Los cuadros de Juan Vida regresan a Granada

Juan vida es un tipo que lleva más de cincuenta años pintando y todavía se emociona cuando habla de su obra. Por eso, y por unos cuantos motivos más que usted encontrará en las ochocientas y pico palabras de este reportaje, 'Vida entre amigos' es sin lugar a dudas una de las grandes exposiciones del año en Granada. Joaquín Sabina dijo en alguna ocasión que «Juan Vida es mejor pintor que artista conocido». Es probable. Aunque quizá al 'flaco' de Úbeda, compadre de Juan, le faltó apostillar «... fuera de Granada». Porque pocos pinceles son tan reconocibles en el panorama creativo de la capital como los de Juan Vida, que expuso por primera vez allá por el 1968 y que ahora vuelve hacerlo en 2022 con una muestra que, como él mismo dice, es el compendio de toda su producción. «Yo tenía un proyecto –dice remontándose a sus comienzos– y aquí está».

'Vida entre amigos' es especial porque representa la esencia pictórica y el inconfundible universo figurativo de Juan Vida, que a la vuelta de unos años contará con un museo en su pueblo Pinos Genil. Y también por la singularidad de que cada uno de los veintinueve cuadros que cuelgan ahora de forma transitoria de las paredes de los Condes de Gabia, entre lienzos, tablas y papeles, lo hacen habitualmente en los domicilios de unos señores y señoras, todos compañeros de andanzas, como el propio Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat, Elvira Lindo, Antonio Muñoz Molina, Luis García Montero o Miguel Ríos, que por cierto no dudó en 'bajar' de Madrid a Granada para acompañar a Juan en la entrañable inauguración de 'Vida entre amigos' y de camino cantarse unos temillas junto a José Nortes y Jorge Ruiz.

«Resulta muy emocionante para mí –reconoce Vida– que mis pinturas estén en casa de todos ellos y que formen parte de su cotidianidad hasta el extremo de que las ven todos los días». Escenas que narran la verdad del arte porque, como asegura el propio Juan Vida, «uno es mejor pintor cuando tiene algo que contar». Porque cada una de las veintinueve piezas seleccionadas para la ocasión, que han conllevado un importante despliegue logístico por sus elevadas dimensiones y porque provienen de colecciones de toda España, relatan una historia que partió de la soledad de un estudio –«el de pintor es un oficio solitario», ha dicho Vida en alguna ocasión–.

Historias como la de esa niña China que aparece recurrentemente en lugares que siempre tienen algo de común. La sublimación de esa hija adoptada que tanta felicidad trajo a la 'vida de Vida' y que está presente en cada brochazo de Juan entre 2000 y 2010 –fue la época en que 'parió' su exitosa serie 'Un cuento chino'–.

Pero la pregunta es ¿le gustaría tener un Juan Vida en su domicilio igual que Sabina, Serrat o Miguel Ríos? Y la respuesta es que probablemente, sin saberlo, ya lo tenga. Porque la portada del famoso disco de Sabina 'El hombre del traje gris', cuyas ventas se cuentan por decenas de miles, fue una brillante ocurrencia –una más– de Juan Vida. «Un busto con el rostro hecho y deshecho por la pintura que tiene la misma fuerza salvaje y atormentada que el leopardo del fondo y el mismo pelaje en la corbata, para lo que empleó material sintético de la tapicería de un taxi», explica Irene García Chacón, hija de Luis García Montero, en el cuidado catálogo de 'Vida entre amigos'. El original, que es propiedad del cantautor y con el que ha posado en alguna foto, es una de las joyas que se pueden ver en 'Vida entre amigos'. No es el único trabajo de Sabina ilustrado por Vida. También 'Hotel, dulce hotel', editado en 1985.

Juan Vida subraya que una de las grandes singularidades de 'Vida entre amigos', que estaba previsto montarla en el Palacio de Niñas Nobles antes de la pandemia, es la cohesión de todo el discurso expositivo, pese a haber obras realizadas con casi cuarenta años de diferencia. «Las más antiguas son los más valientes», afirma. Cronológicamente, la primera se titula 'Sábado noche' (1988) donde aparece uno de los ídolos del 'Saturday night', un Elvis Presley o quizá un boxeador –imaginación al poder–, en tonos dorados, sobre el que se desploma un pájaro –las plumas son reales–. Este 'Sábado noche', realizado por Juan Vida tras su viaje a Nueva York, pertenece a Luis García Montero y Almudena Grandes, que antes de su fallecimiento dejó escrito un artículo para 'Vida entre amigos' donde asimila la visión del cielo de Madrid con el de París y con la obra de Juan Vida, «que forma parte de mi vida».

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