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Pepa Merlo y Enrique Bonet sostienen un ejemplar de 'Cuentos del Conde Lucanor' junto a la estatua de Elena Martín Vivaldi. PEPE MARÍN
De cómo dos granadinos escribieron el último cuento del Conde Lucanor

De cómo dos granadinos escribieron el último cuento del Conde Lucanor

Enrique Bonet ilustra los textos que adapta Miguel Ángel González, que falleció en pandemia con la ilusión de ver publicado este clásico adaptado a los tiempos

Jueves, 6 de enero 2022

Este cuento empezó en otro tiempo y en el mismo lugar, o quizás todo lo contrario. Fue en Granada, eso seguro. Allí, en 1998, arrimados a la hoguera de Washington Irving, dos autores que sólo conocían del otro su firma unieron talentos para narrar los 'Cuentos de la Alhambra para niños'. Y así, con un érase una vez, construyeron una amistad que, pese a todo, perdura. Desde entonces, entre cafés y cervezas, hablaban de su próximo proyecto, ese que tantas ganas tenían de hacer, ese que volvería a unir sus nombres. Pero el tiempo pasó, pasó la pandemia y llegó el pesar.

Miguel Ángel González, escritor, cantautor e investigador, falleció el 16 de julio de 2020, a los 67 años. Fue uno de los fundadores de la peña La Platería, íntimo de las grandes voces del flamenco de Granada, crítico en los años 80 y 90 de IDEAL, apasionado estudioso de la lengua y la literatura y autor de una docena de libros como 'El niño y el emperador' o 'Manual de los cantes de Granada'. «Cuando hicimos 'Cuentos de la Alhambra para niños', Miguel empezó a investigar en las raíces de esos textos. Así llegó a 'Las mil y una noches' y a 'Los cuentos del Conde Lucanor' de Don Juan Manuel, que es el que trae a nuestras letras ese mundo de cuentos». Enrique Bonet recuerda a su amigo en la Avenida de la Constitución, dejando escapar una sonrisa por encima de la mascarilla. Bonet, escritor y dibujante, autor de 'El juego de la luna' (Astiberri, 2009), 'La araña del olvido' (Astiberri, 2015) y 'Grandes preguntas que se contestan en otros sitios' (Editorial Karras, 2020), creyó que nunca volvería a ilustrar un texto de González. Pero se equivocaba.

Portada de 'Cuentos del Conde Lucanor'.
Imagen - Portada de 'Cuentos del Conde Lucanor'.

'Cuentos del Conde Lucanor' es la segunda y última obra del tándem González–Bonet. Un libro ilustrado que recupera y adapta aquellos relatos fundacionales de nuestra lengua, escritos hace setecientos años. «Miguel Ángel disfrutaba buceando en el Conde Lucanor como el que descubre el nacimiento del río en una selva –dice Bonet–. Reescribe los textos con un lenguaje accesible y contemporáneo pero respetuoso con la fuente original, manteniendo ese sabor tan característico. Es una magnífica puerta de entrada para todas las edades, pero en especial para los jóvenes».

El cuento favorito de González, el que le impulsó a reescribirlo y, luego, a reescribir todos los demás, fue 'El desquite del mago'. «Miguel conocía ese cuento por Borges, que hizo su propia adaptación. Es un cuento escrito en el siglo XIV que, sin embargo, es súper moderno», apunta Bonet. El libro adapta los 30 cuentos más emblemáticos de la obra original, todos llevan un título nuevo, moderno, y como subtítulo el título original. Por ejemplo, 'El suntuoso traje del rey' es la actualización de 'De lo que contesçió a un rey con los burladores que fizieron el paño'.

Bonet, dedicando el libro; retrato de Miguel Ángel González e ilustración para el cuento del traje invisble del rey. PEPE MARÍN Y ENRIQUE BONET
Imagen principal - Bonet, dedicando el libro; retrato de Miguel Ángel González e ilustración para el cuento del traje invisble del rey.
Imagen secundaria 1 - Bonet, dedicando el libro; retrato de Miguel Ángel González e ilustración para el cuento del traje invisble del rey.
Imagen secundaria 2 - Bonet, dedicando el libro; retrato de Miguel Ángel González e ilustración para el cuento del traje invisble del rey.

Por cierto, seguro que recuerdan ese cuento, ya saben, el de que un rey recibe un traje invisible que solo pueden ver los más inteligentes de la corte. Aquí se incorpora a la conversación Pepa Merlo, una de las socias de la Editorial Elenvés, la responsable de la publicación de este 'Cuentos del Conde Lucanor': «Todo el mundo piensa que el traje del rey es de Hans Christian Andersen, pero no, el original es español, de Don Juan Manuel. Se nos olvida que los Cuentos del Conde Lucanor son la base de los cuentos de Andersen o de los hermanos Grimm, pero irónicamente nos llegan por ellos».

Merlo, filóloga y escritora, se juntó con Conchi Molina, Concepción Badía y Almudena Rubio para montar, en pleno confinamiento, la editorial Elenvés, aquí en Granada. «Unos se pusieron a hacer pan y a nosotras se nos ocurrió la idea de lanzarnos al abismo –ríe la editora–. Tenemos cuatro líneas: poesía, narrativa, crítica y libro ilustrado. Y el de Lucanor es nuestra cuarta publicación». Curiosamente, antes de los 'Cuentos del Conde Lucanor', Elenvés publicó la novela póstuma de Miguel Ángel González, 'Cave canem', «un relato distópico maravillosamente escrito con mucho basamento de realidad», describe Merlo. Y sigue: «Miguel Ángel en realidad lo que quería era ver publicado los 'Cuentos del Conde Lucanor', junto a Bonet. Era su sueño».

Bonet saca de una bolsa un ejemplar de 'Cuentos del Conde Lucanor', ya disponible en todas las librerías, y muestra la portada. «La ilustración es una recopilación de los cuentos más significativos. Entre medias he metido un guiño aquí», dice, señalando a un escriba que es, en realidad, un retrato del propio González. «Si no hubiera sido por la editorial no hubiera seguido con el libro. Ellas me entusiasmaron otra vez y ha sido muy reconfortante volver a trabajar un texto de Miguel Ángel, después de tantos años».

Ilustración para 'El desquite del mago''.
Imagen - Ilustración para 'El desquite del mago''.

Las ilustraciones son puro estilo Bonet: dibujo tradicional y acuarelas repletas de detalles que cuentan pequeñas historias. «Son muy narrativas, pero en algunos cuentos, como en 'El árbol de la verdad', me he permitido ser un poco más imaginativo, más metafórico. O en 'El desquite del mago', en el que planteo una estructura circular, con personajes deambulando por la ilustración».

Merlo, encantada con el trabajo de Bonet, subraya que «se ha perdido el sentido didáctico y ético de los cuentos». «Ahora nos quedamos en lo lúdico, pero estos cuentos querían enseñar unos valores que todavía hoy siguen vigentes», termina. Este cuento, el de Bonet y González, también termina con su moraleja: «Querido Miguel Ángel –escribe Bonet, en el prólogo–, nunca pensé que nuestro Lucanor vería finalmente la luz. Nunca pensé que volvería a hacer un libro contigo. Y lo hemos hecho. Como en 1998, he vuelto a poner imágenes a tus palabras, y hemos vuelto a encontrarnos». Y así, pese a todo, perdura una amistad.

Un cómic de las misiones pedagógicas en La Alpujarra

El próximo trabajo de Enrique Bonet será una novela gráfica que transcurre durante las misiones pedagógicas que la República puso en marcha, en 1933, para llevar la cultura a los lugares más recónditos de España. Ubicada en La Alpujarra, Bonet escribe el guion con dibujo de Joaquín López Cruces. Publicará, a finales de año, la editorial Astiberri.

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