La historia fotográfica de cuarenta madres que dan el pecho

Febrero de 2020. Antes de la pandemia. Alicia paseaba por el desierto del Sáhara junto a su marido Abdelkader El Karaoui y sus hijos Ayub, de once meses, y Ayrad, de tres años. El sol ya se ponía cuando la naturaleza llamó a la puerta. Los pequeños tenían hambre. Alicia se tumbó con el cabello extendido sobre la arena, ya rojiza más que anaranjada, y empezó a amamantarlos. Ayub y Ayrad se cogieron las manos. Alicia, empoderada, miraba al frente. El papá, todo presto, sacó la cámara, los fotografió y detuvo el universo en un momento único. Eran tres cuerpos fundidos en uno. Una maravillosa imagen que forma parte de 'Lactancia materna, luces y sombras', una de las exposiciones más bellas y sugerentes que se ha organizado en la provincia este año y que se podrá disfrutar en la Casa García de Viedma de Armilla hasta el ocho de noviembre.

La iniciativa, que parte del Taller de Lactancia y Crianza de Armilla, ha contado con la participación de treinta y ocho madres que han aportado más de cien instantáneas de esos momentos en que, en la intimidad del hogar o en cualquier espacio público o privado, se desconectan del mundo para conectarse con sus bebés a través de ese 'oro blanco' que se llama leche materna. La coordinadora de esta muestra se llama Margarita Barrios, una matrona que a lo largo de sus treinta y cinco años de trayectoria ha atendido a más de tres mil embarazadas. «Soy la mayor y por eso me han elegido a mí como comisaria», comenta mientras esboza una leve sonrisa. Un trabajo, el suyo, que no sólo le reporta la satisfacción de sentirse realizada –no hay más que escuchar la pasión con la que habla de su profesión– sino experiencias únicas. «En la teoría –explica– nosotros deberíamos de abarcar un periodo amplio de la vida de la mujer que vaya desde la niñez hasta la menopausia, pero en la práctica nos centramos en el embarazo, el parto y el puerperio».

«Aunque el título de la exposición habla de luces y sombras, al final las luces brillan mucho más que las sombras», dice Margarita Barrios, quien enumera la larga lista de ventajas que implica dar el pecho. Entre ellas, el vínculo, «ese momento íntimo que no tiene parangón». «Una relación inexplicable», bajo su punto de vista, que no se logra cuando media un biberón. «Una mirada de amor limpio, sin ningún otro condicionante», refiere Barrios. Una unión que aporta seguridad y confianza al crío, «valores que luego les ayudarán en su día a día, conforme se vayan haciendo mayores». Una positividad que no sólo se asocia al plano relacional, sino que desde el punto de vista nutricional estamos, sin lugar a dudas, ante el mejor alimento posible: «Cubre todas las necesidades de las crías porque nosotros somos mamíferos». Y es que la leche fabricada sí se puede asimilar a la natural en vectores como las proteínas o los hidratos de carbono, pero no tiene ni inmunoglobulina, ni lactoferrina, ni las vitaminas más adecuadas.

¿Qué podemos ver en 'Lactancia materna, luces y sombras'? Pues básicamente un centenar de fotos que, observadas una a una o de forma conjunta, cuentan una historia. Como la de Belén y Ariadna, que toca la nariz de su madre mientras ambas sonríen. Como la de Rocío, que cocina mientras Luca está enganchado a su teta. A su vida. Como la de Aria, que besa a su marido junto a una ventana mientras el bebito no para de succionar. Madres jóvenes en la mayor parte de los casos y pequeños que, también en muchos casos, no son tan pequeños. Y es que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la lactancia debe de ser la fuente de alimento exclusiva hasta los seis primeros meses y complementaria hasta los dos años. «A partir de ahí –cuenta la matrona Margarita Barrios– hasta que ambos quieran». Y en este punto es cuando conviene hablar de las 'sombras' de las que habla el nombre de la exposición. ¿Cuáles son? Pues las malas noches, el cansancio, las grietas, el dolor y, una de las más frecuentes, la imposibilidad de conciliar.

Según Tatiana, una de las mamás fotografiadas, «es muy complicado en muchas ocasiones compatibilizar el hecho de ser madre lactante con las obligaciones laborales». «Se impone avanzar en la ampliación de los permisos de maternidad, tomando como referencia esos dos años de los que habla la OMS», asegura Tatiana, quien insiste en la necesidad de que todas las madres reciban información por parte de profesionales, de tal manera que posteriormente puedan adoptar decisiones en libertad. «Estoy segura –afirma– que el noventa por ciento optaría por dar el pecho no sólo porque es lo mejor para el bebé, sino porque es cómodo, ecológico y económico». Tatiana considera que la implicación de los padres es fundamental. Su concurso es imprescindible para que ellas dispongan del tiempo suficiente y la tranquilidad para la prestancia que supone el amamantamiento a demanda.

El acto inaugural se celebró este jueves con la presencia del delegado de Salud de la Junta, Indalecio Sánchez. También estuvo la alcaldesa de Armilla, Loli Cañavate, quien manifestó que «esta exposición muestra la realidad de miles de mujeres, miles de madres que tienen la necesidad de compartir sus vivencias, visibilizar su día a día, su problemática, que se presenta en algunas ocasiones, pero sobre todo, su experiencia».