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Foto de familia del Coro de la Orquesta Ciudad de Granada con su formación actual. PEPE MARÍN

Un grupo de entusiastas con 20 años de historia

El Coro de la Orquesta Ciudad de Granada se nutre de la 'gran familia' vocal granadina, no cobran por actuar y cada año hacen cuatro producciones con la orquesta

Martes, 26 de marzo 2024, 00:16

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Son las siete de la tarde en el Auditorio Manuel de Falla. Es viernes de concierto. Día de fiesta para el Coro de la Orquesta Ciudad de Granada, que el próximo mes de mayo cumplirá 20 años desde su primera aparición en el escenario. Dos décadas después, este grupo de medio centenar de cantantes que se desenvuelven como profesionales pero no cobran, se apresta a celebrar dicha efemérides. El jueves, día del ensayo general, se permitió al público –que llenó el Auditorio– asistir. En el concierto propiamente dicho, con un atractivo monográfico mozartiano, donde incluyó el conocidísimo 'Réquiem' que interpretó el coro, también se colgó el cartel de 'No hay billetes'. Una constante, como recuerda el director de la formación, Héctor Eliel Márquez.

Márquez fue cocinero antes que fraile, es decir, coralista antes que director, y uno de los fundadores del grupo. Precisamente, el concierto del 20 aniversario cerró un círculo, ya que fue la segunda ocasión en que actuaron sin partitura. La primera, precisamente, el concierto inaugural de su vida artística. «Todo fue tan natural que mucha gente no se dio cuenta de que estábamos cantando de memoria», recuerda. Para llegar a ese punto, fueron necesarios ocho meses de ensayos y superar una prueba a la que se presentaron más de un centenar de personas. «Mireia Barrera, la primera directora, nos escuchó a todos y escogió 32 personas, ocho por cuerda, para integrar el coro», añade. Comenzó entonces la andadura de un grupo pensado para servir de complemento vocal a los músicos y que ahora tiene la forma jurídica de una asociación independiente pero cuya actividad está intrínsecamente unida a la de la OCG.

Entre los primitivos integrantes del coro estuvieron la 'mezzo' Isabel Egea, ahora en el Coro de la Comunidad de Madrid; Rosa María Ramón, en el Coro Nacional; la soprano Verónica Plata, el barítono Víctor Cruz, el tenor Francisco Díaz Carrillo o Purificación Cano, la pianista repetidora. Ha habido parejas que se conocieron en el coro y que a pesar de que se divorciaron siguen unidos por la música. A lo largo de estas dos décadas, ha habido de todo, periodos de mayor y menor dificultad. «Hoy creo que tenemos cantidad y calidad de coralistas. Y para mí algo muy importante:buen rollo», destaca el director.

Calentamiento de voces. P. M.

El compromiso de estas voces es más de agradecer cuando, como ya se ha dicho, la participación en el Coro no lleva remuneración alguna –incluso el vestuario corre a costa de sus integrantes y el transporte hasta el Auditorio– y a veces es complicado, incluso, encontrar un lugar donde ensayar. En algún momento de la historia del coro sí que hubo un modesto programa de remuneración en forma de beca, pero duró poco y quedó en el olvido. Esta es una de las reivindicaciones del colectivo –el Coro del Maestranza cobra, por ejemplo– y Márquez piensa que ayudaría a que las dos tardes de ensayo mensuales se hicieran más llevaderas.

Adolfo Palomares y Kika Borrego. P. M.

El abanico de edades de los integrantes es muy amplio, tanto como sus dedicaciones en la 'vida civil'. Adolfo Palomares, el decano, cumplirá pronto 66 primaveras y lleva 40 cantando. «Me encanta formar parte de este coro, y de las producciones en las que participamos con estos excelentes músicos», afirma. Ha sido durante su vida profesional empleado de banca, y en su familia hay gloriosos antecedentes: su madre fue profesora de piano, su padre fue un gran aficionado a la música y uno de sus hermanos, el profesor José Palomares, dirigió los Cursos Manuel de Falla. También la integrante más joven, Kika Borrego (20 años, estudiante de canto y de Musicología), tiene antepasados músicos. Es biznieta del violinista y compositor Luis Megías Castilla, y sus padres son ambos cantantes. Lleva estudiando canto desde los ocho años, es soprano lírico–ligera y le gustaría hacer carrera de solista. «Me gusta cantar con el coro; el ambiente es estupendo, y todos remamos en la misma dirección», afirma con una sonrisa.

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