Doce fotos y doce historias de malos tratos
Fotografía ·
Una exposición de la fotógrafa María Viñas en la Casa de Mariana Pineda relata la evolución anímica de mujeres víctimas de violencia machista desde el inicio de una relación perniciosa hasta abrazarse a sí mismasUn rostro femenino en un recipiente de cristal lleno de agua. La nariz y la boca, sumergidas. Los ojos, cerrados. La fotografía se llama 'Anegada', forma parte de la exposición 'Estaciones de (d) año' que se puede ver hasta el 30 de este mes en la Casa de la Mariana, y representa la angustia que vivió María Viñas tras ser maltratada por siete hombres cuando caminaba por el barrio de Ciudad Jardín de Málaga. Una experiencia contada y retratada en primera persona del singular: María, además de haber sufrido la violencia de género en su piel y en su alma, también es la autora de esta interesante muestra, titulada como el poema de Elvira Sastre e incluida en el programa de actividades con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, el 25 de noviembre.
Una imagen dura pero real. Tan real como ese 57,3% de mujeres que viven en España y que en algún momento de su existencia han sufrido el terrorismo machista en cualquiera de sus variantes. Su dolor, sus dudas, sus problemas... todo aparece recogido en las doce imágenes que conforman este proyecto cargado de significado de María Viñas en colaboración con el Ayuntamiento de Granada.
«No tengo ningún problema en contar lo que me ocurrió», dice. «Y lo hago –prosigue– de la forma en la que mejor expreso mis sentimientos, con la cámara». Porque la fuerza de esa 'Anegada' no está solo en la forma. Está sobre todo en el fondo. «Me dirigía hacia mi trabajo cuando me topé de frente con un grupo de adolescentes que me cogieron de los hombros, empezaron a manosearme y me decían palabras obscenas», explica la fotógrafa. «Uno de ellos me propinó una cachetada en el culo y me tiró al suelo». «Me sentí –recuerda– como cuando tiras la basura al contenedor». «No me creía lo que me había pasado, me subí al autobús para dirigirme hacia mi trabajo, y ahí me rompí», relata. Después vino el desconsuelo. «Estuve tres meses en que nadie me podía tocar».
'Anegada' es una de las doce obras que conforman 'Estaciones de (d) año', que muestra la evolución anímica de las víctimas desde el inicio de una relación perniciosa hasta que terminan abrazándose a sí mismas. Como se observa en 'Desterrada', basada en otro caso real. Una chica que, rodeada de unas grandes rocas y con los pies encogidos, se escuda frente al mundo. O 'Malumisa', la historia de una joven que se casó con veintiséis años y se divorció con veintiocho, dos años que se convirtieron en un verdadero calvario. Un torso desnudo emula 'La victoria de Samotracia', la diosa alada que representa la libertad.
Datos básicos.
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Nombre de la exposición 'Estaciones de (d) año'.
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Autora María Viñas.
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Lugar Sala de exposiciones del Centro Europeo de las Mujeres Mariana Pineda (calle Águila, 19).
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Fecha Del 25 de octubre al 30 de noviembre.
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Horario Lunes a viernes, de 9.00 a 14.00 y de 17.00 a 21.00 horas.
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Visitas guiadas Miércoles y viernes de 18.00 a 19.00 horas.
«Las fotos –dice María– cuentan las distintas formas de malos tratos físicos y emocionales, que no son tan visibles». Algunas de las modelos de 'Estaciones de (d) año', como María, 'hablan' con voz propia, mientras que otras han posado 'ex profeso' con una intención narrativa: enseñar esa realidad que muchos no quieren ver.
Trayectoria
María Viñas (Guadix, 1993) es graduada en Periodismo por la Universidad de Málaga, una profesión que ejerció durante algunos años. Desde 2019 se dedica a la fotografía –tiene su base en Guadix, aunque se desplaza por toda Andalucía–. Su primera instantánea la tiró con seis años con una cámara desechable que regalaban junto a las cremas solares. «Se la hice a mi hermana Alicia, que tenía tres años, lanzándose por un tobogán». «Le dije que sonriera», recuerda. Con trece años, cogió por primera vez «la cámara buena» de sus padres. Una Sony con la que inmortalizaba a la amigas que venían a casa y se disfrazaban. «También me la llevaba de fiesta porque estábamos en pleno auge de las redes sociales», dice María. «Aunque a mí –agrega– no me gustaba sacar a la gente posando, sino riendo, bebiendo o bailando, buscando la naturalidad».
En 2013 dio un salto de calidad tras comprarse su primera réflex, con la que podía obtener unos resultados más profesionales. «Ni siquiera me leí las instrucciones; me puse a experimentar con la velocidad, el diafragma y la ISO para ver si salía más o menos grano». No tardó en cogerle «el truco», como dice María.
Después disparó, disparó y disparó hasta darse cuenta de que aquello era realmente lo suyo. «En 2019 empecé a cobrar por lo que hacía y lancé mi marca Mariví Fotografía».Sus autorretratos, entendidos como terapia, tenían un enorme alcance en Instagram. «Mostraba mi cuerpo y mis estados de ánimo», resume.Después vino su primer proyecto creativo, 'Women', luego 'Soleando en el río' y ahora 'Estaciones de (d) año'.
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