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Patricia Valero muestra el libro en homenaje a su hermano junto al árbol en el que grabó su nombre. ALFREDO AGUILAR
«Mi hermano merecía que se recopilase su obra como Ozelot y se diera a conocer; era poesía y luz»

«Mi hermano merecía que se recopilase su obra como Ozelot y se diera a conocer; era poesía y luz»

Patricia Valero, hermana del cantante y escritor de Albolote fallecido por un sarcoma, edita un libro en homenaje a él con el fin de investigar ese cáncer

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Miércoles, 7 de septiembre 2022, 00:08

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En enero de 2020 falleció en su casa de Albolote el cantante y escritor granadino Fernando Valero Casanova (1991-2020), conocido como 'Ozelot'. Fue víctima de un cáncer de tipo sarcoma con el que convivió durante doce años desde que se lo diagnosticaron a los dieciséis. Aunque nunca buscó la fama, más bien lo contrario, y ni siquiera fue particularmente conocido en Granada, sus canciones trascendieron fronteras gracias a lo que conseguía despertar en sus seguidores a través de sus profundas reflexiones vitales, de la filosofía a la ciencia con la poesía como herramienta, sin dejar a un lado su lucha personal contra la enfermedad.

Ahora, su hermana Patricia recopila toda la obra de Ozelot en un libro de 226 páginas que reproduce íntegras las letras de sus canciones junto a otros escritos inéditos del artista, fotografías e ilustraciones personales y una serie de textos firmados por las personas que más le admiraban, entre ellos la propia Patricia y sus padres Ángel y Consuelo, además de un cedé con toda su música. «Ha sido un proceso muy difícil, pero estoy satisfecha por el resultado. El formato ha quedado espectacular. Durante todo este tiempo me he hecho mil preguntas sobre si a mi hermano le gustaría o si por el contrario me mataría por hacerlo... era tan humilde que seguro que diría algo así como 'la que habéis liado'. Creo que estará orgulloso», confiesa Patricia.

«La música de Fernando despierta consciencias. Pudo haber llegado más lejos aún de lo que lo hizo en vida. Es una joya»

No fue nada fácil para ella sumergirse en la obra de su hermano. «Las canciones ya las había escuchado, aunque impactan más al leer las letras, pero lo más duro fue descubrir escritos que desconocía y no poder preguntarle lo que significan. Me hizo admirarle aún más. Me reafirmó que él ya sabía todo lo que iba a pasar, aunque yo no me diese cuenta antes», reconoce.

Desde su fallecimiento, Patricia se ha involucrado en la difusión póstuma de toda la creación de Ozelot en vida. «La obra de mi hermano merecía recopilarse en un libro. Sus reflexiones abarcan tantísimos temas vitales que, para mí, es pura poesía y filosofía. Mi hermano es luz. Su música despierta conciencias y merece todo el reconocimiento del mundo; es una joya. No todas las personas puede alcanzar ese nivel de comprensión para enlazar conceptos distintos. Pudo haber llegado más lejos aún de lo que lo hizo en vida. Todos los que le escuchan sienten un 'click' en sus cabezas. La gente debe conocer la huella que dejó en el mundo», asegura. También le costó redactar la carta que tanto ella como sus padres le dedicaron. «No soy escritora, pero lo hice con todo mi corazón. Fue una forma de hablarle, imaginándome que aún estuviese aquí», cuenta Patricia.

Un amplio porcentaje de los seguidores de su hermano se encuentran en Latinoamérica, donde se escucha con devoción la música española también en el ámbito de la escena urbana y el rap, el género en el que se cultivó Fernando como Ozelot. «Para mí es muy importante que el libro llegue allí y será posible a través de la plataforma de Amazon, por lo costoso de los envíos, aunque no me permita incluir los cedés. En España se podrá adquirir a través de su página web y en algunas librerías de Granada, pero se venderá principalmente on line», apunta.

Una enfermedad sin cura

Todo lo recaudado por la venta de los libros –687 euros solo el primer día de lanzamiento– se destinará íntegramente a la investigación en sarcomas que lleva a cabo el doctor César Serrano García en el Instituto de Oncología del hospital Vall d'Hebron de Barcelona (VHIO). «Cuando mi hermano se fue sentí tanta rabia e impotencia por que no se pudiese hacer más que comprendí que los que nos quedamos aquí debemos hacer algo en honor a los fallecidos frente a esa horrible enfermedad, aún sin cura, que hasta que no te toca la desconoces. Cada vez conozco más casos de personas aún más jóvenes, niños y adolescentes. Si no lo hacemos nosotros, no lo va a hacer nadie», razona.

«De oncólogos como él depende que esta enfermedad pueda tener cura, pero le ofrecen becas muy puntuales y a menudo carece de financiación pública; es muy triste. Está encantado con la ayuda y le alucinó la música de mi hermano, sobre todo cuando supo que también era médico», comparte Patricia. La obra eterna de Ozelot ya tiene un recipiente físico.

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