Patrimonio de Granada
Las mujeres que construyeron GranadaUn libro de la historiadora Encarna Hernández rescata del olvido a granadinas ocultas por sus esposos que promovieron edificios como el Palacio de los Córdova o el Convento de Zafra
Mencía de Mendoza, María Jibira, María de Peñalosa, Juana de Torres, Leonor de Torres... fueron mujeres muy importantes en Granada, pero lo más probable es que sus nombres no le suenen de nada. No se preocupe; no tiene la culpa. Son granadinas que impulsaron importantes construcciones, pero cuyo rastro resulta muy difícil de trazar porque quedaron escondidas bajo la alargada sombra de sus maridos. Hasta ahora.
Encarna Hernández López, investigadora de la Universidad de Granada, acaba de publicar en la editorial de la UGR 'Rescatadas del olvido', un libro de casi cuatrocientas páginas, escrito con un estilo muy divertido, que reivindica la figura de las promotoras de arquitectura en la Granada moderna. Concretamente en el periodo comprendido entre la Conquista y mediados del siglo XVII. «Tengo la seguridad de que las personas que lo lean, verán Granada de una manera distinta desde ese instante», asegura la autora.
Y es que 'Rescatadas del olvido' no solo es el resultado de muchos años de investigación por parte de Encarna López –sobre ello hizo su tesis doctoral con resultado de sobresaliente cum laude– sino que también es un acto de justicia. «Si nos faltan ellas, nos falta el cincuenta por ciento de la Historia», afirma. Encarna López ha estudiado en profundidad a setenta granadinas, «unas de linaje y otras de estratos sociales más bajos, unas moriscas y otras monjas... unidas por ser las auténticas protagonistas de monumentos como el Palacio de los Córdova, la capilla del Monasterio de San Jerónimo o el Convento de Zafra de la Carrera del Darro».
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Todas fueron olvidadas en una sociedad donde prevalecía el varón, pero hay casos especialmente sangrantes. El Palacio de los Córdova, por ejemplo, no se hizo por orden de Luis Fernández de Córdova, descendiente del famoso capitán general de las tropas castellanas en la Guerra de Granada, sino por su esposa Francisca Fernández de Córdova. Es más. El edificio, que ella reformó a finales del siglo XVI, era de su propiedad porque lo heredó de sus padres. No pudo aparecer en los papeles porque, por entonces, el que lo hacía era el cónyuge másculino. Tuvo que esperar hasta que enviudara para ser 'alguien'.
Leyendo las crónicas de su propio hijo, el abad de Rute, podemos observar la consideración que el propio descendiente tenía de sus progenitores. Mientras que su madre, Francisca, era «una señora de raras partes, agrado, dirección y gallardía», su padre, Luis, tenía muchos más méritos. Además del Palacio de los Córdova, el de haber «labrado la Capilla de San Francisco de Granada». Lo que Encarnación López ha descubierto que es rigurosamente falso tras pasar muchas horas indagando en el Archivo de la Nobleza de Toledo. En el testamento de Francisca quedaron las cosas bien claras. En efecto, Francisca Fernández de Córdova fue la hacedora de la cabecera del Convento de San Francisco, un inmueble del que no hay muchas referencias porque fue demolido –posiblemente en el siglo XIX, tras la Desamortización de Mendizábal–.
María Manrique de Lara
Otra de las grandes mecenas de Granada se llamaba María Manrique de Lara, casada con el Gran Capitán. Esta aristócrata es clave para entender la Granada de hoy día. No solo por su concurso definitivo en la ejecución de la impresionante capilla renacentista del Monasterio de San Jerónimo, en cuya cripta están enterrados los restos del Gran Capitán, sino porque ella fue la gran culpable de que 'aterrizaran' en Granada dos personajes clave. Por una parte, Jacobo Florentino, discípulo del mismísimo Miguel Ángel Buonarroti, y por otra, Diego de Siloé.
El primero estuvo implicado en San Jerónimo y el segundo fue el arquitecto de catedrales como la de Granada y Guadix y también otras muchas obras como San Jerónimo o la Sacra Capilla del Salvador de Úbeda. «La Duquesa de Terranova vivió en Italia y estuvo en contacto con artistas españoles y también con italianos, como Florentino, que terminó trayéndolos hasta Granada», explica Encarna López.
Pero volvamos al principio. ¿Qué hicieron Mencía de Mendoza, María Jibira, María de Peñalosa, Juana de Torres o Leonor de Torres? Vayan tomando nota para cuando den un paseo por el casco histórico de Granada. La primera, la Marquesa del Zenete, los pasadizos a las casas del Gran Capitán. La segunda, un cobertizo en la Colación de San Justo. La tercera, un molino en la acequia de Romayla. La cuarta, una vivienda en el solar de la Puerta de Bib Rambla. Y la quinta, el Convento de Santa Catalina de Zafra –no, no fue Hernando de Zafra–.
«Si nos falta lo que hicieron las mujeres, nos falta el cincuenta por ciento de la Historia», dice la autora
Encarna Hernández (Granada, 1981), especialista en paleografía, es licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Granada. Trabajó durante cinco años como gestora cultural en la Alhambra y ahora prepara la presentación 'Rescatadas del olvido'. Unas mujeres que, como ella misma reconoce, «se ganaron por méritos propios un sitio en la Historia».
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