Carmen Muñoz, la granadina trotamundos de la danza
Ha recorrido diversos países con La Fura dels Baus, y estrenó su nuevo espectáculo 'Invocation' en el Teatro Alhambra
La bailarina y coreógrafa granadina Carmen Muñoz pasó hace escasas fechas por la capital para mostrar en el Teatro Alhambra su tercer espectáculo, titulado 'Invocation' y ofrecer una clase magistral en el Conservatorio Superior Reina Sofía, donde se formó. La de Muñoz es una trayectoria basada esencialmente en una mente artística abierta y en la continua experimentación. Este deseo le llevó a enrolarse en espectáculos tan emblemáticos como 'El amor brujo', de La Fura dels Baus, al que se incorporó en plena gira americana, cuando ofrecieron la recordada actuación en el Teatro de Sao Paulo. Ha vivido y trabajado a caballo entre Madrid y Barcelona, con etapas en Sevilla y Córdoba, aunque es en la capital catalana donde vive.
Su vocación dancística se remonta a cuando contaba con tres años de edad. «Mis padres me inscribieron para recibir clases porque me veían disfrutar, y que le ponía mucha pasión. Comencé a bailar, y hasta hoy», dice sonriendo. Su primera referencia fue su profesora Sali Martino, ahora amiga, quien plantó en ella, como afirma Muñoz, una semilla que arraigó en profundidad. «Comencé a ver la danza como una profesión, un empeño basado en la disciplina y el rigor». Ello la impulsó a matricularse en el Conservatorio Superior de Granada, un lugar en el que se encontró con Óscar Quero, un bailaor que también fue su maestro. Este le abrió los ojos para que comenzara a mirar hacia afuera, según confiesa.
Si tiene que definir su momento artístico actual, ese que marca su nuevo espectáculo, 'Invocation', el tercero de su trayectoria como coreógrafa, Carmen Muñoz habla de contemporaneidad conectada con las raíces de la danza española, el flamenco e incluso el ballet clásico. Este eclecticismo viene de esa experimentación ya referida. «Cuando estudiaba en el Conservatorio, me colaba en clases que no eran las mías. Cuando estudiaba danza española me colaba en las clases de contemporánea, y me iba a Madrid a seguir cursos de las más diversas temáticas. Me interesaba todo», recuerda.
Tras finalizar sus estudios, llegó una etapa de trabajo con Rafael Esteve y Valeriano Paños, donde la mirada, dice, «se me hizo muy contemporánea». Allí comenzó a diseñar sus primeros solos y entró en contacto con personas cercanas a la sensibilidad dancística actual, como Guillermo Weickert. Sin embargo, fue su traslado a Barcelona el que le hizo entender «el caldo de cultivo» en que se movían las nuevas tendencias, con el cruce de caminos entre disciplinas artísticas como fondo. Fue el coreógrafo Pol Jiménez quien le puso en contacto con La Fura, y en cierta medida, quien le puso en el camino que le ha llevado hasta hoy.
Desde entonces, ha mezclado la impartición de clases con la formación propia, con las giras en proyectos ajenos o compartidos y con sus tres espectáculos. Hay que destacar que 'Invocation' ha llegado a su ciudad natal con un premio bajo el brazo, el otorgado por la Asociación de Profesionales Andaluces de la Danza, quien lo designó como Mejor Espectáculo para Espacios No Convencionales en 2023.
Engranajes
En sus ya 20 años de carrera, Muñoz sabe lo que es trabajar en inmensos engranajes como La Fura –donde aprendió que más importante que el cuerpo, es la escena– y en montajes sencillos. De su experiencia con el grupo catalán extrajo la necesidad de «cambiar la mirada». Como suele ser marca de la casa en La Fura, en 'El amor brujo' lo mismo debía tomar una manguera para apagar un fuego que encenderlo. «Me impactó muchísimo lo técnicos que son, cómo incluso los músicos como la cantaora Esperanza Fernández o el guitarrista Miguel Ángel Cortés participaban encantados de ese empeño común», recuerda.
José Manuel Álvarez, Juan Carlos Lérida, Juan Carlos Avecilla y muchos otros nombres se agolpan en su currículo como jalones de una comunión artística que le ha llevado a alumbrar 'Invocation'. «Me considero una bailarina de danza española y flamenca muy contemporánea. Me interesa el lenguaje performativo, que tiene que ver con un discurso que va más allá del propio cuerpo para aportar pensamientos», asegura. Acrece sus registros poniéndose al servicio de proyectos en los que se siente cómoda, y toda esa experiencia la enriquece.
Tras 'Catalina mía' y 'Bailes de histéricas', el tercer espectáculo de Carmen Muñoz llega con lo que ella misma describe como una «pérdida de la inocencia», que no tiene por qué tener un matiz negativo. Como el título indica, lo que hace Muñoz es invocar sobre el escenario la figura de artistas que ya no están, como Steve Paxton, Yvonne Rainer y Trisha Brown. «Se trata de bailarinas y creadoras de referencia que desplazaron las fronteras en la danza y transformaron su paradigma, aportando una nueva mirada que abrió las compuertas para la danza del presente y la que está por venir», afirma.
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