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De izquierda a derecha, Roberto García, David Nievas y Enrique Bonet.

La historia, contada de otra manera

Divulgación ·

La irrupción, desde Granada, de nuevos modos de relatar los hechos acercándolos a los jóvenes y usando herramientas como el cómic o la novela gráfica refleja que esta disciplina sigue teniendo interés

José Antonio Muñoz

Granada

Lunes, 8 de noviembre 2021, 00:30

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La historia no es una asignatura en boga, ni mucho menos. A la disminución de la carga lectiva en los sucesivos planes de estudio que se han ido aplicando durante las últimas décadas, le acompaña la consideración de «plomo inútil» con la que la visten muchos de los estudiantes cuando son preguntados sobre ella. En esta tesitura, parece más necesario que nunca que se busquen lenguajes alternativos que, sin restar un ápice de rigor a lo que se transmite, sean capaces de enganchar a los jóvenes –y a los adultos, también– al relato de lo que fuimos, para así evitar, como alguien dijo, que repitamos nuestros errores pretéritos.

En los últimos meses, han sido varias las aportaciones hechas desde o sobre Granada a este empeño de contar la historia de otra manera, concretamente, a través de la novela gráfica o el cómic. Solo en las últimas semanas han aparecido 'Historia de España ilustrada para todos', del doctor Carlos Ballesta y el dibujante Alejandro Piera, editado por Miguel Sánchez, y 'Los Austrias. La historia ilustrada del imperio donde no se ponía el sol', con guion del granadino David Nievas, que ha publicado La Esfera de los Libros. Estos se unen a otros volúmenes excelentes, como 'La araña del olvido' del granadino Enrique Bonet, publicado por Astiberri o 'Hernán Pérez del Pulgar, el de las hazañas' en torno al que fuera alcaide de Loja, de Roberto García y Marta Castro, publicado por Serendipia.

Ballesta y Piera hacen con 'Historia de España ilustrada para todos' su segunda aproximación al género de la novela gráfica histórica. El anterior, también publicado por Miguel Sánchez en 2018, fue 'La apasionante historia de los moriscos'. El encuentro entre ambos se produjo a raíz de que el primero le salvara la vida al segundo sobre la mesa de operaciones. El doctor Ballesta opina que «el concepto de la divulgación histórica ha cambiado. La transferencia de las competencias de Educación a las comunidades autónomas ha dado como resultado una enseñanza que se centra en lo local o regional, descuidando lo global. Es triste, pero en entrevistas de trabajo me he encontrado con personas que desconocían dónde estaba la Giralda, por poner un ejemplo».

'Los Austrias', por David Nievas.

Estas carencias les han animado a poner en pie sendos trabajos donde hacen hincapié en la historia común, la de España. Y en este último volumen, dan el salto para contar en paralelo qué ocurría al otro lado del Atlántico, en esa América descubierta por Colón y que fue parte integrante de España en su integridad durante tres siglos en su mayor parte.

«Sobre lo que ocurrió en América se está deformando prácticamente todo», comenta Ballesta. «Se desconoce que las Leyes de Indias otorgaban derechos a los habitantes de las tierras descubiertas, o que Isabel la Católica fue la primera en defender los derechos humanos y dictar que no hubiera esclavos en sus tierras, aunque luego se importaran desde África». Piera añade que «es la primera vez que en una obra de estas características se presta verdadera atención a lo que ocurría al otro lado del Atlántico, pienso que hasta ahora no había sido así».

El rigor y la amenidad son los elementos comunes que definen el trabajo de ilustradores y guionistas

El objetivo, afirma el dibujante, fue conseguir un libro «que fuera ágil, cercano, y que no cansase». Aunque está enfocado a niños y jóvenes, está diseñado para los públicos. Ballesta incide en el rigor y en la capacidad de comunicación del volumen. «El nuevo panorama de los medios de comunicación hace que el público en general lea poco. En España, todo el mundo habla de historia pero muy pocos la conocen. Por eso, hemos buscado 'El Beato', es decir, emular la estructura narrativa del libro del Beato de Liébana publicado en torno al año 1000, en el que se contaba la historia religiosa a través de las imágenes, otorgando al lector todos los elementos para que, en ellas, encontrara las claves de lo que se contaba». Este es, precisamente, uno de los puntos fuertes de este volumen. Los textos de Carlos Ballesta se reflejan en ilustraciones que ofrecen múltiples lecturas, tanto para el niño o el joven como para el lector adulto, incluso con guiños de picardía que hacen sonreír a este último.

Una dinastía compleja

Y si hay un capítulo que a la vez fue culmen y decadencia dentro de la historia de España, este fue el del gobierno de la dinastía de los Habsburgo, o de los Austrias, objeto del libro que el dibujante malagueño Juan Aragón, 'El Fisgón Histórico', y el guionista granadino David Nievas han publicado en La Esfera de los Libros. La colaboración entre ambos ha dado lugar a un volumen que busca «ante todo, divulgar. Pero más allá de contar lo general, lo conocido por todos, pensábamos que era necesario entrar en aquello no muy investigado, guardando equilibrio entre la leyenda negra y lo que llamamos la 'leyenda rosa', es decir, poner en valor todo lo positivo que se consiguió sin obviar lo negativo, huyendo de esa imagen del periodo de los Austrias que se ha difundido desde cierta historiografía continental, básicamente la británica». Nievas añade que «hemos buscado reflejar no solo lo que ocurrió en España, sino poner en contexto los acontecimientos con otros que se desarrollaban en la misma época, aunque de forma paralela, y la vida privada, el relato de lo cotidiano, mostrando cómo se llevaba a cabo el transporte, cómo avanzó la tecnología o cómo transcurría la vida de los súbditos del Imperio».

'Hernán Pérez del Pulgar', por Roberto García.

En 'Los Austrias' todo está cuidado al milímetro, incluyendo por supuesto las ilustraciones, fieles en todos los aspectos a los conocimientos que se tienen sobre la moda, la morfología de las ciudades o las costumbres de la época. «Un compañero definió el libro como una cajita de bombones, es decir, no contamos la historia de corrido, sino que ofrecemos una selección de momentos o circunstancias que consideramos capitales para entender el periodo, salpicados con numerosas curiosidades, lo que lo hace apto para todos los públicos».

En paralelo

Nievas lleva adelante varios 'podcast' relacionados con la historia, y opina que este formato y las propias redes sociales son hoy elementos casi imprescindibles para poner en conexión a los amantes de la historia y acercarla a públicos que hoy apenas tienen acceso a ella. Además, incide en la importancia de no contar la historia «como hacen determinados 'mass media', como se hacen series que igualan por abajo, dirigidas a señoras de Cuenca, como se ha llegado a decir. Es preciso otorgar al lector el poder, conociendo y apreciando el deseo de acercarse a la disciplina, pero haciéndosela no fácil, pero sí comprensible y cercana, sin perder el rigor».

'La araña del olvido', de Enrique Bonet.

Por su parte, Roberto García, autor de 'Hernán Pérez del Pulgar, el de las hazañas', opina que «la clave para una buena obra histórica es aprovechar el medio. El cómic es una herramienta muy visual y tratar de narrar algo como si fuese una biografía escrita es un error. El medio permite utilizar una narración más dinámica, con uso de planos, secuencias de acción o momentos de introspección que dan variedad al relato y le aportan una mayor fluidez, y el apoyo visual de las viñetas permite al que lo lee introducirse de pleno en el contexto, en los ambientes en los que se mueven los personajes, las ropas que visten y las situaciones en las que se encuentran». Y añade: «Haciendo un buen uso de todos los rasgos que caracterizan al medio del cómic, el relato histórico tiene la posibilidad de convertirse en un género muy atractivo, especialmente para aquellos a quienes la historia nunca les ha interesado por haber sido contada de una manera más convencional».

El granadino Enrique Bonet, autor de 'La araña del olvido', en torno a Lorca y Agustín Penón, incide en este argumento, y afirma que «es imprescindible atraer a los lectores con una historia interesante, no contar la Historia con mayúsculas a veces, sino contar los hechos a través de un argumento que sea cercano, y que pueda ser interesante, al que el contexto dé una dimensión más profunda». Y sobre el público, afirma que «hay que respetarlo mucho. No hacerles de menos, y ser fiel a dos principios: a las claves de la narración y el relato, bien construido, y por otro lado, ser muy riguroso en la parte histórica, en la ambientación. Y siempre respetando las claves de la narración gráfica. No se trata de dar sermones, sino de contar la historia».

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