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Juan Bolívar, en la sede del Grupo Espeleológico Ilíberis, en Maracena, con un ejemplar de su novela 'Libre'. PEPE MARÍN

Regreso a la tragedia del Atlas: «Fue un asesinato en toda regla»

Juan Bolívar, policía nacional y espeleólogo granadino, sobrevivió a un accidente en Marruecos, donde fallecieron dos amigos. Ahora publica 'Libre', una novela que es homenaje, terapia y denuncia

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Miércoles, 28 de septiembre 2022, 00:19

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Aquel 29 de marzo de 2015, Gustavo Virués, José Antonio Martínez 'Rambo' y Juan Bolívar caminaron cinco horas hasta el imponente barranco de Wandras, en el corazón del Gran Atlas de Marruecos. Los tres amigos –un gaditano y dos granadinos– actuaron como siempre, como tantas otras veces en tantos otros sitios. Primero subió Gustavo, después José Antonio y, por último, Juan. Ese fue el orden. Encaramados al repecho, les pareció escuchar un «¡libre!», que en espeleología significa que una cuerda queda vacía. Pero, al estar entre dos cascadas, no estaban seguros. «¿Ha dicho libre?», se preguntaron. Algo extraño pasaba y a Gustavo, unos metros más arriba, no lo veían. Rambo decidió escalar para hablar con él y estudiar la situación. Juan comprobó que ambos estaban juntos, se despreocupó y bajó la vista. Entonces fue cuando escuchó aquello que nunca podría olvidar. Aquello con lo que siete años más tarde empezaría su novela: «Un grito breve y seco ha silenciado la cascada...».

«Lo que se dijeron Gustavo y José Antonio, lo que fuera que pasara, es algo que se llevaron a la tumba», dice Juan Bolívar (Granada, 1987), en la sede del Grupo Espeleológico Ilíberis, en Maracena. Gustavo murió en el acto, tras aquel breve y seco grito. José Antonio, no. Rambo tardaría una semana en irse del todo. Una semana que pasó junto a Juan, en lo profundo del Wandras, luchando por sobrevivir. Una lucha que terminó, irónicamente, cuando llegó la ayuda. «Siempre he dicho que eso no fue un rescate, fue una chapuza. Los gendarmes de Marruecos tenían material, pero no sabían usarlo. Nos mintieron. Lo de José Antonio fue un asesinato en toda regla».

'Libre: La tragedia del Atlas', Editorial Península.
'Libre: La tragedia del Atlas', Editorial Península. P. MARÍN

Bolívar publica 'Libre: La tragedia del Atlas' (Ed. Península, 2022. Se presenta hoy, en la Biblioteca de Andalucía, a las 19.00 horas), una novela que es un homenaje a sus amigos perdidos, una terapia personal para sanar heridas y un testimonio para que la gente no olvide lo que pasó. «Una cosa es lo que salió en la tele, pero esto es vivirlo. Saber lo que sentimos, tanto yo, en la parte de abajo, como mi familia en el rescate, en la parte de arriba. Escribirlo ha sido un desahogo, una manera de cerrar una herida que tenía abierta».

¿Se puede cerrar una herida tan profunda?

–No del todo, pero la herida puede dejar de sangrar.

Juan Bolívar Bueno es «de Granada de toda la vida», Policía Nacional en Madrid desde hace 11 años y amante de los deportes de riesgo. «Practico desde los 12, cuando mi padre nos metió a mi hermano y a mí en una cueva. Espeleología, barranquismo, buceo, paracaidismo... Cualquier cosa que puedas imaginar», cuenta. La aventura del Atlas debió ser eso, una aventura más, pero desgraciadamente se convirtió en una tragedia. «No olvido los sonidos del barranco. La nieve. El hecho de saber que pude morir en cualquier momento. De hecho, me di por muerto en varias ocasiones... No me dejé llevar porque José Antonio dependía de mí».

Las referencias

'Libre' es la unión de dos relatos. De dos líneas temporales que confluyen en un mismo punto. Por un lado, el relato del propio Juan, desde lo hondo del barranco, durante esa infernal semana en la que vivir era un milagro. Por otro, el viaje que les llevó allí, desde Granada, y las labores de rescate que sucedían arriba, descritas fielmente por Diego Bolívar, su hermano. Y, mientras arriba mantenían la fe, abajo Juan pensaba en Granada. En Casa. En Ana. «Ana es mi pareja. Llevo con ella 17 años. Es mi Pepito Grillo, la que me lleva por el camino correcto de la vida, mi referencia. La que me salva la vida. Y Ana es, desde el 15 de agosto, la madre de nuestra hija, Nuria».

¿Libro e hija?

–(ríe) Ha venido todo junto. Me dicen que me falta plantar un árbol para terminar el año completo. Mira, un parto de mi mujer y otro mío.

Una hija también debe ayudar a cerrar heridas.

–Sin duda. Se cierra una herida y viene una nueva vida. Es la mejor de las tiritas. Una hija hace que te replantees la vida, pensar que tienes a alguien que depende de ti lo cambia todo.

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Bolívar no había escrito nunca, pero es un lector voraz. El libro, 'Libre', empezó allí mismo, en el Atlas. «No hacía más que pensar que esto debía contarlo. Y, cuando llegué aquí, en el entierro de Gustavo, su madre me dijo que debía escribir un libro para que no se olvidara». Cuando los gendarmes de Marruecos llegaron al lugar, negaron al equipo español que se sumara a las labores de rescate. Y, aunque tenían material, «no supieron usarlo». «Bajaron con una camilla antigua y pusieron encima el cuerpo de José Antonio –sigue Juan–. Querían subir a pulso la camilla los 40 metros. Era imposible. La camilla se fue con la corriente del río, bajo la catarata, y ahí se quedó. Lo dejaron. Y lo peor fue que nos mentían. A mí me dijeron que estaba con la cabeza fuera. A los de arriba les decían que estaba con mantas, en la orilla. Y no. Lo dejaron. Fue un asesinato en toda regla».

El libro se completa con la ayuda de Diego Bolívar, su hermano, que escribió unas memorias en los días de rescate. «Y con mi tía, María Bueno, que le ha dado toda la estructura». El resultado es un relato apasionante, cinematográfico y descorazonador. Una lectura humana, esperanzadora y cruel que recuerda a 'La sociedad de la nieve', de Pablo Vierci.

¿Qué ha aprendido de toda esta experiencia?

–A vivir sin miedo, pero pensando que hay otros que dependen de mí.

De patrullar las calles de Madrid a actuar en el teatro de Granada

P. M.

Con quince años, en el IES Francisco Ayala, Juan Bolívar entró en el grupo de teatro. «Fue por los amigos, pero me gustó mucho lo de subirme a un escenario. Me enamoró meterme en la piel de otros personajes», recuerda. Una pasión que dejó aparcada al ingresar en la Policía Nacional y marcharse a Madrid. «Pero hace tres años, mi padre, que da muchas conferencias, me contó que quería apuntarse a teatro para hablar mejor en público. Me propuso ir con él y dije ¿por qué no?».

Así, Bolívar ha hecho el grado de teatro en la escuela La Seducción y es, también, actor. «Fui uno de los actores de 'Burlesque', un musical granadino que ahora está de gira. Ahora he vuelto a parar, pero cuando crezca mi hija volveré, sí, porque me encanta». ¿Y si 'Libre: La tragedia del Atlas' termina en el cine? «Lo he imaginado, pero no creo que pase. Yo lo he hecho como un homenaje, para sanar heridas y para que no se olvide. Si luego sale en Netflix, pues bienvenido sea».

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