Los grandes teatros de ¿Granada?

Commercial Street es la típica larga calle americana levantada a orillas de una ancha carretera que cruza de punta a punta Emporia, una ciudad de Kansas con algo más de 25.000 habitantes. Es una de esas calles de edificios bajos en la que es fácil imaginarse un duelo al mediodía, aunque hoy es más probable encontrarse con un coche que con una persona. Hay de todo, desde ropa 'cowboy' en la tienda de Tim, hasta carne de primera en Las Flores y comida mexicana en el Restaurante Ramos. Tras el cruce con la octava avenida, a un lado está la Iglesia Presbiteriana, una especie de castillo gris con torres en punta y, enfrente, uno de los rincones más queridos de Emporia: el Granada.

El Teatro Granada de Emporia es un edificio de fachada rojiza y grandes ventanales que abrió sus puertas el 3 de octubre de 1929. El Emporia fue uno de los cines más queridos y visitados de Estados Unidos, con 1.400 butacas y un diseño inspirado, dicen, en la arquitectura española e italiana. En 1982 cerró durante 14 años y, en 1994, cuando iban a demolerlo, un grupo de vecinos creó la plataforma 'Sociedad Histórica de Granada', que recaudó los fondos necesarios para comprar el edificio y salvarlo. En 2008 volvió a abrir como centro cultural, acompañado por una cafetería Granada y una tienda de dulces Granada.

En apenas diez años, entre 1926 y 1937, la época dorada del séptimo arte, se construyeron una decena de cines por el mundo que fueron bautizados con el nombre de Granada. ¿Por qué? Por el exotismo y la evocación, básicamente. Ante la enorme proliferación de salas, estos cines buscaban de alguna manera llamar la atención con un estilo que mezclaba elementos españoles, italianos y árabes en un batiburrillo que solo podía funcionar allí, en América del Norte. El Emporia, registrado en la 'Lista Nacional de Lugares Históricos de Estados Unidos', fue construido por los hermanos Boller. Y fue el tercer cine al que llamaron Granada.

Carl Heinrich Boller y Robert Otto Boller fueron dos arquitectos de Kansas City que se especializaron en diseñar salas de cine durante la primera mitad del siglo XX. Se calcula que construyeron más de un centenar, entre los que están el Granada de Lawrence, el Granada de Minnesota, el Granada de Emporia y el Granada de Mount Vernom.

The Granada está en Massachusets Street, en el corazón de Lawrence, Kansas. Ya no es un cine, pero mantiene la estética de las salas clásicas de Hollywood, con dos grandes vallas en esquina para anunciar los eventos y el nombre del cine encima, escrito con letras potentes. Los Boller construyeron el cine en 1928, que, con el tiempo, también se incluyó en la lista de lugares históricos del país. En 1993 se convirtió en una de las salas de conciertos más potentes del panorama y por su escenario han pasado bandas como M83, Ben Olds, Pat Green, Marilyn Manson, Smashing Pumpkins, Creed, Blink 182, The Killers y Snow Patrol.

A seis horas de allí, en Mount Vernom Street, hay otro Teatro Granada que definen como «la joya de la corona del sur de Illinois». Y no es una exageración: el cine era tan bonito que ilustres como Walt Disney, Jimmy Stewart o Betty Davis dijeron maravillas de él. Tras una larga temporada cerrada, los vecinos montaron 'Salvar el Granada', una plataforma como la de Emporia que consiguió restaurarlo y transformarlo en un centro de artes escénicas que, finalmente, adquirió el empresario Russel Brown, comprometido con la causa. Su auditorio principal se terminó en el 2020.

Saltemos ahora a Dallas. Allí, en 1946, en el barrio de Greenville, nacía el Granada Theatre, que puede presumir de haber estrenado 'Lo que el viento se llevó' y de celebrar los conciertos más potentes de artistas como Adele. En su origen, el cine respondía a la imagen que se marcaba desde Los Ángeles. De hecho, en el interior hay tres grandes murales pintados por los mismos artistas que hicieron el Grauman Chinese Theatre (el típico cine de las alfombras rojas de Hollywood). En 2020, Mike Schoder y Julia Garton, sus dueños actuales, lo renovaron por completo y ahora funciona como sala de conciertos, restaurante y salón de bodas.

El Teatro Granada de Minneapolis es, curiosamente, el único que incluye en su biografía oficial que «se llamó así por la ciudad de Granada, en España». Fundado en 1927, sigue la escuela de la arquitectura churrigueresca. El de Minneapolis, otrora icono del cine mudo, se ha transformado a lo largo de los años en todo tipo de negocios con distintos nombres, hasta que un grupo de empresarios decidió recuperar el nombre original para servir cocina moderna. Hoy el Granada está entre los locales más «fashion» de la ciudad.

El Granada de Santa Barbara es, desde 1997, Centro de Artes Escénicas. Y el de The Dalles, Oregon, construido en 1929, hace ciclos de cine clásico, teatro y monólogos de humor bajo una «atmósfera exótica y mediterránea ordenadas por columnas», según explican en su web. El Granada de Ontario, uno de los teatros más bonitos de California del Sur, es hoy un centro cultural. Y el de Morgan Hill, en San Francisco, es un salón de bodas decorado a lo 'Rat Pack'.

Uno de los Granada más emblemáticos de Estados Unidos fue el de Chicago, situado en North Sheridan Road, en el barrio de Rogers Park. Construido en 1926, fue diseñado por Edward E. Wichenbaum, el mismo que ideó los cine de Marbro, Regal y Century, tres de los más afamados del país. Estuvo abierto hasta 1978 y, pese a que hubo intentos de salvarlo, en 1989 se demolió para construir un edificio de apartamentos, el Granada Center, que terminaría convertido en una residencia de estudiantes de doce plantas gestionado por la Universidad de Loyola.

Cambiamos de país y nos vamos al norte, a Canadá. Allí encontramos el Teatro Granada de Sherbrooke, en pleno centro de Quebec. Nació en 1928, bajo las órdenes del español Daniel J. Crighton. Vivió una historia similar al resto y, en 1998, en plena crisis de los cines, con la amenaza de desaparecer del mapa, el ayuntamiento de la ciudad tomó cartas en el asunto y compró el inmueble, para proteger el edificio, considerado patrimonio histórico canadiense. Hoy es un centro cultural con una completa programación de cine, teatro, música y humor.

Y, si nos venimos a Europa, en la década de los 30 Londres inauguró dos Teatros Granada, ambos con curiosas anécdotas. El primero, el de Walthan Forest, que tenía capacidad para mil personas, pasó de cine a sala de conciertos, con una decoración inspirada en la Mezquita de Córdoba. El lugar, absolutamente emblemático –allí tocaron los Beatles y los Rolling Stones–, es hoy un palacio de congresos llamado 'Transformation House'.

El otro Granada, el Granada Cinema de Woolwich, al sur de Londres, fue el primer gran cine de la zona en 1930. En 2011, la Iglesia del Tabernáculo de la Fe –un culto creado en 1989 por el predicador nigeriano Alfred Williams– compró el edificio y constituyó allí su Catedral.

Lo que no pase 'en Granada'...

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