«Hay factores que favorecen que la próxima pandemia sea inevitable»
Jonathan Kennedy, profesor de Salud Global en la Universidad de Londres, ha presentado 'Patogénesis' en Granada, dentro del festival Biotopías. El libro ha sido número 1 en divulgación en Reino Unido y Estados Unidos
Jonathan Kennedy, 43 años, pide un té y sonríe. «Me encanta Granada, es la segunda vez que vengo». Doctor en Sociología por la Universidad de Cambridge y profesor de Política y Salud Global en el Queen Mary College de la Universidad de Londres, ha escrito 'Patogénesis', que se ha convertido en el número 1 en libros de divulgación en Reino Unido y Estados Unidos. «Sí, ha ido mejor de lo que esperaba», confiesa divertido. «Soy académico, así que normalmente escribo cosas que nadie lee –ríe–. Pero creo que este es distinto». Y tanto. Kennedy resume 4.600 millones de años en 350 páginas, pero desde una perspectiva muy original: la de los virus y bacterias. ¿Por qué? Porque esos seres diminutos e invisibles son, asegura, el motor de la Historia. La presentación de 'Patogénesis' en España ha sido aquí, en Granada, dentro del Festival Biotopías.
–Leyendo el libro, la primera reflexión es que, desde su punto de vista, los humanos somos la especie invasora. ¡Somos los aliens de la película!
–Sí, más o menos (ríe). Depende de la perspectiva desde la que mires el mundo. Estamos acostumbrados a verlo desde la nuestra, a sabernos el centro de todo. Creo que eso se remonta al Antiguo Testamento, en el Génesis, cuando Dios creó a los humanos a su imagen y semejanza y, supuestamente, nos dio poder sobre los animales, los peces, las aves... Desde entonces, los humanos se han visto a sí mismos como el centro de todo, que el mundo natural está ahí para que lo explotemos y conquistemos.
–Y, plantea, habría que cambiar el punto de vista.
–Vivimos una época de policrisis donde hay amenazas por todas partes: enfermedades infecciosas, cambio climático, guerra nuclear... Es evidente que si observamos el mundo natural como un escenario donde los humanos desempeñamos nuestros roles, sí, eso nos conducirá a la devastación.
–¿Estamos destinados a perder frente a virus y bacterias?
–Son poderosos. Si observamos la tendencia general, los grandes mamíferos no duran más de unos pocos millones de años. Nosotros, con suerte, lograremos adaptarnos y sobrevivir más tiempo. Pero sí, vivimos en un mundo donde estamos completamente rodeados de bacterias y virus. Algunos nos ayudan, pero muchos de ellos mutan de manera que nos dañan y, al final, perderemos. Podemos estar bastante seguros de que los humanos nos extinguiremos en algún momento en el futuro, dentro de un millón o de diez millones de años. Pero también podemos estar bastante seguros de que, independientemente de lo que los humanos hagan al planeta, las bacterias seguirán aquí.
«Cuando los humanos nos extingamos, las bacterias seguirán aquí»
–Suena a 'The Last of Us'.
–Sí. La Peste Negra mató al 60% de la población en Europa en cinco años, debió ser una sensación similar a la de la serie. Pero en aquellos tiempos la gente no entendía lo que estaba pasando, no sabían explicarlo. Hoy sí.
–El libro, pese a todo, no resulta fatalista.
–Hay razones para tener esperanza, claro.
–Cuenta que el cristianismo se extendió por una plaga, porque los cristianos fueron los que ayudaron a cuidar a los enfermos.
–Yo formo parte de una larga tradición de ateos, la verdad. Pero creo que es fascinante estudiar la religión desde una perspectiva histórica. El cristianismo y el islam, las religiones que más abordo en el libro, han tenido un enorme impacto en el mundo. Comprender las condiciones históricas y sociales que permitieron el florecimiento de estas ideas es realmente interesante.
–Cuesta pensar en virus y bacterias como formas de vida.
–Las bacterias son la primera forma de vida, la forma de vida dominante y, en algunos aspectos, se parecen a nosotros en el sentido de que están impulsados a sobrevivir y a reproducirse. Y también cooperan de maneras extrañas. Tenemos una enorme cantidad de bacterias en nuestro cuerpo. El 90% de esas bacterias producen neurotransmisores, es decir, mensajeros químicos como la serotonina y la dopamina que influyen en nuestro estado de ánimo. Todo nuestro ADN proviene de infecciones virales, es decir, infecciones que han infectado nuestras células reproductivas y luego se transmiten a la siguiente generación... Es una locura: piensa que si no fuera por una infección viral que ocurrió hace unos 180 millones de años no seríamos mamíferos, que probablemente estaríamos poniendo huevos o algo así. Suena a ciencia ficción, ¿verdad?
–Usa sketches de los Monty Python, fragmentos de 'El señor de los anillos', escenas de 'Juego de Tronos'...
–Eso viene de mi experiencia como profesor. Hay que llamar la atención de los estudiantes, que están con sus móviles, sus portátiles, comprando criptomonedas... (ríe)
–Hablando de jóvenes. ¿Podemos hablar de una plaga digital por culpa de las redes sociales?
–Sí, ya podríamos argumentar que las redes sociales están causando una plaga de problemas de salud mental entre los jóvenes. Da miedo la cantidad de adolescentes que sufren ansiedad, depresión, dismorfia corporal... y hay una clara conexión entre estos problemas y las redes sociales.
«Las redes sociales están causando una plaga de salud mental entre los jóvenes»
–El movimiento de nuestra especie ha estado acompañado de plagas que lo han transformado todo. ¿Deberíamos movernos menos?
–Interesante... Creo que depende de por qué y cómo te muevas. Obviamente, el colonialismo y su legado son bastante terribles. Y ahora nos movemos mucho más rápido. Si nos remontamos al siglo XIV, la Peste Negra tardó diez años en llegar desde Asia Central a Constantinopla, luego al Mediterráneo y al resto de Europa. Mientras que la covid-19 fue cuestión de semanas que llegara desde China. Vivimos en un mundo en el que hay factores que se combinan para hacer que la próxima pandemia sea inevitable. Pero, al mismo tiempo, es maravilloso poder subir a un avión y estar en Granada. La vida es contradictoria.
–De la covid, la última de las pandemias, íbamos a salir mejores. ¿Aprendimos algo?
–Las intervenciones políticas durante la covid fueron básicamente las mismas que se utilizaron durante la Peste Negra: cuarentenas, cordón sanitario, confinamiento... A pesar de que sabemos mucho más que en el siglo XIV, todavía hacemos lo mismo. Es tremendo. Los humanos tenemos memoria corta cuando nos conviene. Los brotes de enfermedades van a suceder, son inevitables. Pero las pandemias a escala global que causan tanta devastación son un fracaso de la política humana para encontrar soluciones sensatas. Algo que me impactó durante la covid es que la posibilidad de que la enfermedad se propagara en tu familia era mucho mayor si eras pobre. Por lo mismo que las personas pobres tienden a ser más obesas que las ricas. Sí, estamos viviendo una plaga de desigualdad que, además, es la que crea las condiciones para que la enfermedad se propague.
–¿Qué papel juegan los populismos en la propagación de plagas?
–El populismo es un rechazo a lo establecido. Un rechazo a la autoridad legal, a los medios de comunicación tradicionales, a la medicina, a la salud pública... No estoy de acuerdo con los partidos populistas, pero entiendo por qué la gente puede sentirse atraída por ellos porque sienten que la sociedad les ha fallado. Están enojados y los populistas persuaden de manera más efectiva.
«Las pandemias a escala global que causan tanta devastación son un fracaso de la política humana para encontrar soluciones sensatas»
–¿Qué dirá la Historia?
–En el libro cubro 4.600 millones de años en 350 páginas. Eso da una cierta perspectiva. Probablemente no comprenderemos completamente las consecuencias de la covid-19 hasta dentro de 50 o 100 años. Supongo que hay procesos relacionados como el auge de China, de los totalitarismos, el debilitamiento de la democracia...
–¿Y si la inteligencia artificial determina que los humanos somos el problema en el planeta de las bacterias?
–La IA da la oportunidad de mejorar la vida de todos, pero también representa una amenaza existencial. Tiene el poder de transformar la medicina, de comprender mucho mejor cómo funciona el cuerpo, qué causa las enfermedades, cómo podemos resolverlas... Pero, al mismo tiempo, existe la preocupación por la creación de vida artificial que pueda destruir la vida humana tal y como la conocemos; o de esclavizarnos.
–¿Habrá otra pandemia?
–Sí.
–En caso de pandemia, ¿cuál es el mejor plan?
–Salir de la ciudad, ir al campo, a un lugar donde puedas cultivar tus propios alimentos... Pero para entonces, dentro de muchos años espero, ojalá hayamos aprendido algunas lecciones de la última pandemia y no se propague tan rápido. En realidad tenemos suerte. Vivimos en un mundo donde la ciencia médica hace milagros. Así que encontraremos otra vacuna a lo que venga. En eso sí creo.
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