La historia con final feliz del primer cuadro de Pradilla de Granada
Patrimonio ·
La acuarela, adquirida por el coleccionista Carlos Ballesta en una subasta, es un boceto de los estandartes que aparecen en 'La rendición de Granada' y que se hallan en la Capilla RealFrancisco Pradilla, el segundo pintor aragonés más importante –el primero también se llamaba Francisco pero se apellidaba Goya–, estuvo en Granada en el año 1879. El Senado, que por aquel entonces se encontraba inmerso en el proyecto de decorar sus paredes con cuadros que representaran los principales hitos de la Historia de España, le encargó que recreara el pasaje en que Boabdil entregaba las llaves de la ciudad a los Reyes Católicos en 1492. Y don Francisco, que era un gran artista –el más reputado del momento– y un gran historicista, viajó a Granada para documentarse y que su pintura fuera lo más verosímil posible. Se encerró varios días en la Capilla Real y realizó un estudio sobre los pendones de Isabel y Fernando que posteriormente trasladó a 'La rendición de Granada', una obra de grandes dimensiones tan perfecta que el Senado decidió pagarle el doble.
Pues bien, aquel bosquejo preparatorio de Pradilla, que estuvo 'perdido' por aquellos mundos de Dios durante 142 años, ha retornado a Granada. «Y de aquí ya no se moverá», comenta orgulloso su nuevo propietario, el cirujano Carlos Ballesta, que atesora una impresionante colección de obras de arte y documentos de enorme valor histórico de los siglos XV y XVI en el Carmen de Aben Humeya. «Esto no es de esa época –dice Ballesta enseñando su Pradilla–, pero tiene tanta importancia que hice todo lo que estaba en mi mano para que estuviera en Granada». Y 'lo que estaba en su mano' era participar el 26 de enero en una subasta donde este Pradilla multiplicó por más de diez su precio de salida. La pieza despertó un interés enorme y no solo participaron pujadores de España, sino también de otros países como los Estados Unidos. Finalmente Ballesta se llevó el gato al agua y esa acuarela ya se ha convertido «en el primer Pradilla que hay en la provincia», asegura.
El boceto se halla en el patio interior del Carmen de Aben Humeya, donde por ahora solo se puede acceder de forma privada. «Nuestra intención –afirma Ballesta– es hacerlo visitable y en ese proceso nos encontramos en estos momentos». «En cualquier caso, por supuesto que estamos abiertos al préstamo para los promotores de exposiciones que lo requieran», señala Ballesta. «Lo importante es que éste ya es un patrimonio de Granada y aquí permanecerá».
Este Pradilla aporta muchas claves sobre la minuciosidad y la rigurosidad de su autor, y también sobre la propia 'Rendición de Granada'. Resultan muy interesantes, por ejemplo, las anotaciones realizadas por Pradilla, cuya letra menuda y corrida se entiende a la perfección. «Pendón de los Reyes Católicos cuando la Rendición de Granada / estudio para mi cuadro / Granada 1879 / F. Pradilla». De forma adicional escribe «damasco a flores / pintado con oro y plata / terciopelo, oro y sedas».
Francisco Pradilla acudió a la Capilla Real para beber de la fuente más directa, el Guion Real de Isabel la Católica, también llamado el de las 'flechas' porque contiene flechas, y el del Rey Fernando, conocido como el de 'los yugos'. Ambos símbolos juntos significan la unión, aunque el de Fernando lleva el lema 'tanto monta, monta tanto'. El de Isabel también incorpora la Banda Cruzada, la Banda de Castilla, distintivo que advertía a las tropas la presencia de la Católica y que la acompañaba en viajes y ceremonias.
La joya más preciada
Según el propio Senado, 'La rendición de Granada', un óleo sobre lienzo de 330 centímetros de alto por 550 de ancho, es «la joya más preciada que se guarda en el palacio». «También la más espectacular y asombrosa –agregan– que Pradilla llevó a cabo dentro del género durante el siglo XIX». «Su extraordinaria fama, sustentada sobre todo en su fastuosidad escenográfica y en la minuciosidad descriptiva y en la constante utilización de su imagen para los más diversos fines, hacen que este cuadro trascienda ampliamente la plasticidad de su autor», señalan desde el Senado.
Pradilla recibió el encargo del Senado para realizar 'La rendición de Granada' a través de su presidente, el marqués de Barzanallana, que dirigió una carta a Pradilla el 17 de agosto de 1878, unas semanas después del resonado triunfo que había obtenido Pradilla con 'Doña Juana la Loca' en la Exposición Nacional de ese año, donde recibió la Medalla de Honor. 'La rendición de Granada', «punto de partida para los grandes hechos realizados por nuestros abuelos bajo aquellos gloriosos soberanos», como especificaba Barzanallana en su misiva, iba destinado a la sala de conferencias del Senado, que a lo largo de esos años sería ornamentada con esculturas y pinturas protagonizadas por grandes personajes de la Historia de España, en un conjunto iconográfico destinado a exaltar la gloria nacional.
Pradilla empezó a pintar en Granada, aunque la elaboración final y la conclusión fue en Roma, ciudad desde la que realizó el envío hasta el Senado, un transporte fechado el 13 de junio de 1882 acompañado de una epístola donde Pradilla hace una pormenorizada descripción de su propia creación.
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