El granadino que enseñaba inglés en la Universidad de Oxford
Rafael Pascual ha pasado seis años en las mismas aulas donde C. S. Lewis o J. R. R. Tolkien dieron clase, lo que le convierte en el único español que ha sido profesor en esta facultad
Rafael Pascual es tan granadino como el que más, nacido en el Callejón Poco Trigo, junto a la cuesta de Cervezas Alhambra. Aunque ahora pasea por el centro de la ciudad, de camino a la Facultad de Traducción e Interpretación, mientras echa la vista atrás. «He estado seis años dando clases de Literatura, Inglés y Lengua Inglesa Medieval a los ingleses de Oxford». Algo que le convierte en el único español de la historia de esta prestigiosa universidad que ha enseñado inglés a los ingleses. Basta escucharle pronunciar 'Oxford' para saber que no miente. «¡Sí! –ríe divertido– Ya lo pronuncio como ellos... Ay –suspira– ha sido una experiencia que me ha transformado mucho más de lo que podía imaginar».
La casualidad –tal vez fue la poesía– quiso que Rafael viviera en la calle Alhambra de Oxford. «Alhambra Lane es un callejón poco conocido y se llama así no por el monumento, sino porque en el siglo XIX, en la época del orientalismo, ponían allí el Circo Alhambra». Como saben, Oxford es una suerte de confederación de universidades, de 'colleges', todas con su propio prestigio. El granadino dio clase en tres de los mejores: New College; Mottling College, donde era profesor C. S. Lewis, el autor de 'Las crónicas de Narnia'; y Pembroke, en el trabajó J. R. R. Tolkien, el de 'El señor de los anillos'. «Di las mismas asignaturas que impartieron Lewis y Tolkien. Un orgullo».
La especialidad de Pascual es la Poesía Inglesa de la Alta Edad Media. O lo que se conoce como 'Old English', esto es, Inglés Antiguo. «Los alumnos se quedaban muy sorprendidos porque esperaban a una persona vieja e inglesa –ríe–... Y se encontraban a un joven español». ¿Qué pasó? Que Pascual llamó la atención y no hubo alumno o profesor que no hablara de él. «Te diría que me volví de los más populares gracias precisamente a eso, a lo inusual del asunto: ¡Un granadino de treinta y tantos años enseñando inglés antiguo!». El investigador destaca así el valor de la Universidad de Granada. «Yo estudié en la UGR y logré una formación que me permitió competir de igual a igual con gente formada en Inglés Antiguo en Oxford. Eso dice mucho».
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Pero es que Pascual también fue profesor de Lengua Inglesa Moderna en el New College de Oxford, institución fundada del siglo XIV donde estuvo afiliado los seis años y sigue nombrado como investigador. «Siempre les decía a los alumnos que no se confiaran en que por ser nativos ya sabían la lengua inglesa. De hecho, cuando uno es extranjero tiene una cierta ventaja porque racionaliza más el idioma. Cosas que ellos saben hacer, pero no explicar».
Rafael se toma un segundo para sacar el móvil y rebuscar entre sus fotografías. «Mira», dice. En la pantalla aparece él, vestido con la toga de Oxford, sentado en un sillón de la Sala de Profesores (Senior Common Room) del New College. La escena parece sacada de un libro de Harry Potter. «Había que ponerse la toga cuando ibas a cenar. Había profesores que acudían todas las noches, pero para mí era como ir a una boda y no iba a menudo».
El regreso
Pascual regresó a Granada a principio de curso para incorporarse como profesor e investigador del Departamento de Filología Inglesa y Alemana de la UGR. «Mi tesis tuvo repercusión internacional e hizo que pasara dos años como investigador postdoctoral en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, y luego ya me fui a Oxford». ¿Y cuál es ese tema? Poesía Inglesa Altomedieval, que se caracteriza porque nace en una cultura bilingüe: el inglés antiguo y el latín. «Yo podía estudiar ambas en conjunto».
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En ese camino por aunar ambas literaturas, Pascual dio con un autor de «enorme relevancia». «Alguien que apenas es conocido y que, en mi opinión, en Granada no tiene el reconocimiento que se merecería». Tomen nota, porque es muy interesante: La poesía del alto medievo sucede después de la conversión al cristianismo de los pueblos germanos. «Es una poesía que busca fusionar la tradición germánica y la cristiana, algo muy difícil porque son antitéticas. Y, sin embargo, hubo poetas que lo consiguieron».
Los autores de esa época escribían en inglés y en latín. «A todos los estudiantes de Oxford les preguntaba: ¿Quién es el poeta latino más citado entre los poetas anglosajones latinos? Y siempre acertaban: Virgilio. A continuación les preguntaba por el segundo más usado. Y nunca nadie acertó. Alguien de relevancia para España y en concreto para Granada: Juvenco».
«Juvenco el granadino fue un poeta con una influencia intelectual grandísima sin el que no existiría 'Beowulf'»
¿Pero quién fue Juvenco? Un poeta nacido en Ilíberis –Granada– que relató la historia del Evangelio de una forma épica virgiliana, como si fuera 'La Eneida'. «Juvenco fusionó la tradición cristiana nueva con la antigua tradición pagana latina. Los ingleses medievales lo tomaron de referencia para hacer lo mismo con la tradición pagana germánica. Es decir –remarca Pascual–, que sin Granada no habría poesía anglosajona, porque sin Granada no habría Juvenco, un poeta con una influencia intelectual grandísima sin el que no existiría 'Beowulf', la gran obra de la poesía anglosajona».
El profesor granadino habla con pasión de Juvenco, al que reivindica como si fuera un pariente lejano. Luego coge aire y abre mucho los ojos: «Yo, el granadino que vivía en la calle Alhambra, les explicaba a los estudiantes de Oxford quien fue, después de Virgilio, el que más influyó en la poesía anglosajona: Juvenco el granadino». Pascual ríe con la ristra de casualidades que riman en una poesía imposible que empieza en una Alhambra y acaba en otra.
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