El granadino que lo dejó todo para crear un videojuego de un millón de dólares
Jordi Roca dejó el bachillerato para desarrollar videojuegos. Su gran obra, 'Everhood', lleva 650.000 copias vendidas y anuncia segunda parte para 2025
Un día pulsas 'start' y la vida se convierte en un videojuego. O al revés. El caso es que tienes 16 años, acabas de pausar la adolescencia y hay que enfrentar una difícil decisión. Naciste en Savigny-sur-Orge, a veinte minutos de París, de padre mexicano y madre granadina. Por ella, precisamente, te mudas a la orilla del Genil, con el abuelo. Consigues plaza en un instituto privado pero, de golpe, hay problemas económicos en casa. «Hijo, no podemos seguir pagando», le dicen. A tus dieciséis años, aprovechas para pensar qué quieres hacer con la vida y surge el dilema: estudiar bachillerato o seguir tu instinto. Y tu instinto te pide hacer videojuegos...
Al final de esta historia, el personaje aprenderá que esto no ha hecho más que empezar, habrá vendido más de 130.000 copias de su juego 'Everhood' y habrá ganado más de un millón de puntos: un millón de dólares. Pero al principio de la partida, en el momento de pulsar 'start', con 16 años, le tiemblan las piernas.
Jordi Roca (París, 2000) se sienta frente a sus pantallas temprano, como todos los días. En el estudio, situado en el meollo de San Antón, hay un grupo de desarrolladores de videojuegos con el que comparte horas y horas de trabajo. En su puesto, enciende una Nintendo Switch e inicia 'Everhood', un juego indie con estética retro y música pegadiza. «Nos gusta decir que es más una experiencia que un videojuego. Era algo arriesgado que terminó saliendo bien. Muy bien. Estamos muy contentos», dice Jordi. Al momento, el protagonista del juego se enfrenta a una batalla en la que un ser mágico y pixelado lanza proyectiles musicales. «Es difícil de explicar. Es mejor que lo pruebes».
Hace cinco años, Roca dejó el bachillerato y entró en el centro ArteBit. Allí aprendió las bases del desarrollo y la programación de videojuegos. «Mis amigos me decían que era un kamikaze y yo pensaba que si fracasaba me quedaba sin nada. Pero también era emocionante. Decidí seguir», explica, con un castellano perfecto pero con un acento francés que no puede disimular. Iba dos horas a la academia y luego, en casa, sumaba otras nueve horas de estudio. «Hice cinco o seis videojuegos y me convertí en hombre orquesta: diseño, arte, programación, la idea, el marketing...». El primero de ellos iba a ser un «éxito brutal», recuerda, pero lo cierto es que sacó, exactamente, 17 céntimos. «No me dio ni para una tapa», ríe.
A mitad de 2017, Jordi compartió en un grupo de desarrolladores de Facebook una de sus creaciones. Entre los comentarios destacó el de Chris Nordgren, un diseñador sueco al que le gustó todo el juego menos la parte artística. «Si quieres, podemos trabajar juntos», le dijo. Nordgren no era un principiante y, de hecho, el joven granadino tardó poco en descubrir que era uno de los artistas principales de 'Minecraft'. Y así llegó la idea de 'Everhood'. «Chris hizo los dibujos de un 'gameplay' (escenas del juego) interesante, cogí la idea y programé un prototipo. Nos gustó el resultado y aquello empezó a crecer».
Cuando terminaron el prototipo, lo dieron a probar gratuitamente, con la única petición de que los usuarios compartieran sus impresiones. Poco a poco, crearon un grupo en 'discord' (el servicio online de mensajería más usado en el sector de videojuegos) que llegó a contar con dos mil personas de todo el mundo. «Era el filtro para saber si a la gente le gustaba o no. Si seguíamos con el juego, íbamos a dedicarle mucho tiempo. Hacer un videojuego es como montar una empresa y tienes que tener claro un plan de negocio, no puedes tratarlo como un hobby».
En marzo, tres años después de que surgiera la idea, se publicó 'Everhood' en PC y Nintendo Switch a un precio de 9,99 euros. «Fue sorprendente. La comunidad que creamos en 'discord' nos ayudó a llegar a más gente y el día del lanzamiento habíamos llegado a muchos medios online especializados de todo el mundo». La primera semana vendieron 13.000 unidades, una cifra espectacular dentro del género de 'videojuegos indie'. Un mes más tarde, el youtuber 'Penguinz0', de Estados Unidos, recomendó el juego y lo puso por las nubes. «El vídeo entró en el Top15 de Youtube en EE UU y gracias a él tuvimos el triple de ventas que el día del lanzamiento». A final de octubre, 'Steam', la plataforma de distribución digital de videojuegos más grande del mundo, destacó 'Everhood' en su portada y vendieron más copias en un día que en todo el tiempo anterior. ¿Resultado? Más de 654.420 copias vendidas desde su lanzamiento y unos beneficios que sobrepasan de lejos las siete cifras. Y, además, Roca y Nordgren tienen bastante avanzada la segunda parte de 'Everhood', que podría ver la luz a principios de 2025.
Jordi sonríe cómplice, como el hermano pequeño de 'Malcom in the Middle'. En la Nintendo Switch, el protagonista de 'Everhood' se enfrenta a un sapo con sombrero que toca la guitarra con suma habilidad. Hay que esquivar las notas, convertidas en sablazos musicales, sin perder el ritmo. Efectivamente, es una experiencia distinta y original. «Hay una historia que quisimos que fuera muy críptica, para que cada uno la interprete a su manera. Es un desafío musical hecho con pixelart (pixelart es un estilo artístico que se desarrolla con píxeles, imitando a los videojuegos clásicos)».
La pareja de desarrolladores lo ha conseguido: ha pasado de nivel. «Estamos muy agradecidos porque este éxito nos sirve para abrir nuevos proyectos. 'Everhood' es un juego muy experimental y gracias al buen recibimiento podemos seguir arriesgando e impulsando la creatividad». Jordi salta de la silla y se coloca junto a una puerta en la que se lee 'Pulse Start'. «De las cosas malas –dice, echando la vista atrás– pueden salir cosas buenas».
¿Qué es el pixelart?
Los primeros videojuegos (De 'Pac-man' o 'Space Invaders' a 'Super Mario' o 'Donkey Kong', pasando por joyas como 'El día del tentáculo') se creaban a golpe de pixel:pequeños cuadrados unidos que daban la sensación de ser algo:un personaje, un objeto, un lugar... Lo cierto es que los videojuegos de ahora también son píxeles, pero donde antes había 10 cuadraditos, ahora hay millones. Sin embargo, la técnica de crear con píxeles 'evidentes' se mantiene en el mercado más independiente, con videojuegos que suelen derrochar una enorme creatividad.
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