Una historia de Granada para colorear

Inma paseaba por Nueva York dejándose asombrar por todos los detalles; por todas las líneas. Su mente de arquitecta dibujaba trazos a cada paso, a cada giro de la manzana. «Me impresionó muchísimo la ciudad y entonces, entre tantas cosas, vi un libro», recuerda. El libro descansaba en un escaparate aunque, más tarde, descubriría que estaba por todas partes: 'Secret New York: Color Your Way to Calm' ('Nueva York Secreta: Colorea tu camino a la calma'). La idea, un libro para aprender sobre la ciudad mientras coloreas dibujos de línea, le pareció brillante. «Era algo para relajarse, para concentrarse, para hacer tranquilo. Lo tuve claro. Quería hacer uno de Granada». Y lo ha hecho.

Inma García Moreno (Murcia, 1984) acaba de publicar 'Color Granada', un hermoso libro de ilustraciones en el que cada página sirve para descubrir un rincón, un episodio o un elemento muy característico de nuestra ciudad. Son láminas grandes, de 25x25 centímetros, acompañadas siempre de un pequeño texto explicativo. «Al principio lo ideé en clave turística, pero, por cómo están reaccionando aquí, creo que también le gustará a los vecinos de siempre».

Aunque la idea de un libro para colorear pueda sonar, a priori, a algo infantil, nada más lejos de la realidad. O sí. «Este tipo de libros no tienen edad –explica–. Puede colorearlo un niño, claro, pero, al ser dibujos más complejos, están asociados al 'mindfulness' (esto es, estar un rato relajado, concentrado en una única actividad)». Efectivamente, los dibujos del libro destacan por su preciosismo rico en detalles y en espacios variados, para jugar con técnicas y colores. «Es una manera de contar y colorear una historia de Granada. Una forma de recorrer Granada a través de los colores. Pero de los colores que el lector quiera, con libertad, es un libro muy vivo en ese sentido». La publicación, con un precio de 13.90 euros, tiene un papel de gramaje alto que admite, por ejemplo, acuarelas.

'Color Granada' está disponible, por el momento, en Ábside Shop, Papelería El Astillero, Alsur Librería, Librería Dauro, Librería Inusual y Material Revolution. «La acogida ha sido fantástica y he hecho una primera tirada de 1.500 ejemplares. Ojalá siga así».

El libro se divide en 25 láminas repartidas en cinco capítulos. El primero de ellos, dedicado a la ciudad, arranca con un preciosista plano general en el que se ubican 23 puntos de interés cultural; sigue con una formidable vista de pájaro desde Bibrrambla hasta la colina de la Sabika –colorear esto les llevará un buen rato–; un dibujo frontal del barrio del Albaicín; la Carrera del Darro;y, por último, la Calderería. El segundo capítulo, La Alhambra, también parte de una perspectiva general en la que se explican todas sus partes; después vienen el Palacio del Partal, el Palacio de los Leones, la Torre de las Infantas y, finalmente, una vista del castillo nazarí desde el mirador de San Miguel Alto.

«En el tercer bloque –explica García– hay elementos artísticos decorativos del patrimonio nazarí: mocárabes, mosaicos, lacería, los doce leones de La Alhambra y el jarrón de las gacelas, que actualmente está en el Museo del monumento». Los dos últimos capítulos son un viaje en el tiempo a través del color. Por un lado, la Granada Islámica, en la que muestra un mapa nazarí inspirado en el que realizó Luis Seco de Lucena; un mandala con los diez reyes que reinan en La Alhambra; el Maristán; la Almunia árabe de Darabenaz, en la vega granadina; y elementos del ajuar nazarí: platos, jarras, peines, atabes, brazaletes... 'Granada Color' cierra con cinco láminas dedicadas a la Granada Cristiana, empezando por una versión del famoso cuadro 'La rendición de Granada', de Francisco Pradilla y Ortiz. Aquí destaca un mapa de la Plataforma de Ambrosio de Vico, el primer plano que se hizo de la ciudad; el Palacio de Carlos V, la fachada de la Catedral y la cúpula del Sagrario.

Inma García, murciana enamorada de Granada, llegó aquí hace «media vida» para matricularse en Arquitectura en la UGR. Ella, que siempre fue «la niña que dibujaba», combinó su inquietud por el arte con una «facilidad innata» con las ciencias y las matemáticas. «Terminé la carrera en plena crisis de la construcción y empecé pronto a compaginar con la docencia». Así, ha pasado la última década vinculada a un estudio y dando clases de Dibujo, Interiorismo y Presto (un programa especializado presupuestos y mediciones de obra) en la Escuela Arte Granada. «Este año yo también vuelvo a estudiar. Necesitaba cambiar y voy a hacer un máster de Arquitectura y Patrimonio, en Sevilla. Quién sabe, lo mismo hago un libro de colorear de Sevilla».

Y así, en mitad de la Carrera del Darro, rodeada de turistas asombrados con la ciudad, Inma sostiene su libro como si fuera un espejo que sólo reflejara líneas. «Granada no era menos que Nueva York», termina.