El retiro creativo del ubetense David Uclés en Asturias
El exitoso autor de 'La Península de las casas vacías' descansa y trabaja en la Residencia Lliteraria Xixón, donde da forma a sus nuevos proyectos. Este domingo presentará un capítulo extra de su libro estrella, centrado en Asturias, en La Revoltosa y Toma 3
Pablo A. Marín Estrada
Viernes, 26 de septiembre 2025, 09:13
David Uclés (Úbeda, 1990) observa el cielo de Gijón desde los ventanales del luminoso estudio de la Residencia Lliteraria Xixón donde descansa y trabaja («necesitaba parar un poco después de 300 presentaciones, venirme aquí con varios proyectos en la mesa es estar relajado», revela) y, al atisbar un bando de nubes sobre el azul intenso de la tarde, pregunta si es posible que llueva. En un rato tiene previsto darse un paseo por el Muro hasta el Rinconín o más allá, el primero desde que llegó a la casa para escritores de Inaciu Galán en la Avenida de la Costa. El autor de 'La Península de las casas vacías' confiesa sentirse «muy abrazado por esta tierra».
En los últimos meses aquí ha recibido el Premio Espartaco de la Semana Negra y el Kelvin 505 del festival Celsius, ha presentado su novela en el Aula de Cultura de EL COMERCIO y en unas cuantas librerías de la región y lo que más valora, desde Asturias y concretamente desde estas mismas páginas, a nuestro colaborador, el también escritor Fulgencio Argüelles que puso negro sobre blanco y fue el primer respaldo público a una obra que está a punto de sacar su edición 21, pero por la que nadie apostaba cuando se publicó.
«Enviamos el libro a más de cuarenta autores y ninguno quiso hacerme una frase para la faja de cubierta. En la editorial me sugirieron enviársela a Fulgencio, porque decían que escribía de forma similar a mí y él no solo me dio la frase para la faja sino que se ofreció a presentar la novela en Oviedo. Fue increíble. Era un escritor que yo admiraba. 'El palacio azul de los ingenieros belgas' me influyó mucho y es cierto que nos parecemos, los dos narramos la herida reciente de una tierra. Fulgencio fue el primer autor que me apoyó», expresa.
Algunos de los deberes que Uclés se ha traído a la Residencia Xixón tienen que ver con esa gratitud por Asturias. Uno de ellos podrá leerse ya en esa nueva edición que saldrá el próximo 8 de octubre y es el añadido a la conversación titulada 'Las mujeres vernáculas', en la que se habla en gallego, eusquera, catalán y castellano, de la lengua asturiana. «También estoy dando forma a un episodio 'satélite' que se desarrollaba en Asturias y que finalmente quedó fuera al publicarla por la limitación que me sugirió la editorial de reducir las 1.000 páginas del original a 700. Pero como me ha tratado tan bien esta tierra voy a ponerlo sí o sí en una futura reedición y ya casi está terminado. Los otros proyectos que me he traído también están a punto de terminarse», desvela.
Entre sus planes, la siguiente novela, que será distinta a la que le dio el éxito y «más libre», además de ir perfilando «una idea que me dio todo esto y es la de una segunda parte de 'La Península', narrar toda la posguerra en realismo mágico. Ya tiene título, la estructura, los personajes, pero eso me va a llevar cinco años y ahora no me apetece, estoy cansado», afirma.
El campanazo de superar las veinte ediciones en una obra publicada hace poco más de año y medio, asegura, «me ha cambiado radicalmente, de hecho toda mi vida gira en torno a la novela, apenas veo a los amigos, duermo fuera todo el rato, pero gracias a haberla escrito pude recorrerme toda la península y gracias al éxito ahora tengo amistades muy bonitas como Fulgencio o Ian Gibson; quedar con él en Madrid para charlar es un privilegio. Estoy agotado pero proporcionalmente feliz», señala. Las dimensiones que ha ido alcanzando la acogida de su novela es algo que ha ido asumiendo con la propia realidad, aunque siempre fue consciente del valor de su trabajo: «Yo sabía que había una arquitectura de 15 años muy sólida, y un estilo que no es el frecuentado en esta península y que si tenía suerte, en el sentido de si llegaba a las manos adecuadas, podía hacer ruido, pero me imaginaba un ruido en una minoría, no convertirse en un best seller». Tanto era así que relata cómo semanas antes de la publicación «fui al registro civil a solicitar un documento para cambiarme el nombre. Me dije, si el libro no llega a la segunda edición, si no funciona me voy, me cambio el nombre y me reinvento, ya lo he hecho muchas veces. Era un plan firme, estaba muy frustrado de que todas las editoriales me hubieran dicho no y agotado por esos quince años de trabajo».
«Me dije, si el libro no llega a la segunda edición, si no funciona me voy, me cambio el nombre y me reinvento, ya lo he hecho muchas veces»
Pero funcionó. El boca oreja fue el mejor método de ventas y «trabajo nos costó a mí y a la editorial, he ido a presentarlo por todas las provincias y los que han hecho que esto ocurra han sido los libreros, fundamentalmente». Uclés subraya que en España «se publican cada año 90.000 libros y entre ellos los fenómenos que diseñan las grandes editoriales, con músculo para auparlos no duran más de un mes en el top 10. Tiene que haber vocación detrás, no solo dinero», opina con fundamento.
Tras estas 'vacaciones' gijonesas, en las que ha descubierto y leído en asturiano 'Historia Universal de Paniceiros' de Xuan Bello –«He conectado mucho, es de lo más bonito que me llevo de la Residencia»–, el escritor vislumbra cerca el momento del descanso en la vorágine de la larga gira. El último bolo será el 24 de noviembre en el Centro Niemeyer con otro amigo del país, Rodrigo Cuevas. «Compartimos interés por el folklore, la recuperación del mundo rural y me enteré que cuando no éramos conocidos estuvimos los dos cantando con la gorra en el Arco de Palacio de Santiago, aunque en años distintos». Aquí, aún le queda ese paseo hasta el Rinconín o unos cuantos y el próximo domingo hará doblete de presentaciones: a las 17 en La Revoltosa y a las 18.30 en Toma 3. «Para mí eso es estar relajado».
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