La Joven Academia de la OCG, una iniciativa con galardón
Esta noche, de nuevo volverán a tocar juntos las jóvenes promesas con los intérpretes consagrados de la formación granadina. La idea ha ganado el Premio Andalucía Joven 2023.
La Joven Academia de la Orquesta Ciudad de Granada es una institución única en España. Muchas formaciones –Galicia, Madrid, la ONE, etcétera– tienen orquestas paralelas integradas exclusivamente por intérpretes en la franja de edad de los 20 y los 30 años. Pero ninguna hace convivir en el mismo escenario, de forma reglada y continua, a estos con la plantilla habitual de la formación de referencia. Esto que, sin embargo, es habitual en otros países europeos, en España solo ocurre en Granada. Desde que el hoy director honorífico de la OCG, Josep Pons, importara la idea en 2003, han pasado 20 años, con otras tantas temporadas en las que, entre muchos otros, pasaron por la Joven Academia músicos de la categoría de la violinista María Dueñas, el oboísta Ramón Ortega y el chelista Guillermo Pastrana. Cada temporada ha habido dos y hasta tres conciertos. En estos días, han preparado un programa harto complejo, con obras de Von Weber y Strauss. Un autor este último que, por cierto, llegó a visitar Granada en 1925, hospedándose en el Hotel Alhambra Palace, por entonces casi recién abierto.
A un tiro de piedra de dicho hotel se encuentra el Auditorio Manuel de Falla, donde un grupo de medio centenar de músicos ha trabajado bajo la dirección de Lucas Macías para poner sonido a las notas escritas por Von Weber y Strauss. Entre ellos está, por ejemplo, la clarinetista Clara Li Cárdenas, originaria de Jaén y especialmente emocionada con este programa, ya que le permitirá tocar junto a Sabine Meyer, la alemana, considerada como una de las grandes especialistas mundiales en el instrumento. En la actualidad cursa un master de Investigación e Interpretación en Valencia, sin duda una de las 'mecas' para los instrumentistas de viento–madera. «Me acerqué a la Joven Academia porque un amigo me avisó, porque no estudié en Granada, sino en Albacete. Llegué el año pasado, y estoy encantada con la experiencia», afirma. «Lo más bonito es aprender con profesionales. Siento que tengo un ancla;puedo contar con un tutor que te aclara muchas dudas, y compartir escenario con músicos consagrados te acerca a la realidad del día a día en una orquesta. Dado que me gustaría ser integrante de una de ellas en el futuro, me parece una gran oportunidad».
En la misma línea se manifiesta el contrabajista granadino Yakub Ozalla, quien ya es un veterano de la iniciativa, ya que lleva participando en ella desde 2018. «Como granadino que soy, desde muy pequeño tuve el sueño de tocar con la OCG. Recuerdo la sensación que supuso mi primer concierto, dirigido por Pablo Heras–Casado, un monográfico de Tchaikovsky». Yakub estudió la carrera en Zaragoza, y ahora realiza el master en Rotterdam (Países Bajos). «El ambiente es muy familiar. En el mundo de la música todos nos acabamos conociendo, así que me han visto crecer física y musicalmente. Estoy en mi casa, y como en casa, rodeado de compañeros del Conservatorio. La música es siempre un punto de encuentro», asegura.
Un sueño
El oboísta cordobés Daniel Illescas entró en la Joven Academia el año pasado, cuando terminó sus estudios en el Conservatorio de Granada. «Sueño con tocar en una orquesta. El oboe es un instrumento muy atractivo, con un repertorio muy agradecido y una musicalidad especial», asegura. Proveniente de una familia de músicos aficionados, afirma que la dureza de las pruebas para entrar en la Joven Academia es proporcional al placer que supone formar parte de ella. Algo que comparte la trompista granadina María Vargas, que sintió la llamada de la música muy joven en su Monachil natal. «De apenas conocer el instrumento, he pasado a amarlo, y me siento muy afortunada de formar parte de este grupo. El nivel es alto, y cada dos años, cuando hay pruebas, optan músicos de toda España», asegura.
El director artístico de la OCG, Lucas Macías, tiene grandes planes para la Joven Academia. Conocedor de este tipo de iniciativas merced a su pertenencia juvenil a la Academia Karajan de la Filarmónica de Berlín, y de la de la Orquesta de la Radiodifusión del Suroeste de Alemania, tiene como objetivo incrementar, si ello es posible, el número de programas, e implementando una forma de selección que incluya a dos jóvenes instrumentistas por instrumento, que reciben, además, una formación continua, más allá de la preparación de los programas en sí, Para Macías, «el relevo generacional que pronto ocurrirá en muchas formaciones españolas va a abrir un importante abanico de posibilidades a integrantes de iniciativas como esta, lo cual es muy positivo para ellos».
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