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El cantaor granadino y la orquesta dirigida por Lucas Macías, en el coso. Ariel C. Rojas
Fiesta en la Plaza de Toros

Una invocación morentiana

La OCG, que se sumó ayer a la candidatura de Granada a Capital Cultural 2031, deslumbró junto a El Turry y Juan Carlos Garvayo en el concierto que inaugura la temporada de la orquesta y la Bienal de Flamenco

Viernes, 5 de septiembre 2025, 23:49

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Los últimos pajarillos del día sobrevolaban los alrededores de la Plaza de Toros como fantasmas a la espera del milagro. Abajo anochecía sin prisa, con una brisa agradable que se colaba entre las filas de los asistentes en la Monumental de Frascuelo. Lleno absoluto. En el escenario, todo listo para que la Orquesta Ciudad de Granada apretara el gatillo de la primera Bienal de Flamenco de la ciudad. Tal vez ellos, los músicos, intuían que la fiesta conjuraría pasado, presente y futuro. Pero quién nos iba a decir, horas más tarde, cuando El Turry, borracho de amor, borracho de hambre, borracho quién sabe, convirtió la noche en una invocación morentiana y, por un momento, los cielos se abrieron para dejar paso, una vez más, a Enrique. Los pájaros sí sabían.

Justo antes de que arrancara el concierto inaugural, se proyectó en la pantalla del escenario un vídeo de tres minutos sobre la Capitalidad Cultural 2031. Al terminar, Lucas Macías, director artístico de la OCG, y Marifrán Carazo, alcaldesa de la ciudad, firmaron la adhesión de la orquesta a la candidatura granadina. Un gesto que cargó de simbolismo una Bienal que ya es toda una referencia en el flamenco y, sin duda, una muestra más del potencial genuino y universal de Granada. Con los papeles resueltos y el compromiso al aire, Macías tomó tomó las riendas y dio comienzo a la gran fiesta.

Como saben, esta es la decimonovena edición de la 'Fiesta con la Orquesta Ciudad de Granada', una velada en la que la OCG da la bienvenida a la nueva temporada con una actuación dirigida y abierta a la ciudad. Y no es la primera vez que tiene lugar en la Plaza de Toros, donde se había celebrado entre los años 2004 a 2008, y en 2014, 2015 y 2024. Sí fue, sin embargo, la primera Fiesta de la OCG de su director, Lucas Macías. La fiesta sirvió, además, de nexo con la Bienal Flamenco, de ahí que el programa combinara ambos mundos de manera virtuosa. Los 8.000 asistentes disfrutaron de 'Carmen' de Georges Bizet; 'Doña Francisquita' de Amadeo Vives; 'La leyenda del beso' de Juan Vert y Reveriano Soutullo; 'La Revoltosa' de Ruperto Chapí; y 'La verbena de la Paloma' de Tomás Bretón; un programa delicioso que sonó a las mil maravillas. Aunque eso no fue todo, claro, faltaba la invocación.

Clímax

La OCG de Macías se rodeó de Juan Carlos Garvayo al piano; Carlos Merino a la percusión flamenca; José 'El Indio' y Benjamín Santiago 'El Moreno' a las palmas; y el cantaor Antonio 'El Turry'. Juntos interpretaron la hermosa 'Alegro-Soleá' a la que dieron alas hace más de una década Antonio Robledo y el mismísimo Enrique Morente, voz inolvidable del flamenco que, cada cierto tiempo, regresa de los cielos para inspirar en la tierra. En su tierra. Su Graná. Antes de que El Turry comenzara a cantar, hubo que parar unos instantes porque la cuerda del primer violín se rompió. Macías aprovechó para hablar del cantaor:«Viene algo histórico. Un chaval que está volando muy alto y va a volar todavía más alto».

El Turry, hijo del guitarrista Ricardo de la Juana y de la bailaora Rosa la Canastera, hipnótico y apasionado, conjuró un hermoso hechizo en el que esa 'eeee' de bronce que se estira infinita resonará, por lo menos, un par de años más. Si voló alto el Turry, que está en proceso de grabación de su primer trabajo discográfico, no lo hizo menos Garvayo, uno de los más activos y versátiles pianistas españoles del momento.

Éxito de público. Ariel C. Rojas
Imagen principal - Éxito de público.
Imagen secundaria 1 - Éxito de público.
Imagen secundaria 2 - Éxito de público.

Sin embargo, en Granada la magia no funciona sin un ingrediente indiscutible. La OCG cerró esta doble inauguración con el mago del que hablan los magos: Manuel de Falla y la suite número 1 de 'El sombrero de tres picos'. Una composición que anoche, entre bienales, fiestas y candidaturas, sonó a banda sonora de película; la nuestra, la de 2031.

Y ahí, justo ahí, cuando parecía que el viaje había llegado a su fin, cuando el público –tambaleado– pensaba en ponerse en pie y el programa de mano mostraba su punto final, Macías alzó la voz por los que hoy no pueden y pidió el fin de la guerra en Gaza y Ucrania. Ovación. Y si quedaba algún pajarillo fantasmal escondido entre las estrellas y la noche, salió expulsado por la honda y poderosa voz del tenor granadino Moisés Marín, que regaló un emocionate bis:«¡Granadaaaaaaa!».

Qué noche la de esa orquesta que toca bien todos los palos. Y qué suerte que sea la nuestra, la de Graná. Olé.

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