nueva, el mirador de San Nicolás, el bulevar de la avenida de la Constitución y el palacio de Carlos V.

Lugares frecuentadísimos por propios y extraños que todo el día, entre las once de la mañana y las ocho de la tarde, sonaron a Beethoven, Mozart, Bach, Falla, Albéniz o Mompou, aunque también hubo quien se atrevió con temas más modernos como 'Hotel California' o 'Todo tiene su fin'. Menuda ovación se llevó el joven José Pamiés después de interpretar estos dos clasicazos de los Eagles y Los Módulos. «Soy camarero, he salido de trabajar y no he podido resistir la tentación», comentó José un tanto abrumado por salir en el periódico. «Aprendí de oído y desde entonces no he podido parar», aseguró. «Lo maravilloso de todo esto –agregó– es que las partituras son las mismas para todos, pero después cada uno las interpreta a su manera» .

Y es que, pese a lo que impone pulsar las teclas de unos pianos de este tamaño, la idea era que los tocara todo el mundo. Incluso los que no sabían. Unos dinamizadores se encargaban de dar unas nociones básicas, sobre la marcha, de piezas 'sencillas' y entrañables como el 'Himno de la alegría'. «Con esto lo que se busca es democratizar la música, que todo el mundo pueda acceder a ella», afirmó Valero, con mucho trabajo estos días por el inicio de la Academia Manuel de Falla, de la que es director. Algunos de sus alumnos, músicos en busca de la maestría venidos desde diversos puntos de España, participaron en 'Granada se llena de pianos'. Como Roberto Prados (19 años), cuarto clasificado en el Concurso Internacional de Piano de Ibiza, que inauguró el evento interpretando la 'Sonatina' de Monsalvatge en el palacio de Carlos V. Allí, en el palacio de Carlos V, fue el pistoletazo de salida por parte las autoridades. Hasta la concejala Lucía Garrido se arrancó con unas notas. De eso iba 'la cosa', de animarse y perder el miedo. Y también de compartir a todo trapo. Fueron muchos los que subieron su momento –vídeos, fotos y mensajes– con la etiqueta #PianosGranada.

El proyecto 'Tu ciudad se llena de pianos', que así se denomina genéricamente, tiene como objetivo promover la divulgación y la práctica universal de la música a través de la participación ciudadana. Se trata de una de las actividades más destacadas que organizan de forma conjunta la Fundación Jesús Serra y el Concurso María Canals para acercar la música a la población de toda la geografía española.

«Continuamos el camino con una parada mágica en una ciudad como Granada donde se refleja y se vive la pasión por el arte y la música. Para nosotros es un lujo poder ofrecer este día a todos los granadinos y contar con el apoyo tanto del Ayuntamiento como de toda la ciudadanía, que sabemos que lo tendremos», afirmó Laura Halpern, vicepresidenta de la Fundación Jesús Serra. Por su parte Jordi Vivancos, director del Concurso María Canals, recalcó la importancia de este proyecto a través del que «conseguimos acercar la música y el piano a toda la sociedad, además de dar a conocer y fomentar la participación de los mejores talentos del país con el prestigioso Concurso Internacional de Música María Canals».

La concejala de Cultura del Ayuntamiento de Granada, Lucía Garrido, mostró su satisfacción por llevar a cabo esta iniciativa en una ciudad que «rebosa música» y que cuenta con una enorme tradición como «cuna de compositores e intérpretes» y animó a todos los granadinos a que participaran este viernes y disfrutaran de la actividad. «Queremos que la gente salga a la calle y disfrute de la música; porque esta ciudad es cultura y el compromiso del Ayuntamiento por potenciarla y poder convertirnos en 2031 en Capital Europea de la Cultura va a ser una constante de todas las iniciativas que vayamos poniendo en marcha», señaló Garrido.

La estrecha colaboración entre la Fundación Jesús Serra y el Concurso María Canals ha permitido llevar esta actividad cultural a varias capitales como Barcelona, Madrid, Bilbao, Sevilla, Cádiz, Málaga, Salamanca, Toledo, Santiago de Compostela, Valencia o León. Tras Granada, la iniciativa viajará a Madrid el 24 de octubre.