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José Luis y César en uno de sus vuelos sobre las grandes pirámides de Giza. IDEAL
Fotografía

Los granadinos 'faraones' del cielo

José Luis R. Sañudo y César Maldonado han fotografiado desde el aire, con un permiso especial, el fastuoso espectáculo de las pirámides de Egipto

Jorge Pastor

Granada

Lunes, 5 de febrero 2024, 00:25

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César y José Luis llevaban ya cinco kilómetros haciendo 'footing' por las calles de Granada cuando, subiendo la empinada Cuesta de los Chinos, el primero le dijo al segundo entre resuellos: «Tío, vente conmigo a Egipto». El segundo respondió 'sí' sin pensarlo dos veces y siguieron corriendo ladera arriba hablando de sus cosas. Todo esto ocurrió el 28 de agosto de buena mañana. El día 6 de diciembre, César Maldonado y José Luis R. Sañudo estaban sobrevolando, también de buena mañana, la impresionante necrópolis de Giza, donde se hallan las pirámides de Keops, Kefrén y Micerinos, los monumentos funerarios más impresionantes del mundo.

César transportando a turistas en su paratrike de tres ruedas y José Luis transportándose a sí mismo y a su cámara Fuji con su paramotor colgado a la espalda. Eran unos privilegiados. Gracias a la empresa Sky Sport Egypt, tenían licencia del ejército para planear sobre las mastodónticas construcciones piramidales donde están enterrados los faraones de Egipto.

Los granadinos aprovechaban la luz del amanecer para obtener fotos únicas. IDEAL

«Ha sido la experiencia más increíble de mis cuarenta años haciendo fotografías aéreas», relata José Luis. «He estado toda mi vida profesional trabajando para los demás y ahora, que ya estoy jubilado, lo hago para mí», dice calado en su gorra de aviador y sus gafas de sol a la manera de piloto de la Royal Flying Corps.

José Luis muestra una de las fotos que hizo en Egipto. JORGE PASTOR

Nueve días, hasta el 14 de diciembre, en que estos granadinos surcaron los cielos de Giza para observar uno de los espectáculos más bellos de la Tierra. «A las seis de la madrugada ya estábamos en el aire, aprovechando el amanecer y la ausencia de turistas, que empezaban a llegar a partir de las nueve», relata José Luis, que firma sus instantáneas con su segundo apellido, Sañudo.

Aventura

La aventura de César y José Luis comenzó el día 5 del mes pasado en el aeropuerto de Barajas. Sí, aventura porque hasta ese momento sublime de planear sobre las tumbas reales, había que sortear unos cuantos inconvenientes. El primero, el embarque. César y José Luis tuvieron que desmontar los motores para facturarlos envueltos en unas fundas facilitadas por una empresa especializada. En uno de los equipajes, tubos de escape, hélices, chasis y aros de protección. Y en el otro, los propulsores. «Siempre midiendo muy bien el número de kilos contratados y evitando, por ejemplo, los olores a combustible de las piezas, para que no se levantaran sospechas y no hubiera problemas a la hora de pasar la aduana», recuerda.

Fotos hechas por José Luis. SAÑUDO
Imagen principal - Fotos hechas por José Luis.
Imagen secundaria 1 - Fotos hechas por José Luis.
Imagen secundaria 2 - Fotos hechas por José Luis.

Una vez llegados al Aeropuerto Internacional del Cairo, los responsables de Sky Sport Egypt, que contrataron a César para pasear a sus clientes –José Luis iba como técnico de apoyo–, los llevaron por carretera hasta Giza, a unos veinte kilómetros de la capital egipcia. Allí, en una jaima protegida por soldados, guardaban todo el material e incluso podían pernoctar. «Dentro del recinto, que es enorme, no hay buenas zonas para el despegue porque la superficie es arena del desierto, por lo que teníamos que hacerlo en un camino más duro y pedregoso que había junto a las pirámides», asegura.

José Luis con su cámara en las pirámides. IDEAL

José Luis alzó sus 'alas' diez veces. Todos los días. Cuando el sol comenzaba a despuntar. «Volaba hasta que se me congelaban las manos», bromea. Recorridos de una hora que, en función de las circunstancias, se podían prolongar o reducir. «Con los quince litros de gasolina que entraban en los depósitos, teníamos una autonomía de cuatro horas, aunque al final todo dependía de la meteorología». «Tuvimos suerte porque las nueve jornadas que comprendía nuestro permiso fueron soleadas y en dos de ellas hubo niebla, por lo que pude captar unas imágenes aún más espectaculares», explica José Luis.

Iniciando el vuelo. IDEAL

De las dos mil y pico instantáneas que trae en sus tarjetas de memoria, quizá se quede con una. «Fue la primera vez que estaba sobre la pirámide de Keops, cuya cúspide se halla a 139 metros de altura, y vi una especie de hormiguilla sobre una de sus caras; esa hormiguilla era mi sombra». Tampoco olvidará cada uno de los virajes para abordar los 'prismas' por los cuatro puntos cardinales, Norte, Sur, Este y Oeste.

Pirámides con Giza al fondo. SAÑUDO

Ahora, José Luis ya está inmerso en dos nuevas empresas.La primera, la más próxima, será en Marruecos, a lomos de su Bmw de 1250 centímetros cúbicos –es un gran motero–. Y la segunda, con fecha aún por concretar, en Jordania. Ahí nuevamente a bordo de su parapente. «Estoy muy ilusionado», afirma.

Fotografiando en el desierto. IDEAL

José Luis R. Sañudo fue durante muchos años el gerente de Aviofoto. Ha documentado desde el cielo obras como la del Ave de Granada o del centro comercial Nevada. «Me contrataban siempre grandes compañías». Hizo reportajes, por ejemplo, de todos los pantanos dependientes de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.Y atesora, por cierto, un impresionante archivo de la Alhambra a vista de pájaro.

No hay más que estar unos segundos con José Luis para darse cuenta de que es un tipo feliz. Quizá sea porque, desde hace mucho tiempo, ve el mundo desde donde lo hacen los pájaros.

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Los granadinos 'faraones' del cielo