Edición

Borrar
Elisa Valero, en la sala de reuniones, donde penetra la luz a través de pequeñas ventanas verticales Ramón l. Pérez

Lo más de la arquitectura en Granada

Un edificio construido en torno a un armario de 15 metros en el Realejo

El estudio de Elisa Valero 'exprime' el sol para iluminar hasta el último rincón gracias a pequeñas ventanas que recuerdan a un carmen granadino

Jorge Pastor

Granada

Jueves, 6 de julio 2023, 08:10

El Realejo es uno de los pocos barrios de Granada que salvaguarda parte de sus valores arquitectónicos. Y ahí, en el corazón del Realejo, en el número diecisiete de la calle Belén, se halla uno de los edificios más singulares, el estudio de Elisa Valero. Singular porque un diseño contemporáneo está perfectamente mimetizado con el entorno. Singular porque toda la finca se estructura en torno a una enorme estantería de quince metros de altura. Y singular porque es cien por cien bioclimático, no necesita ni calefacción en invierno ni aire acondicionado en verano. Un hábitat amplio y luminoso donde no hay habitaciones ni pasillos.

Detalles del Estudio de Elisa Valero. RAMÓN L. PÉREZ
Imagen principal - Detalles del Estudio de Elisa Valero.
Imagen secundaria 1 - Detalles del Estudio de Elisa Valero.
Imagen secundaria 2 - Detalles del Estudio de Elisa Valero.

Cada una de las cuatro plantas del Estudio, conectadas a través de una sencilla escalera de acero, es una estancia en sí misma. «La luz es mi gran aliada», asegura Valero, que compagina su labor profesional con la docencia en la Escuela Superior de Arquitectura de Granada, donde imparte la asignatura de Proyectos.

Elisa Valero, en la planta sótano de su estudio, donde arranca el armario de 15 metros. RAMÓN L. PÉREZ

Elisa Valero Ramos nació en Teba, Málaga, pero reside en Granada desde 1997. «Tuve el honor de recibir la primera beca de investigación en la Escuela de Arquitectura de Granada y aquí me quedé», comenta esbozando una sonrisa. Unos años propicios en los que ha recibido importantes reconocimientos nacionales e internacionales como el Swiss Architectural Award por tres de sus obras más emblemáticas –las tres en la provincia–: la ampliación del colegio de Cerrillo de Maracena, las viviendas experimentales de la calle Huerto de San Cecilio (Realejo) y la iglesia de Playa Granada. Proyectos aplaudidos a los que hay sumar otros de gran repercusión en la capital granadina como la reforma de la basílica de la Virgen de las Angustias, uno de los iconos del patrimonio de Granada.

Arriba, claraboyas. Abajo, detalle de materiales y mobiliario. RAMÓN L. PÉREZ
Imagen principal - Arriba, claraboyas. Abajo, detalle de materiales y mobiliario.
Imagen secundaria 1 - Arriba, claraboyas. Abajo, detalle de materiales y mobiliario.
Imagen secundaria 2 - Arriba, claraboyas. Abajo, detalle de materiales y mobiliario.

Pero centrémonos en el Estudio de la Calle Belén 17, que así se llama genéricamente este 'laboratorio de la luz' donde trabaja la propia Valero junto a su equipo, y que fue construido hace diez años en un solar de apenas treinta y ocho metros cuadrados. Si se sitúa en el exterior, es bastante probable que la fachada, 'agujereada' con pequeñas ventanas verticales a modo de sajaduras, le recuerde a un carmen. «El blanco es el color del Mediterráneo», explica ElisaValero en relación a la capa de cal refulgente con la que está pintado el alzado. «El Estudio es una superposición de espacios en altura».

Planta donde trabaja el equipo de Elisa. RAMÓN L. PÉREZ

El sótano, alimentado por unos tragaluces, es un lugar de paz y tranquilidad donde las paredes son las propias losas de hormigón. Al ubicarse técnicamente en el subsuelo, es el propio terreno el que ejerce de abrigo en los meses fríos y el que aporta frescor en los periodos más cálidos –algo similar a la geotermia de las casas cueva–.Un habitáculo donde trabajar, donde descansar y donde organizar, incluso, algún acto cultural. Aquí arranca ese enorme armario que ejerce como espina dorsal y respecto al que se articula la escalera como una suerte de enredadera.

Cuadros de Elisa Ramos, madre de Elisa Valero. RAMÓN L. PÉREZ
Imagen principal - Cuadros de Elisa Ramos, madre de Elisa Valero.
Imagen secundaria 1 - Cuadros de Elisa Ramos, madre de Elisa Valero.
Imagen secundaria 2 - Cuadros de Elisa Ramos, madre de Elisa Valero.

En la rasante se halla tanto la entrada principal como la cochera, a la que se accede por una puerta corredera de vidrio. La primera planta se ha habilitado como sala de reuniones en torno a una mesa de cristal y unas sillas reutilizadas –la reutilización es otra de las marcas de identidad de la casa–. La iluminación natural, a través de las ventanitas verticales, llega hasta el último rincón del Estudio de la calle Belén 17. En la siguiente altura se emplazan los miembros del equipo de Elisa Valero.Las mesas, al igual que el resto del mobiliario, ha sido concebido por la propia arquitecta, acrecentando de esta forma la sensación de unidad entre continente y contenido.

Paredes llenas de arte

El Estudio se remata con el propio despacho de Valero, cuyas paredes están llenas de cuadros de su madre, la gran pintora Elisa Ramos (1943-1999). Unas pinturas que aportan color al interior y que tienen un enorme significado emocional para ella. Hay retratos y estampas características de Granada. Como un paisaje urbano desde la Fundación Rodríguez Acosta, donde la pintora fue becada.

Arquitectura contemporánea mimetizada con tradicional. RAMÓN L. PÉREZ

El Estudio de la calle Belén 17 es un alegato personal de Elisa Valero en contra del cambio climático y a favor de la construcción sostenible. La orientación sureste permite que el sol entre toda la mañana.La ventilación cruzada se esteblece entre los ventanucos y la chimenea –en la parte superior– y entre los ventanucos y el hueco de la escalera –en el resto–. «En mis diseños siempre minimizo la explotación de los recursos energéticos y materiales».

Último tramo de la estantería. RAMÓN L. PÉREZ

Y es que la arquitectura es para Elisa Valero más que un oficio;es una forma de vida y una forma también de posicionarse ante el mundo. «No me interesan las modas;me interesa más la constancia que la genialidad, la coherencia que la composición artística, y entiendo la originalidad como el redescubrimiento del genuino sentido de las cosas». «Me interesa la arquitectura enraizada en la tierra y en su propio tiempo». «La arquitectura –concluye– no es tarea para nostálgicos, sino para rebeldes».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal Un edificio construido en torno a un armario de 15 metros en el Realejo