Artes escénicas en Granada

Donde MagoMigue crea la magia

MagoMigue apagó el ordenador a la seis de la mañana. Aún noche cerrada en Granada. Acababa de impartir una conferencia on line a colegas de Colombia, Chile, Argentina, España... «No hemos hablado de cómo hacer un número en concreto, sino de cómo hacer todo un espectáculo», explica Miguel Puga Ortiz (Granada, 1968) sentado nuevamente, dos cafés después, en la silla de su Laboratorio de Arte Dramágico, situado entre el salón y la terraza de su vivienda en el Zaidín. «Aquí estuve hace unas horas y aquí sigo ahora», comenta entre risas al periodista que ha acudido a 'deshoras' para escribir este reportaje. Una habitación soleada con vistas a Sierra Nevada donde el mago granadino, grande entre los grandes, pergeña los shows con los que luego gira por teatros de toda España.

Un singular laboratorio donde no hay probetas ni microscopios, sino montones y montones de barajas de naipes. «Las tengo de todos los tipos... españolas, francesas, inglesas o del tarot, y de todas las texturas y colores», comenta mientras enseña unas marrones aún sin estrenar. «Aunque lo realmente importante –aclara– es la flexibilidad;en función de ello puedes hacer unas cosas u otras». «Yo fumo cartas», bromea MagoMigue, que no solo es un ilusionista de primera, sino también un tipo con un enorme sentido del humor.

La chispa de la creación se le enciende de la forma más inesperado. «Paseando, cocinando o haciendo el amor». Entonces el MagoMigue 'para máquinas', saca un cuaderno del bolsillo, escribe la idea y, con cuatro trazos, dibuja un sencillo 'story board' de esa idea que acaba de visualizar.

«Para mí lo importante –dice– es tener un título; a partir de ahí, ya en el Laboratorio de Arte Dramágico, saco de los cajones decenas de enseres para trucos, muchos de ellos nunca puestos en escena, y valoro cuáles vendrían mejor». «También leo mucho sobre teoría de la magia, un ejercicio que estimula la memoria y sobre todo la imaginación». Su libro de cabecera, un recopilatorio de ensayos escritos por el ínclito Arturo de Ascanio en los años cincuenta. Un erudito. Un maestro para todos los que vinieron después.

Una vez que lo tiene todo atado, MagoMigue traslada sus apuntes a la realidad. Entonces es cuando el laboratorio de su casa se le queda pequeño y el muchacho tiene que trasladarse a una nave en los Vados, el polígono de los artistas, donde comparte espacio con el clown Lolo Fernández y con la compañía LaSal de Julia Ruiz. «Hay un escenario, atrezzo, decorados, vestuario, focos, altavoces... lo que necesito para perfilarlo todo y posteriormente ensayar».Un proceso para el que el MagoMigue, ya sí, cuenta con el concurso de otros profesionales. Técnicos de luz, sonidistas, músicos y sobre todo escenógrafos. «Porque lo que más me cuesta –reconoce– es cómo deben de situarse todos los elementos para que la puesta en escena sea lo más atractiva para el espectador».

Así es cómo MagoMigue, que este año celebra su treinta y cinco aniversario sobre las tablas, ha parido la mayoría de sus espectáculos. De pequeño y gran formato, de una sola función o de varias. Ahora, por ejemplo, ultima 'Los Reyes Malos, que representará el próximo 6 de enero –solo ese día– en el teatro Isabel la Católica, donde tantas veces ha triunfado.La trama, protagonizada por él y por Lolo Fernández, va de dos muchachos que esa noche reciben carbón sin saber el porqué e intentan resarcirse demostrando a Melchor, Gaspar y Baltasar que ellos son buenos chicos. ¿Cómo? Mostrando sus habilidades.

De forma paralela, MagoMigue también trabaja a tope en 'El brujo amor', que tenía que haberse estrenado durante el Festival de Música y Danza de 2016. El momento será un pelín más tarde, en noviembre de 2024, dentro de un año. 'El brujo amor', en homenaje a Falla, le llevará de tournée por España.

Tratándose de esas fechas, es probable que la puesta de largo sea aquí, en Granada, en el HocusPocus, el festival que él mismo dirige desde hace veintidós ediciones y que este 2023 se desarrollará entre el 17 y el 26 con el lema 'La magia te transforma'. Un eventazo que también se ha gestado, a fuego lento, en el ya mítico Laboratorio de Arte Dramágico. «El HocusPocus es una extensión de mi carrera donde muestro el amor por este arte», apunta MagoMigue, quien habla de una oferta que diversifica la agenda cultural de Granada». La respuesta del público le avala. Un noventa por ciento del aforo ocupado en 2022. «La gente de Granada es nuestro gran patrocinador».

La misma Granada en la que aquel Miguelito de cinco años, que quedó impresionado con el ilusionista que resucitó a una mujer en el circo del Paseo del Salón, se convertiría algún día en un señor que deslumbra a grandes, pequeños y medianos por convertir lo imposible en lo posible. El MagoMigue.

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