El capricho italiano del noble Francisco de los Cobos

Sabiote es la gran desconocida de la comarca de la Loma de Úbeda, al norte de la más visitada y monumental ciudad que da nombre a la zona. Denominada 'Sabiyut' por los árabes, es una villa pequeña, con numerosos edificios de interés, agrupados en dos grandes núcleos. Uno en torno a la iglesia y el castillo –la primera, una impresionante obra de Andrés de Vandelvira– y otra en torno al Ayuntamiento y el paseo principal, donde se encuentran casas blasonadas y alguna iglesia conventual de interés. Es Sabiote una población que, poco a poco, está realizando un importante esfuerzo para recuperar su pasado, haciéndolo visitable y al mismo tiempo, reivindicándolo.

Desde que el castillo fuera declarado Monumento Nacional en 1931, su puesta en valor ha sido una constante aspiración de una parte de la población que, sin embargo, tuvo que asistir a su lento deterioro, y su conversión, con el paso del tiempo, en escombrera y peligroso lugar de juego para niños. A pesar de ello, poco a poco, el municipio tomó conciencia del tesoro que coronaba su término municipal, y aunque cualquier actuación patrimonial conlleva una inversión notable, ha conseguido de sus propietarios una cesión a cambio de un alquiler simbólico, y en un lento pero constante trabajo, se han ido recuperando diversas zonas, como parte del patio principal, las caballerizas, o la torre del homenaje, donde se encuentra instalada una exposición permanente con documentos y objetos relacionados con el inmueble.

El castillo de Sabiote está considerado como la construcción más importante levantada con fines militares en el siglo XVI en la provincia de Jaén, y es, a su vez, el más antiguo de los que responden al modelo de castillo–baluarte renacentista. Su importancia estratégica ya fue apreciada por Fernando III, quien en esa campaña por el sur que tantos réditos le produjo –solo quedó el reino nazarí de Granada fuera de su control, a cambio de onerosas alcabalas–, tomó la población con el objetivo de controlar la ruta de los musulmanes hacia las zonas del levante.

Como ocurre en otras de las poblaciones de la comarca, la figura de Francisco de los Cobos, secretario de Carlos V y hombre de confianza del emperador, es clave para entender la fisonomía actual del castillo, ya que encargó una reforma a Andrés de Vandelvira, quien transformó el castillo a la manera de los de las grandes familias italianas, como los D'Este, los Visconti o los Sforza. Cada año, además, la población acoge unas Jornadas Medievales en las que participan sus habitantes.

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