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De izquierda a derecha, Andrés Ureña, Luis Ordóñez y Sergio Luque con sus cámaras y sus trípodes, y Sierra Nevada al fondo. ALFREDO AGUILAR

Los fotógrafos que retratan la Granada más sorprendente

Fotografía ·

Andrés Ureña, Luis Ordóñez y Sergio Luque son tres de los mejores fotógrafos de paisajes de la provincia. Sus espectaculares instantáneas de Sierra Nevada o de la capital se hacen virales en redes sociales

Jorge Pastor

Granada

Sábado, 27 de febrero 2021, 00:24

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Todos los días se hacen cientos y cientos de fotos de la Alhambra al atardecer, de SierraNevada cubierta por nubes singulares o de ese tesoro geológico de formas, luces y colores que se llama Geoparque de Granada. Imágenes que nunca dejan de sorprender. Especialmente cuando detrás de la cámara hay tres fotógrafos con una sensibilidad extrema para retratar Granada como Sergio Luque, Luis Ordóñez o Andrés Ureña, tres de los grandes paisajistas de la provincia. Sus instantáneas son tan bellas, tan perfectas, que normalmente se viralizan en las redes sociales, donde cuelgan su trabajo para disfrute de sus legiones de seguidores. No buscan notoriedad. Tampoco halagos. Sencillamente disfrutan con lo que hacen –la mejor garantía de éxito, aunque no sea pretendido– y tienen la generosidad de compartirlo con todos.

Preparados para apretar el 'gatillo'. ALFREDO AGUILAR
Imagen principal - Preparados para apretar el 'gatillo'.
Imagen secundaria 1 - Preparados para apretar el 'gatillo'.
Imagen secundaria 2 - Preparados para apretar el 'gatillo'.

«La fotografía de paisaje –asegura Andrés Ureña– parece fácil ya que la mayoría de las veces los sujetos y los objetos están estáticos, pero hay que jugar con muchos factores, especialmente con las condiciones ambientales». Bajo su punto de vista, la luz es el factor que más pesa para que una captura resulte realmente sorprendente. «Si es buena, el fotógrafo tiene mucho ganado;la noche, el amanecer y el atardecer son los mejores momentos», dice Ureña. «A todo ello hay que añadir –prosigue– algo muy personal, la capacidad de transmitir emociones». «Teniendo en cuenta todas estas premisas, el resultado debe de ser una foto con alma, capaz de contener connotaciones bucólicas, dramáticas, alegres y ¿por qué no tristes?», se pregunta y se responde.

Observando el resultado. ALFREDO AGUILAR

Normalmente 'paisaje' se asocia a 'color', pero ¿hasta qué punto puede ser atractiva una foto de Sierra Nevada, por ejemplo, en blanco y negro? «Yo creo que aporta sentimiento y profundidad», asevera Luis Ordóñez. «Una imagen en color la entregas ya digerida, lista para ser absorbida, mientras que en blanco y negro va más allá; dejas un espacio para que el espectador termine de procesar y asimilar». «Es como dejar la puerta entreabierta de una habitación».

En cualquier caso, cada fotógrafo interpreta la realidad a su manera. Una interpretación que, según Sergio Luque, arranca de un meticuloso proceso de planificación, tanto en los entornos urbanos como en la montaña, que implica la valoración de todos aspectos (luz, encuadre...) que garantizan una mayor posibilidad de éxito en el disparo –teniendo en cuenta que el error forma parte del 'juego'–. «Luego –agrega– hay que pasar a la fase de la edición, a la que yo personalmente le dedico un buen rato». Segio procesa por zonas, trata las iluminaciones por un lado y las sombras por otro y es un fanático de la nitidez, lo que le lleva a un aprendizaje continuo para mejorar su técnica. También presta mucha atención al color.

Águila Real en la loma de las Cunas de los Cuartos. LUIS ORDÓÑEZ

Luis Ordóñez

Nació en Granada en 1961. Sus primeras fotos las tomó cuando tenía diez años con una vieja Braun Paxette de su padre, que aún conserva. Pronto aprendió a revelar en un cuarto oscuro montado en un armario. Como fotógrafo de naturaleza, se enmarca en el lado de la naturalidad. «Soy muy espontáneo y suelo disparar al paso de las luces y los encuadres que voy encontrando en cada momento. No planifico ni uso aplicaciones».

Desde el punto de vista compositivo, le gusta que todo esté perfecto, que no haya ningún elemento que distraiga la atención, aunque reconoce –y asume– que esto puede conllevar críticas. «En la naturaleza –asegura Sergio Luque– el planteamiento es distinto, nos gusta rodearnos de amigos con los que compartes afición y, lejos ideas preconcebidas, nos dejamos sorprender por el entorno».

Fotógrafos y montañeros

Y es que tanto en Sergio como en Rafael y en Luis confluyen su pasión por la montaña y su amor por la fotografía. «Como montañeros –confiesa Ordóñez– puedo acceder con seguridad y confianza a cualquier rincón, y tener la oportunidad de captar lugares espectaculares». «Pero no nos engañemos, no somos superhombres, cualquier persona sería capaz de hacerlo con un poco de preparación; tenemos que alejar la idea de que somos diferentes, capaces de hacer cosas inalcanzables», aclara. Eso sí, bromea, hay que portear todo el equipo «y eso requiere una dosis añadida de voluntad; se hace con gusto».

Cerro del Caballo, nubes lenticulares y Luna llena. ANDRÉS UREÑA

Andrés Ureña

Nació en Granada en 1957.Profesor de Tecnología de FP y ESO, siempre ha compaginado su profesión con sus dos grandes pasiones, los deportes en la naturaleza y la fotografía paisajística tanto en la montaña como en el ámbito urbano. Ha ganado varios concursos y ha colaborado con la Universidad de Granada, con la revista Outdoor 'Grandes espacios' y con National Geographic. Ha ofrecido múltiples conferencias sobre fotografía de montaña.

Pero la búsqueda de un 'escenario' distinto implica también muchas veces abandonar la zona de confort. Así lo entiende Andrés Ureña. «Normalmente salgo con la cámara con tiempo adverso e incluso extremo;considero que son las circunstancias idóneas para la fotografía, aunque no tanto para el fotógrafo». «Puede que esto no sea muy comprendido por mucha gente, pero en mi caso, esos días plácidos, soleados y con temperaturas agradables no son precisamente los más propicios», afirma. «Por eso –dice Andrés entre risas– me paso la vida mirando el cielo y el parte meteorológico». Su estilo presenta un interesante contrapunto entre transmitir emociones, «aportando una pizca de subjetividad sin manipular ni deformar la realidad». Por eso, se sitúa en una corriente a medio camino entre el romanticismo y la descripción.

Panorámica de la Cuesta de Gomérez desde lo alto de la Puerta de las Granadas. SERGIO LUQUE

Sergio Luque

Se inició en el mundo de la fotografía en 2016 «casi por casualidad», como él mismo dice en su biografía. Se define como amante de la fotografía paisajística y urbana (principalmente en horario nocturno). Ha colaborado con la Junta de Andalucía (Agenda 21) y con revistas como 'Diafanís' de ciencia, arte y comunicación (Argentina) y con 'España nuestra' (México). Sergio comparte su trabajo en redes sociales con audiencias milenarias.

Los tres combinan su pasión por la naturaleza y el patrimonio con su amor por la fotografía

Sergio Luque es muy metódico, «aunque muchas de mis tomas son fruto de la casualidad, de estar en el sitio oportuno a la hora oportuna». Luque programa sus sesiones con mucha antelación. Le lleva semanas e incluso meses. Una planificación inferida por el hecho de que sus desempeños laborales no son la fotografía y porque es padre de tres hijos. «Tengo que compaginarlo todo en mis ratos libres, lo que me lleva a estudiar la situación al detalle». Sí reconoce su predilección por esos instantes posteriores a esconderse el sol, cuando se enciende el alumbrado. «Ese intervalo es mi hora perfecta, siempre acompañado de mi trípode».

Las 'herramientas' de trabajo posando con la Alhambra al fondo. ALFREDO AGUILAR

Respecto a la estación del año más interesante para la fotografía, Luis Ordóñez asegura que todas tienen una belleza propia que hay que aprovechar. Los bosques caducifolios y su paleta cromática en otoño. Nieve, cornisas y ventiscas en invierno. El deshielo y el despertar de la vegetación en primavera. Y las lagunas en su máximo esplendor y la explosión de la flora de alta montaña en invierno. «Sierra Nevada es una auténtica joya y la tenemos muy cerca».

¿De qué fotos se sienten especialmente satisfechos y cuáles les quedan por hacer? Respuesta complicada. «Cada fotografía guarda en su interior el recuerdo de lo vivido, como si de un metadato se tratara», reflexiona Ordóñez. Si tuviera que elegir alguna, quizá me quedaría con «los retratos de mis hijos, que permiten revivir aquellos momentos maravillosos».

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