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Víctor Medina y Teresa Espejo observan el 'ojo del boticario', donde se hallan las principales sustancias que se usan en la formulación. JORGE PASTOR

Una farmacia trasplantada desde Cartagena a Granada

Patrimonio ·

La UGR acoge una botica con 165 años donada por la familia Ros Bielsa y emplazada en el hall de Farmacia con todos sus enseres, incluido el espectacular mural que había en su techo

Jorge Pastor

Granada

Domingo, 2 de enero 2022, 00:14

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Andrés Minnocci era conocido como el 'pintor de las flores'. Lo era por su maestría en la representación floral en combinación con cuidados bodegones.Pero este artista murciano de origen italiano –su apellido le delata– también dejó para la posteridad preciosos óleos, a modo de mural, como el que pintó entre 1895 y 1905 en la farmacia que regentó en su día María Dolores Ros Bielsa en Cartagena. Pues bien, a partir de ahora los granadinos tendrán la oportunidad de disfrutar de este maravilloso lienzo de Minnocci.

La botica entera ha sido 'trasplantada' desde Cartagena hasta el hall de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada tal y como se encontraba en el mismo edificio que tuvo que ser derribado en 2000 porque se hallaba en estado de ruina. Un proceso de desmontaje, transporte, rehabilitación y montaje que ha precisado dieciséis meses de trabajo –desde marzo de 2020 hasta diciembre de 2021– por parte de un equipo multidisciplinar dirigido por Teresa Espejo, directora del Secretariado de Conservación y Restauración de la UGR, y que ha sido posible gracias a la donación por parte de María José, Alicia, Rosalía y Juan Ernesto, descendientes de María Dolores Ros Bielsa.

Pintura alegórica de Minnocci restaurada para su instalación en Granada. JORGE PASTOR

Y es que este despacho de medicamentos es una joya por sus valores artísticos –estilo modernista arabizante– y porque es una auténtica lección de Historia por su fundación en 1856, hace 165 años, y porque conserva en perfectas condiciones todos los muebles, enseres, aparatos e incluso sustancias que se emplearon para elaborar y expender fármacos a los cartageneros durante prácticamente siglo y medio. En este punto conviene reseñar que el traslado no ha estado exento de polémica, ya que colectivos han denunciado la pérdida de este importante patrimonio para Cartagena, una ciudad de más de 200.000 habitantes.

Visitante observa los frascos en la rebotica. JORGE PASTOR

Todo el mobiliario está fabricado con pino de Canadá y mantiene las características de las farmacias decimonónicas. Antes de que actuara la Universidad de Granada, los muebles presentaban graves problemas estructurales y pérdida de elementos de decoración. «Sin barniz ni policromía, los restos localizados y la documentación indicaban que en origen debieron de tener un aspecto marmoleado que posteriormente fue sustituido por una capa de pintura blanca», indica el dossier realizado por la UGR. En la actualidad solo se conservan los vestigios de esa policromía primigenia en las zonas de difícil acceso y el dorado en los capiteles de las columnas. También se observaron repintes más recientes en el marco de la pintura del techo –la de Minnocci– y en el exterior de la fachada lateral.

La botica está instalada en el hall de la Facultad de Farmacia. JORGE PASTOR
Imagen principal - La botica está instalada en el hall de la Facultad de Farmacia.
Imagen secundaria 1 - La botica está instalada en el hall de la Facultad de Farmacia.
Imagen secundaria 2 - La botica está instalada en el hall de la Facultad de Farmacia.

Según la UGR, «las actuaciones restauradoras se han centrado en la ordenación, colocación y refuerzo de los distintos módulos, así como en la reposición de las piezas y las molduras que faltaban». Además, se han eliminado los estratos repintados, se ha acometido una limpieza general y se ha aplicado una pátina de protección. Todos los trabajos fueron ejecutados por la Carpintería de los Hermanos Izquierdo (Manuel y Luis).

Enseres de enorme valor

Junto a estanterías, mesas y el espectacular 'ojo del boticario' –la repisa que ocupaba el módulo central de la rebotica donde se colocaban los frascos con las sustancias más usadas–, destacan todos los botes, algunos de Limoge de principios de siglo XIX y otros procedentes de fábricas como la de Giralt-Laporta o Rubert Hermanos. A todo ello hay que sumar una báscula para pesar a los adultos y otra para los niños, granatarios, una colección de envases para la presentación de las medicinas de principios del siglo XX como inyectables, laxantes, crecepelo y preparaciones para los heridos en la Guerra Civil. También hay etiquetas sin utilizar para la documentación de las prescripciones magistrales.

Observando una de las balanzas. JORGE PASTOR

La tela de Mennocci, una alegoría de la farmacia –la escena muestra a Higia y Galeno rodeados de querubines que manipulan instrumentos como morteros–, también mostraba gravísimos deterioros. Entre ellos, agujeros, roturas y un enorme embolsamiento central como consecuencia de una recurrente acumulación de agua en el reverso. Agua proveniente de las filtraciones que se produjeron en el inmueble durante los periodos de lluvias fuertes. Estos daños estaban parcialmente reparados con bordes, parches textiles y material plástico adherido. Estas mismas causas motivaron importantes desperfectos en la pigmentación, donde se observaban craquelados, descohesiones, pasmados intensos y grandes pérdidas de color en las figuras centrales.

Envase con veneno. JORGE PASTOR

«La restauración se llevó a cabo en dos fases», explica Teresa Espejo. «Primero –agrega– se quitaron los refuerzos del soporte y se saneó la tela de forma mecánica, preparándola para su reentelado posterior, que se realizó siguiendo el método tradicional a gacha». «A continuación, para evitar que la superficie quedara nuevamente abombada por su ubicación en plano en una techumbre, se determinó que el óleo de Mennocci quedara pegado a un apoyo rígido», comenta. La policromía se limpió, se erradicaron repintes, se estucaron las faltas y se reintegraron las lagunas.

Historia

La Farmacia de María Dolores Ros Bielsa se construyó en 1856 sobre el solar del desamortizado convento de Santo Domingo, fundado en 1588, en la calle Mayor de Cartagena. Fue adquirida por Benito Picó para su hijo Eduardo Picó, que convirtió su rebotica en el eje intelectual y político del municipio. En ella se reunían artistas y poetas, y acogió la conocida como 'Compañía de los Burros', una sociedad cuyos miembros compartían inquietudes políticas o literarias, pero que tenía en común buscar el lado cómico de la vida. Este ente tiene cierta analogía con 'La Cuerda' granadina, de la que formaba parte, entre otros, el gran Pedro Antonio de Alarcón.

Teléfono de la botica. JORGE PASTOR

Durante la Revolución de Septiembre de 1868, 'la Gloriosa', la farmacia de Picó fue el centro de la conspiración cartagenera. En ella se reunían progresistas comprometidos como José María Vera, José Prefumo, Manuel Martínez Alcaraz o los hermanos Ginés y Antonio Moncada Prats –primos de Prim–, entre otros.

Imagen general de la farmacia. JORGE PASTOR

En 1875, Simón Martí y Pagán, vástago de un tertuliano de Picó, adquirió la farmacia. A su muerte, en 1886, pasó a su viuda, que pidió a Eduardo Picó que volviera a la botica como regente hasta su fallecimiento en 1902. Su sobrino, Agustín Malo de Molina y Picó, la arrendará en 1922 a Agustín Merck y Bañón, que comenzó a registrar especialidades farmacéuticas definidas como específicos. En 1932 pasa a Manuel Malo de Molina y, finalmente, en 1971 es adquirida por María Dolores Ros Bielsa.

El edificio fue demolido a principios de 2000 debido a su estado de ruina, y la botica se trasladó a la trastienda de una farmacia en la Avenida Reina Victoria, donde permaneció hasta su desmontaje en 2020 y su posterior traslado a la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada.

Una farmacia con 165 años de historia. JORGE PASTOR

«Un patrimonio importante para la historia de la farmacia»

Víctor Medina, vicerrector de la UGR, dice que la llegada a Granada de la botica de María Dolores Ros supone «la recuperación de un patrimonio importante para la historia de la farmacia», al igual que ya ocurrió en su día con la Farmacia Zambrano de Granada. «Desde el primer momento, mostramos máxima sensibilidad hacia las pretensiones de María Dolores y sus descendientes», asegura Medina.

La directora del Secretariado de Conservación y Restauración de la UGR,Teresa Espejo, destaca el importante trabajo realizado por un equipo profesores, becarios, Facultad de Farmacia, Área de Patrimonio, Bidafarma y empresas de carpintería como los Hermanos Izquierdo.

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