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Montserrat Vall-Llosera y su hijo Pere Durán junto a la réplica de la Dama de Baza que hay en el museo de la Fundación. Inés Baucells
La Dama de Baza que vive en Cataluña

La Dama de Baza que vive en Cataluña

Arqueología ·

La Fundación Durán-Vall Llosera alberga 500 piezas del yacimiento bastetano y una de las tres réplicas de la Dama, que será uno de los reclamos de la gran exposición 'El enigma íbero' de Barcelona

Jorge Pastor

Granada

Domingo, 6 de junio 2021, 00:19

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El próximo 19 de julio seguro que será lunes, seguro que hará mucho calor y seguro que se celebrará con alegría en Baza y en Cataluña. ¿Por qué en Baza y por qué en Cataluña? Porque ese día se cumplirá medio siglo del descubrimiento de la Dama, la escultura de arte íbero más importante jamás encontrada, y porque detrás de ese hallazgo sin precedentes hubo un señor que se llamaba Pere Duran i Farell, dueño por aquel entonces del Cerro del Santuario, donde yacía la Dama, y financiador de las tres campañas arqueológicas (1969, 1970 y 1971) que situaron a Baza como la capital de la cultura íbera.

Don Pere murió en 1999, pero la fundación familiar que él mismo creó en 1969, la Fundación Durán-Vall Llosera, sigue plenamente activa y guardando con celo tanto las quinientas piezas recuperadas durante los tres años de excavaciones como una de las tres réplicas a tamaño real que se realizaron en 1975 de la propia Dama de Baza –las otras están en el Ayuntamiento de Baza y en la terminal de salidas del Aeropuerto Federico García Lorca Granada-Jaén–. Una copia cien por cien fidedigna que será uno de los grandes reclamos, por cierto, de la exposición 'El enigma íbero', en el Museo de Arqueología de Cataluña, ubicado en Barcelona (Montjuic), y que se podrá visitar durante prácticamente un año.

Crátera ática de figuras rojas junto a una pieza ibérica que interpreta una vasija de campana con motivos geométricos y vegetales.
Crátera ática de figuras rojas junto a una pieza ibérica que interpreta una vasija de campana con motivos geométricos y vegetales. Inés Baucells

La Fundación Durán-Vall Llosera, presidida ahora por Montserrat Vall-Llosera, viuda de Pere Durán, tiene su sede en Premia de Dalt, una localidad situada a veinte kilómetros de Barcelona. Allí guarda, como oro en paño, un valiosísimo legado fruto de cincuenta y dos años de coleccionismo a disposición de arqueólogos, expertos y científicos –no está disponible para el público en general–. Pere Durán Vall-Llosera, hijo de don Pere y doña Montserrat, ha abierto las puertas de la Fundación para IDEAL, el mismo diario que, paradojas del destino, fue el primero en publicar una foto de la Dama después de dos mil quinientos años enterrada en la tumba 155 de la necrópolis de Basti. «Nuestra primera intención era mantener aquello en secreto para evitar las aglomeraciones, pero tras salir la imagen en el periódico, el lugar se llenó de vecinos de Baza atraídos por la curiosidad», recuerda Pere Durán Vall-Llosera.

Entre las piezas originarias de Baza que tiene la fundación, unas impresionantes cráteras griegas

Pero ¿por qué Pere Durán Farell puso sus ojos en Baza? Fue un ingeniero portugués quien, tras participar en 1968 en el asesoramiento de unas obras hidráulicas en Baza, advirtió al doctor Martín Almagro, director del Museo Arqueológico de Madrid, de que los labradores estaban encontrando restos cerámicos en los alrededores del casco urbano de Baza. Y así fue como Pere Durán Farell compró el paraje conocido como el Cerro del Santuario y pidió permiso para realizar excavaciones bajo la dirección del historiador y arqueólogo Francisco Presedo Velo. En 1969 se cavaron 39 tumbas, en 1974 se alcanzó la cifra de 74 y en 1971, cuando se halló la Dama, se trabajó en otras 67.La incógnita por despejar es si ahí abajo, en el Cerro del Santuario, cuya propiedad fue cedida por la Fundación al Ayuntamiento de Baza hace cuatro años, sigue habiendo restos de valor que justifiquen que se vuelva a meter el pico y la pala. Según Pere Durán-Vall-Llosera, posiblemente sí, aunque bajo su punto de vista, no habrá nada con la entidad de la Dama.

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Imagen secundaria 2 - La Dama de Baza que vive en Cataluña

Se evitó el expolio

Algo de lo que nadie duda en estos momentos es que de no haber intervenido Pere Durán Farell hace medio siglo, es probable que muchos de los tesoros que escondía el Cerro del Santuario se hubieran perdido como consecuencia de la acción de los expoliadores, que ya en aquella época, según Francisco Presedo, habían hecho de las suyas en algunos de los enterramientos, que fueron desvalijados. En el inventario de la Fundación hay medio millar de elementos originarios de Baza. La legislación permitía al titular de la autorización a quedarse con los hallazgos, aunque la misma normativa abría la puerta a que el Estado se hiciera con lo que tuviera un valor excepcional mediante un procedimiento de expropiación, compensando con el abono de un justiprecio.

Pere Durán Farell no dio lugar a ello y tomó la determinación de que tanto la Dama (1971) como unas cerámicas localizadas dos años antes, en 1969, fueran cedidas sin ninguna contraprestación a la Dirección General de Bellas Artes para que terminaran engrosando el PatrimonioNacional. Tras un breve y accidentado paso por Granada –al parecer se produjeron desperfectos durante el traslado–, la Dama de Baza quedó expuesta en el Museo Arqueológico Nacional. Ahora las leyes han cambiado de forma sustancial, y ningún particular se puede apropiar de lo que aparezca en el transcurso de intervenciones arqueológicas. Tras llevar a cabo labores de catalogación, todo tiene que ser depositado en el museo arqueológico provincial, en este caso en el de Granada. Ahí han acabado el romano aristocrático de Villamena y su sarcófago de plomo o las venus de la Villa de Salar.

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Imagen secundaria 2 - La Dama de Baza que vive en Cataluña

A juicio de Pere Durán-Vall Llosera, «si hablamos con el corazón, sería estupendo que la Dama regresara eventualmente a Baza» con motivo del cincuenta aniversario, cuyos actos se desarrollarán a partir de julio. Pero ese anhelo se desvanece cuando tercia la razón, «habida cuenta de las dificultades técnicas que entrañaría el transporte y que se puedan producir daños a causa de las vibraciones, a lo que habría que sumas los grandes costes que implicaría la operación (se estima que unos 300.000 euros)». «La última palabra la deben de tener los técnicos», asegura Pere Durán-Vall Llosera.

Vaso zoomorfo de tradición fenicia representando una paloma junto a pendientes de oro y a una pequeña ánfora de pasta vítrea.
Vaso zoomorfo de tradición fenicia representando una paloma junto a pendientes de oro y a una pequeña ánfora de pasta vítrea. Inés Baucells

Y es que, bajo su punto de vista, la Dama marcó un antes y un después en la historia del arte ibero en España.Hasta ese momento el gran referente era la Dama de Elche y desde ese momento fue la de Baza. La primera era un busto y la segunda una figura entera que «además conservaba una policromía espectacular y con un componente simbólico también excepcional», afirma Pere Durán-Vall Llosera. Como ese pajarito en la mano izquierda que se presta a tantas interpretaciones.

Entre las quinientas piezas bastetanas en poder de la Fundación, conviene destacar unas cráteras originarias de Grecia fruto de la intensa relación entre los íberos y los griegos –los primeros eran como una especie de mercenarios de los segundos–. Resulta muy interesante la comparación de estas vasijas con las realizadas por los propios indígenas a modo de mímesis, plasmando sus propias lecturas. Y es que la composición del terreno del Cerro del Santuario, con prevalencia de los yesos, permitió el buen mantenimiento de todos los restos cerámicos durante 2.500 años, pero sin embargo la abundancia de este material propició un deterioro de todo lo metálico, tal y como se puede observar en las espadas o en las puntas de lanza encontradas en el Cerro del Santuario.

Además de Baza, la Fundación ha ido sumando diferentes adquisiciones para sus fondos íberos. Objetos originales, en cualquier caso, del sudeste de la península. Pero hasta 1999 la Fundación también promovió campañas en el asentamiento argárico de la rambla de Oria (Almería), donde vieron la luz 350 piezas de la Edad de Bronce fabricadas a mano, entre las que sobresalen herramientas y grandes recipientes que usaban los hombres y mujeres de aquel tiempo para almacenar grano y alimentos.

La Fundación también desarrolló gran parte de su acción en el extranjero. En Sudán, cerca de la frontera sur con Egipto, excavó tres necrópolis correspondientes a las culturas kerma y merolítica donde logró otras trescientas piezas. En el caso de Sudán, los promotores de excavaciones sí que estaban obligados a dar la mitad de lo que encontraban al Estado. De hecho, muchos de los enseres cosechados por la Fundación Durán-Vall Llosera se pueden observar en el Museo de Jartum.

Además de Sudán, también resultaron muy exitosas las excavaciones que realizaron en Siria, donde florecieron vestigios de diferentes culturas en diferentes estratos que abarcan un intervalo temporal que va desde el 4.000 antes de Cristo hasta el siglo IV después de Cristo.

Piezas íberas de la colección. Inés Baucells

Unos grandes embajadores de Baza

La Fundación Durán-Vall Llosera no sólo está abierta a la investigación, sino que también trabaja en la difusión de su colección mediante acciones como la cesión de sus piezas para exposiciones como la que se inaugurará a finales de mes en Barcelona sobre los enigmas íberos. «Somos embajadores de Baza», asegura Pere Durán-Vall Llosera.

Una implicación que también le lleva a formar parte de la comisión de expertos creada por el Ayuntamiento bastetano con motivo del cincuenta aniversario de la Dama, que realmente se produjo el 19 de julio de 1971, aunque oficialmente siempre se ha referido la fecha del veinte. Ese ente cuenta con una amplia representación política e institucional, pero también hay expertos. Encima de la mesa, el posible traslado de la Dama a Baza durante seis meses.

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