El granadino mejor director de 'películas de boda'
José López ha sido elegido por sus propios compañeros como el Videógrafo del Año por sus hipnóticos vídeos nupciales que combinan el tono documental y el movimiento cinemático con el 'look' de un videoclip
Hace unas semanas, el 22 de noviembre, el Teatro Villa de Torrox acogió un congreso donde se reunió lo más de lo más de la videografía en España. Tras una intensa jornada de charlas y mesas redondas, el evento culminó con la proclamación del Videógrafo del Año por parte de los ochenta participantes, todos profesionales. Una competición reñida. Se presentaron cincuenta, el jurado realizó una preselección de diez y, por último, se eligió a los dos finalistas.
Como si se tratara de una velada pugilística, el organizador del cónclave levantó el puño de un señor de Albolote que se llama José López Martínez y que, básicamente, ha elevado el reportaje nupcial a la categoría de arte. «Nosotros no hacemos vídeos de bodas; nosotros hacemos películas de bodas», asegura José. Si quiere ver el clip delicatessen con el que ganó, puede hacerlo entrando en la página de CornetFilms, que así se llama la empresa que fundó junto a su esposa Rocío Álvarez, o directamente puede verlo en Ideal.es.
La pieza con la que José se ha llevado el cetro de Videógrafo del Año dura un minuto y medio y condensa el maravilloso enlace de Almudena y Simón. Tras una sucesión de planos en blanco y negro y color, con una música que evoluciona 'in crescendo' y un narrador que reflexiona en inglés sobre el amor –con subtítulos en castellano–, el relato cambia de ritmo a los cuarenta segundos para convertirse en un videoclip que recoge la fiesta con un cuidado movimiento cinemático. Una verdadera joya que atrapa por lo que cuenta y por cómo lo cuenta.
José, de 36 años, iba para músico. De hecho, finalizó la especialidad de trombonista en el Conservatorio Victoria Eugenia de Granada. Dio clases de piano y trombón en la Academia el Callejón Musical de Albolote, un centro de formación que fundó su progenitor, el guitarrista José López, uno de los componentes de La Guardia cuando la banda se llamabaLa Guardia del Cardenal Richeliueu. «Pero llegó un momento –explica– que me cansé de estar entre cuatro paredes, y tomé la decisión de encaminar mi rumbo hacia algo que siempre me había apasionado, la imagen».
«En casa –relata– había una Pentax que yo manejaba desde que tenía ocho o nueve años». «Alguna vez, manipulando la cámara, velé incluso algún carrete», recuerda entre risas. Y así fue cómo durante ese periodo aciago del coronavirus, él y Rocío tomaron la valiente determinación de dedicarse a la videografía y poner en marcha CornetFilms, del que ya comen cuatro familias. ¿Por qué ese nombre, CornetFims? La razón es tan sencilla como entrañable. «Yo llamo a mis hijas cariñosamente 'cucuruchitos' y 'cornet' es cucurucho en inglés».
Lo primero, darse a conocer
Una aventura compleja en un mercado, el de los nuevos matrimonios, igual de complejo. Lo primero era darse a conocer. «Hablé con un amigo que tiene una barbería y le ofrecí un vídeo corporativo gratis con el único compromiso de que si le gustaba, lo compartiera en las redes sociales;no solo le gustó y lo compartió, sino que además me dio quinientos euros». «De ahí –añade– empezaron a llegar otros encargos, ya sí cobrando, hasta que vino la primera boda el 31 de julio de 2021 en una finca de la Carretera de Málaga».
«Cada boda es diferente porque las personas somos diferentes;el único denominador común es el amor»
«Estábamos en una reunión informal con unos amigos que ese fin de semana iban a contraer y me dijeron que lo tenían todo preparado excepto el vídeo; te lo hago yo, le dije de forma espontánea». Fue a la tienda, compró todo el equipo y aquello salió perfecto. Desde entonces, José ha hecho más de sesenta casamientos. A todos les entregan una versión larga de media hora y un resumen de no más de dos.
Nada puede fallar. En todas las ceremonias, José y su gente emplean tres cámaras que registran todo lo que sucede en alta resolución. Una fija en los contrayentes–un plano máster, normalmente largo o medio, que funciona sí o sí–. Una segunda para los discursos y los parlamentos. Y una tercera, la que opera José, la de los recursos, la más creativa. «Nuestra máxima –afirma– es ser lo más productivos posibles, de tal forma que cada segundo que grabamos sea de la máxima calidad». Un método de trabajo que no solo implica saber, sino algo más difícil: capacidad de ver. «Ninguna de las bodas son iguales, porque ninguna de las personas somos iguales;por eso tenemos que estar preparados para cubrir cualquier circunstancia», resume José. «El único denominador común es el amor y yo creo en el amor; tanto es así que llevo con mi esposa desde los dieciséis años y aún la sigo queriendo igual que el primer día», confiesa.
Pocos actos sociales marcan tanto a lo largo de la vida como los propios desposorios. Momentos únicos que quedan inmortalizados en la memoria y en las impresionantes 'películas de boda' que ruedan profesionales como José López, el Videógrafo del Año.
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