Las estudiantes granadinas por las que apuesta Amancio Ortega
Merián Hagan-Brown López, alumna del colegio CajaGranada, estudiará el año que viene en Canadá gracias a una beca de la Fundación del empresario gallego. Ángela Hernández lo hizo hace cuatro años
Cuando Ángela Hernández (Granada, 1999) terminó la ESO se marchó a estudiar a Wisconsin, Estados Unidos, gracias a una de las becas de la Fundación Amancio Ortega. Ayer, cuatro años después, la ahora veinteañera regresó a su cole, el CajaGranada, para mirar a los ojos a Meri y contarle lo que le esperaba: «Es muy duro. Los primeros meses estaba perdida y lloraba mucho. Te vas con 16 años y es un paso gigante. Pero entonces, un día, te haces con el sitio, te das cuenta de la oportunidad y te sorprendes viviendo un año que no vas a olvidar en tu vida. Un año muy, muy bonito. Un año que te cambia».
Merián Hagan-Brown López (Granada, 2003) terminará este curso 4º de ESO en el CajaGranada. Después del verano hará Bachillerato en Canadá. Y está tan nerviosa como contenta: ha conseguido una de las 600 becas que concede la fundación del empresario gallego, líder del grupo Inditex. Una beca que asegura una inmersión lingüística y cultural, dentro de una familia de acogida, para estudiantes notables con una renta familiar que, de otra manera, no podría afrontar un viaje así.
Nazaret Palacios ha sido profesora de las dos. «Son alumnas brillantes, de valores admirables y gran corazón. Muy inspiradoras», dice. Ella organizó el encuentro, el cara a cara entre las dos estudiantes del colegio que han conseguido una de las ansiadas becas. Ángela, que cursa Administración y Dirección de Empresas en la UGR, repasa cómo es la prueba para conseguir la beca: «Primero hay un examen escrito, una especie de prueba psicológica. También hay que escribir una redacción y superar una 'listening' (escuchar). Todo en inglés, claro». Meri atiende a su lado y asiente, confirmando que su experiencia ha sido similar:«Luego hay una prueba oral –sigue–, por Skype (vídeo conferencia), en la que te preparas una exposición de un tema. Yo hablé de África porque mi padre es de allí, de Ghana, y me da mucha rabia la opinión que se tiene en España de África. África es mucho más».
Meri, vecina del Albaicín, guarda una estrecha y cariñosa relación con su madre. «Mi hermano trabaja en Manchester y mi padre está en Ghana ahora mismo, por temas familiares», explica. Lo que no quita que, si se tiene la oportunidad de ejercer la malafollá granaína, se ejerza:«Nazaret me llamó para decirme que me habían dado la beca y no me lo creía. Se me ocurrió –ríe– decirle a mi madre que no lo había conseguido y se puso a llorar. Entonces le dije que sí, que era broma, que lo había conseguido. Y siguió llorando, pero de alegría».
¿Qué supone irte lejos, con 16 años, a estudiar? «Es un choque cultural increíble –Ángela habla y Meri toma apuntes, como si estuviera en clase–. La experiencia consiste en adaptarse. ¿La gran lección? No prejuzgar a la gente. Mira, yo era tímida e insegura, ¿verdad Nazaret? Y allí me di cuenta de que había que abrirse, hablar, soltarse...».
«La experiencia consiste en adaptarse. ¿La gran lección? No prejuzgar a la gente»
Ángela Hernández
«Ahora estoy segura de lo que quiero en mi vida, pero tengo la sensación de que el viaje me va a cambiar»
merián Hagan-Brown
Meri se va a vivir la aventura, valiente y cauta al mismo tiempo. «Sé que al principio voy a llorar, que me va a costar adaptarme a un lugar tan lejos de mi casa. Pero... Ya que he llegado tan lejos, ya que soy una de las afortunadas, sé que lo tengo que aprovechar al máximo». La granadina sueña con convertirse en médica forense, una idea que le apasiona: «¿Sabes que allí, en Canadá, hay una asignatura de Biología Forense? Cuando lo vi me pareció una señal, una coincidencia curiosa». Además, todavía no ha empezado el viaje y ya tiene un «extraño» presentimiento encima: «Ahora estoy segura de lo que quiero en mi vida, pero tengo la sensación de que el viaje me va a cambiar».
La beca
10.000 adolescentes de toda España tocaron la puerta de Amancio Ortega para pedirle ayuda. No querían un trabajo, ni querían lucir ropa, ni siquiera un descuento. Querían estudiar. La beca cubre el 100% de los servicios necesarios para realizar un curso escolar en el extranjero: viaje, tasas de escolarización y matrícula en un instituto público, alojamiento y manutención en una familia de acogida, seguro médico y de accidentes, convalidación del año académico y apoyo continuado durante los diez meses de estancia.
El programa, que premia la excelencia académica, pretende que los jóvenes no solo mejoren su nivel de inglés, sino que además adquieran las herramientas necesarias para adaptarse a situaciones nuevas dentro de entornos sociales y culturales diferentes.
Antes de despedirse, Meri y Ángela hablan de los profesores que han compartido y, en concreto, de Beatriz Vázquez y Mercedes García:«Qué buenas profesoras de inglés hemos tenido».
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