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Alejandro Albán, con su libro 'Solo los valientes', en las vías del metro de Granada. J. E. CABRERO

«Uno no decide si es trans, escritor o granadino. Lo es y punto»

Alejandro Albán, psiquiatra y escritor ·

El médico, experto en prevención del suicidio, presenta este jueves su primera novela, 'Solo los valientes', en la que narra su propia transformación

Jueves, 9 de junio 2022, 00:40

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Alejandro Albán (Granada, 1988) tuvo otro nombre, pero nunca lo fue. Su nombre, sin embargo, no es lo único que le define. Es médico por la UGR, psiquiatra, especializado en prevención del suicidio. Trabaja en el Hospital Jiménez Díaz, en Madrid, aunque la Fundación Alicia Koplowitz le acaba de conceder una beca en el Imperial College de Londres. «Investigaré sobre el aumento de autolesiones en los más jóvenes por el confinamiento», dice. Hace poco decidió salir del armario y contarle al mundo entero que escondía un secreto: es escritor. Este jueves, a las 19.00 horas, en la librería Tremenda (C/Molinos, 22), presenta 'Solo los valientes' (Editorial Círculo de Tiza, 2022), su primera novela que llega alabada por la crítica nacional. Una historia autobiográfica que narra cómo Alban se convirtió en un hombre transexual. Una reflexión sobre la identidad, el silencio y la palabra.

Todos sus viajes le llevan aquí.

–Nací en Granada y es una ciudad a la que le tengo muchísimo cariño, un lugar al que siempre termino volviendo. Pero en 2018 necesitaba escapar de aquí, alejarme, buscar otras cosas. Marché a Madrid a construir una vida de cero porque allí nadie conocía mi pasado, que yo era trans. Y allí han pasado muchas cosas, entre otras que he podido reconciliarme con ese pasado y he desvelado esa máscara. Creo que sin Madrid no habría escrito el libro y ahora, claro, cualquier persona que no supiera de dónde vengo, ya lo sabe (ríe).

Lo cierto es que usted no llama la atención en absoluto.

–Después de contarlo, una amiga me dijo que no tenía que hacerlo, que no hacía falta. Pero precisamente por eso lo conté: ¿qué valor tiene confesar algo que todo el mundo sabe? Los chicos trans pasamos inadvertidos y eso puede ser una maldición porque te instalas en el secretismo otra vez. Entonces te das cuenta de que la etiqueta trans no te hace menos hombre y que quieres compartir esas vivencias con tus amigos y, a través del libro, con otras personas.

«Marché a Madrid a construir una vida de cero porque allí nadie conocía mi pasado, que yo era trans»

'Solo los valientes' es todo un viaje. ¿Qué significa ser valiente?

–El título juega con la dicotomía entre valiente y cobarde, esa asociación inapropiada de la bravura con los masculino y la dulzura con lo femenino. Viene de la frase «solo lloran los valientes», que hace alusión a la fortaleza que puede haber en demostrar debilidad.

Portada de 'Solos los valientes'.
Imagen - Portada de 'Solos los valientes'.

Escribe que «hasta que no nombras algo, no existe». ¿Qué se nombra en el libro?

–El libro cuenta muchas cosas. En la superficie es una novela autobiográfica de un chico trans, pero eso es la anécdota, el particular a partir del que viajar a lo universal. Es un libro sobre la búsqueda de la identidad, un libro que puede tocar a todo el mundo, aunque no te interese nada el tema de los trans. He querido que sea una buena novela, una novela amena que atrape y que, quizás, te haga reflexionar.

¿Cómo fue su infancia?

–Había momentos en los que me daba perfecta cuenta de lo que me ocurría y momentos en los que sepultaba esa verdad donde no molestase para continuar una vida normal. Aunque era de todo menos normal. Llega un momento en el que soy consciente de lo que ocurre, pero tuve que cumplir 20 años para poder ponerle nombre. Una vez que le pones nombre es cuando no puedes volver a esconder esa verdad.

«Es un libro sobre la búsqueda de la identidad, un libro que puede tocar a todo el mundo, aunque no te interese nada el tema de los trans»

Albán, durante la entrevista. J. E. C.

Hay quien cree que eso es una decisión.

–No es una decisión. Uno no puede decidir su identidad sexual, lo único que puede decidir es qué hacer con ella. Esto es algo que a uno le acompaña, que le define, que jamás es fruto de una racionalización, de un 'voy analizar las ventajas que tendría ser un hombre o una mujer'. No. No se parece en nada a eso. Esto es un ser. Es ser.

¿Es difícil ser trans en Granada?

–No creo que sea un problema ser trans y nacer en Granada. Tampoco creo que sea fácil en ningún sitio, pero quizás en una ciudad grande como Madrid sea más fácil porque puedes compartimentar tu vida privada. Granada ha cambiado y yo no he podido disfrutar de esa parte más abierta de la ciudad, aunque estoy seguro de que hubiera encontrado aquí mi sitio. Paradójicamente, empecé a mantener relaciones con chicos en Granada después de irme a Madrid. He necesitado irme y volver para estar más receptivo a esa parte de Granada que no me atrevía a conocer mientras estaba aquí.

«No creo que sea un problema ser trans y nacer en Granada»

Del Aquaola hasta los pubs de Pedro Antonio... La novela es un viaje por Granada.

–Hasta ahora, la novela ha tenido una mayoría de lectores de Madrid para los que ciertas cosas no tenían la resonancia que puede tener para un lector granadino. Hay lugares cargados de significados, lugares que marcan el carácter de la ciudad.

¿Cómo reaccionaron sus padres cuando les dijo que era trans? ¿Y a la novela?

–Al principio fue difícil, es normal. Requiere tiempo de adaptación, es algo que no te esperas en ninguna familia. Ahora tengo una relación muy buena con ellos. ¿Sabes? Les pedí a los dos que no se leyeran el libro y ninguno me ha hecho caso, era inevitable (ríe). Bromeo con que me hubiera gustado hacer una edición limitada de cuatro ejemplares censurados para mis padres, mi abuela y mi jefe. No lo conseguí (ríe). Pero bueno, cuando te abres, te abres para todo el mundo. Nunca me he arrepentido de escribir el libro y, pasado el momento de incomodidad, he conseguido cerrar una etapa de mi vida.

«Bromeo con que me hubiera gustado hacer una edición limitada de cuatro ejemplares censurados para mis padres, mi abuela y mi jefe. No lo conseguí (ríe)»

Albán, con su libro.
Imagen - Albán, con su libro.

Uno de los grandes viajes del libro es el suyo como escritor.

–Uno de los temas de la novela es mi transición de no escritor a escritor. El paso de no atreverte a aceptarte como escritor hasta que lo hagan los demás. Yo tenía una gran parcela de mi vida dedicada a esta vocación, pero la mantenía en secreto. Recuerdo en Granada que iba a la biblioteca del Parque de las Ciencias y les decía a mis padres que estaba estudiando para el doctorado, pero iba a escribir (ríe).

Usa la misma emoción que para hablar de ser trans.

–Totalmente. Las dos transiciones están entrelazadas. Uno no decide si es trans o escritor o granadino. Lo es y punto.

¿Quién es Mar?

–Fue una persona importante en mi pasado. Todos los nombres de la novela están camuflados, pero si uno lee atentamente quizás pueda darse cuenta de a quien corresponde su personaje en el libro.

Le dedicas el libro a Mar «por haberme querido». Al final ¿todas las historias son historias de amor?

–Puede ser. Esta novela tiene mucho de soledad, pero también de todo lo contrario. Es una reflexion de que siempre necesitamos al otro para completarnos. Necesito a un lector para ser escritor y necesito a otras personas para ser varón en sociedad. Necesitamos el espejo en que mirarnos.

¿Le siguen llamando por su viejo nombre?

–Pasó en los primeros años, pero ya hace muchísimo tiempo que no pasa. Siempre me resulta extraño cuando conozco a otra mujer que se llama como yo me llamaba...

Alejandro Albán. J. E. C.

El libro está plagado de referencias a 'Star Wars', 'Final Fantasy', Marvel, manga... ¡Es usted un friki!

–¡Sí! (ríe). La ficción siempre ha tenido un lugar eminente en mi vida. La última referencia que metí en la novela fue la serie 'Loki', eso de que pueda haber otro universo en el que Loki sea mujer... En el pasado fue un gran soporte. Guardo con mucho cariño todo ese mundo friki porque, cuando te sientes solo, las historias de otros son tu compañía.

«Guardo con mucho cariño todo ese mundo friki porque, cuando te sientes solo, las historias de otros son tu compañía»

Dicen que es usted el Elliot Page granadino.

–¡Puede decirse que sí! (ríe) Sí que siento una conexión especial con él, son casualidades que te brinda la vida. Es un actor que antes de revelarse como chico trans ya era de mis intérpretes favoritos. Tenía familares que decían que nos parecíamos en mi juventud, incluso. Y de repente, justo cuando estoy escribiendo la novela, leo la noticia de que es trans.

Ahora vuelve a Londres. ¿Terminará allí su siguiente novela?

–Es la primera, en realidad: 'Nadie vuelve'. Mi agente decidió publicar primero 'Solo los valientes' y cuando llegue a Londres daré los últimos retoques a la novela que, espero, se publique pronto.

Elecciones andaluz. ¿Tiene claro el voto?

–No, tengo un desencanto político desde hace años. Aunque, evidentemente, sé a o que no votaría. Es bastante evidente.

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«Uno no decide si es trans, escritor o granadino. Lo es y punto»