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Entre libros y recuerdos. Lola Manjón y José Javier García Montero, comisarios de la exposición. J.A.M.
Federico y Emilia Llanos enseñan sus pasiones comunes en Valderrubio
Exposición

Federico y Emilia Llanos enseñan sus pasiones comunes en Valderrubio

Durante un año, la Casa de Bernarda Alba y el museo de Fuentevaqueros, desde el 5 de junio, exhibirán objetos únicos del amor platónico del poeta

Lunes, 28 de abril 2025, 00:16

Emilia Llanos era una mujer hermosa, fuerte y decidida. Una mujer capaz de derrumbar a cualquiera con sólo una mirada o sólo una palabra, como decía la canción. No es extraño, por ello, que el poeta Federico García Lorca, más allá de su condición sexual, cayera rendido a sus pies, con un amor incondicional lleno de admiración, cariño y complicidad. El punto de unión de las naturalezas de ambos fueron una serie de pasiones comunes, lazos que dieron lugar a diversas iniciativas a lo largo del tiempo, como el Concurso de Cante Jondo, en el que tanto uno como la otra interpretaron un papel fundamental. Fueron 18 años de una relación que sólo la muerte truncó, y ni eso, porque el recuerdo de su amigo fuenterino impregnó la memoria de Emilia hasta su muerte, un cálido día de finales de verano de 1967.

Para conocer en profundidad el vínculo que les unió, es imprescindible acercarse a la Casa de Bernarda Alba –de Frasquita Alba, en realidad–, situada en Valderrubio, tabique o pozo por medio con la vivienda que los Lorca habitaron en aquella Asquerosa de los recuerdos lorquianos. Allí espera al visitante –durante casi un año, hasta el 1 de abril de 2026– la muestra 'Emilia Llanos Medina y Federico García Lorca:pasiones compartidas', creada a partir de la colección y el archivo personales de José Javier García Montero, probablemente el más celoso guardián del legado de Llanos. En el comisariado de la exposición le acompaña Lola Manjón, la otra gran experta en la vida de la amiga de Federico, autora del libro 'Relaciones. Emilia Llanos–Federico García Lorca', publicado por Comares en 2022. La dirección creativa corre a cargo de Elena Santomé.

Disposición de la muestra en la sala alta de la Casa de Bernarda Alba. j. a. m.

Como explica García Montero, fue la dimensión de su colección la que aconsejó un diseño entre Valderrubio y Fuentevaqueros. La de está ultima localidad, que se inaugurará el 5 de junio coincidiendo con la celebración del 'Cinco a las cinco', girará en torno a la amistad y la relación de Llanos con una docena de figuras señas, desde Ismael González de la Serna a Agustín Penón. Pero en tanto esa muestra toma cuerpo, en Valderrubio se pueden admirar varios centenares de piezas, desde las más grandes, como la máquina de coser e Emilia, hasta el más pequeño, pero no más importante, la entrada para un concierto de Arthur Rubinstein que tuvo lugar en Murcia.

«Esta exposición se centra en tres elementos:lectura, música y otras pequeñas pasiones íntimas, como las guindas en orujo, la porcelana china o unas copitas de cristal labrado, a las que Federico denominaba 'sortijas'», afirma el coleccionista. También hay un guiño a las pasiones religiosas de Emilia, como homenaje al entorno donde la exposición se encuentra, incluyendo su reclinatorio personal, un altar con sus figuras que, curiosamente, conserva en la tela el cerco que estas dejaron. Relicarios, rosarios, una estampa del Cristo del Paño de Moclín, la inscripción de Llanos como Hija de María y otros muchos objetos recuerdan la devoción y la pasión por el rito que ambos compartieron. También hay espacio para la diversión, con todo, ya que entre las piezas exhibidas se encuentra también el carné de baile del Centro Artístico de Emilia, donde inscribían su nombre los caballeros que aspiraban a compartir el vaivén de la música con la bella granadina.

Palabras conectadas

En la sección que muestra la biblioteca de Llanos se pueden encontrar lecturas comunes, dedicatorias de ejemplares de las primeras obras del escritor y poemas de este que ella creyó dedicados o referentes a ella. Autores como Maeterlinck –y su curiosisima 'Vida de las abejas'–o Ibsen forma parte de un armario que invita a ser abierto para conocer en profundidad esas lecturas que tanto enriquecieron a ambos. De hecho, como curiosidad, la nota de sala muestra a Llanos practicando la lectura en un rincón de la Alhambra.

La histórica máquina de coser de Emilia, con Elena Santomé usándola. j. a. m.

La transición hacia el segundo espacio de encuentro, la música, se hace con réplicas de los trajes que las mujeres granadinas se hicieron confeccionar para lucirlos en el Concurso de Cante Jondo. Así, se muestra una réplica del que lució Concha, la hermana de Federico, y otra del que lució una de las concursantes. Ambos han sido recreados por alumnos de la Escuela de Arte de Granada. Hay carteles del concurso y parte del epistolario que compartieron Falla, su hermana Carmen y Emilia. Una de las joyas de la muestra es el retrato que el pintor Soto realizó a Llanos en 1926, en la cumbre de su belleza.

El último espacio de la muestra se dedica a recrear parte del piso de Plaza Nueva, 1, donde compartieron muchos momentos. Se pueden ver muebles y objetos que se conservaban en dicho domicilio, como platos de porcelana, vasos de cristal tallado, cojines de seda con motivos orientales... «La exposición responde al interrogante de cómo fue posible que dos personas de diferente edad y formación encajaran tan bien, e igualmente hemos querido celebrar con ella el 140 aniversario del nacimiento de Emilia», afirma Lola Manjón. Es, sin duda, una excelente forma de hacerlo.

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