Los maestros del cine de Granada: «Los Goya no deben ser un fin, sino un principio»
Manuel Sicilia, Marichu Sanz, José Sánchez-Montes, Rocío Mesa y Antonio Panizza dan una clase que merecería una estatuilla, en la facultad de Audiovisuales de la UGR, y defienden la creación de la Escuela de Cine Andaluza
Lo primero que hacen al verse es fundirse en un abrazo, como cuando el director grita «¡corten!» y el rodaje termina. Se encuentran al girar por uno de los largos pasillos de la Facultad de Comunicación Audiovisual, en Cartuja. Tienen tantas cosas que contarse que podrían escribir un guion sobre la marcha. Entre medias está el fotógrafo del periódico, que les invita a entrar al plató, donde van a hacer la foto. Antonio Panizza se acuerda de él, es el mismo fotógrafo de aquella última entrevista con Marisa Paredes, hace un par de meses en el Hotel Meliá de Ganivet. «Unos días después, Marisa me regaló esto», cuenta Panizza a su amigo José Sánchez-Montes, conforme saca una pulsera de nudos rojos. «Justo esta mañana se me ha roto un poco… Qué pena».
Mientras Jesús García, técnico de laboratorio de la facultad, afina –a las mil maravillas– la iluminación de la sala, Rocío Mesa habla de la entrevista de Jordi Évole a Juan y Medio; y Manuel Sicilia recuerda lo bien que lo pasaron con el presentador haciendo 'Nuestra Navidad', el corto con el villancico de Canal Sur que dio –literalmente– la vuelta al mundo. Con la cámara lista para disparar, en vez de decir «patata», Marichu Sanz brinda por una Escuela de Cine en Andalucía. Y todos levantan sus sonrisas al unísono: «¡Y pública!».
Manuel Sicilia, ganador de un Goya por 'El lince perdido', es el director creativo de Rokyn Animation. Rocío Mesa es la directora de 'Secaderos', con la que triunfó en el Festival de San Sebastián. Marichu Sanz es directora de casting, responsable de encontrar las caras de 'Segundo Premio' o 'Rita', ópera prima de Paz Vega, ambas nominadas en los Goya de este año. Antonio Panizza es parte de la historia del cine español, ganador del Goya a Mejor Maquillaje por 'La niña de tus ojos' en 1998, y nominado después por 'La flor de mi secreto', 'You are the one' y 'Sin noticias de Dios'. Y José Sánchez-Montes es la referencia del cine en Granada: director, guionista y productor, implicado en decenas de títulos exitosos y 14 Goyas. Su último documental es 'Zambra'.
Los cinco son granadinos y auténticos maestros del cine. Del cine con mayúsculas, ese que nos emociona, nos instruye y nos transforma por igual. Y a eso vinieron este viernes a la facultad: a dar una clase que merece un Goya. La charla forma parte de las actividades previas a la 39 edición de los premios de la Academia del Cine. Dos horas moderadas por Marian del Moral, especialista en antropología fílmica y profesora de la UGR, que arrancó con una pregunta con mucho futuro: «¿Cómo deberían repercutir los Goya en la industria del cine de Granada?».
La respuesta
«Los Goya no deben ser un fin, sino un principio», reflexionó Sánchez-Montes. «Nunca habíamos visto a una ciudad tan implicada con los Goya y eso es muy beneficioso. Pero en Granada el cine ha sido un elemento muy tangencial y durante muchos años ha sido muy complicado dirigir o producir algo. Ojalá no se pierda el impulso después de la gala». Sicilia asintió a la idea de «un nuevo inicio» y recalcó que, pese al talento que hay en Andalucía, «hay que admitir que nos falta industria». «Juntemos toda esta energía positiva de los Goya para dar el siguiente paso, que podría ser una Escuela de Cine de Andalucía. Eso sería fundamental».
La idea de la escuela como foco para cuidar, trabajar e impulsar el talento local gustó a todos. «En los últimos años, Granada está ganando visibilidad», dijo Marichu Sanz. «Da gusto ver a las nuevas generaciones de técnicos y profesionales, no falta de nada». «¿Y qué se entiende por cine andaluz?», preguntó la moderadora. «Cine andaluz es todo en el que participe el talento, la geografía o la industria de la comunidad», respondió Rocío Mesa. Y añadió: «El gran problema de Andalucía en el cine ha sido la diáspora. Nos hemos visto obligadas a emigrar para formarnos, por eso es tan importante la escuela».
«Al final, la clave es la calidad del producto. Contar una buena historia», remarcó Panizza, a lo que Sánchez-Montes se sumó: «Nuestro valor es hacer universal lo local. El éxito es que 'Secaderos' se vea por todo el mundo no porque sea de Granada sino porque es una buena película. Me dan miedo las etiquetas porque constriñen el ámbito de lo que estamos haciendo». Sicilia, sin embargo, sonrió hacia otro lado: «Quizás peque de ingenuo o de romántico, pero sí quiero creer que hay ciertos elementos que comparte el cine andaluz. El sitio en el que vivimos nos masca y le da un saborcillo muy nuestro».
A lo largo de la conversación hubo tiempo para hablar del papel del maquillador a la hora de construir un personaje; de las infinitas localizaciones que ofrece Granada; de por qué Granada está en la cima de la animación española; de la importancia de la financiación pública y de cómo por cada euro que se invierte en cine, se generan tres de vuelta; de que ya va siendo hora de crear el Goya a Mejor Casting y de los bares que hicieron falta para encontrar a los protagonistas de 'Segundo premio'… Al final, casi en los títulos de crédito, desde el público pidieron consejo para no perder la vocación por el cine, un camino tan difícil. «Si hace 40 años pudimos lograrlo sin tener un fax, ahora más». ¡Corten!
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión