Patrimonio
El Botticelli que llegó a Granada hace 520 añosLa Capilla Real atesora una de las pocas obras que se conservan del afamado pintor florentino en España, una tabla de la 'Oración en el huerto' que forma parte del legado de Isabel la Católica
Si usted ama el arte y le interesa especialmente la figura de uno de los grandes pintores italianos de todos los tiempos, Sandro Botticelli, puede viajar a Florencia, donde se concentra la mayor parte de su producción. En la Galería Uffizi se hallan, por ejemplo, los archiconocidos 'El nacimiento de Venus' o 'La Primavera'. Pero también puede disfrutar de la pintura del genio del Quatroccento sin necesidad de meterse entre pecho y espalda los dos mil kilómetros que separan por carretera Granada de la capital de la Toscana.
Si vive en la Chana o en el Zaidín, por no ir más lejos, le bastará con coger el autobús urbano de la línea cuatro y bajarse en la parada de la Catedral. Sí, porque la CapillaReal, donde están enterrados los Reyes Católicos, cuenta entre sus fondos con una de las poquísimas obras que hay en España –la única, desde luego, de Madrid hacia abajo–, del gran Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi, apodado 'Sandro Botticelli'.
Un cuadro de dimensiones reducidas, 53 centímetros de alto por 35 de ancho, que ha sido profusamente estudiado por Sonia Caballero, profesora titular del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Granada. Ella publicó en 2019 un artículo muy revelador sobre este Botticelli en el libro coordinado por David García Cueto, jefe del Departamento de Pintura Italiana y Francesa del Museo del Prado, titulado 'La pintura italiana en Granada: artistas y coleccionistas, originales y copias'.
El Botticelli granadino tiene la singularidad de representar la Pasión y Muerte de Jesucristo en la misma escena
¿Cómo llega el Botticelli hasta Granada? Según Sonia Caballero, «una de las principales hipótesis que se barajan es que el diplomático Francisco de Rojas, afincado en Roma, actuara como intermediario de la reina Isabel la Católica». Lo que sí se conoce es que Isabel la Católica dejó escrito que parte de su legado, formado por libros, tapices o pinturas, descansara junto a ella en su tumba. Y así fue cómo todo este patrimonio, incluido el Botticelli, fue depositado primero en la sepultura regia del monasterio de San Francisco –la reina Isabel falleció en noviembre de 1504– y posteriormente, el 10 de noviembre de 1521, en la Capilla Real, una vez finalizada la construcción de este edificio gótico anexo a la Catedral.
El Botticelli de Granada se muestra en la sala de la sacristía de la Capilla Real, convertida desde los tiempos de Antonio Gallego Burín en un impresionante museo que alberga una de las colecciones de Pintura Flamenca más importantes del mundo. Y en el completo discurso museístico, centrado en la infancia de Jesús, la Pasión de Cristo y los santos devocionales, se incluye 'La oración en el huerto' de Botticelli. En la parte inferior se hallan los tres apóstoles, Pedro, Juan y Santiago, mientras que en la superior está el Señor arrodillado sobre un montículo que dirige su mirada hacia un ángel que, según explica Sonia Caballero, «se le aparece para reconfortarlo, tal y como se narra en el Evangelio de San Lucas».
Originalidad
Se trata de una representación original por varios motivos. «En la mayoría de casos, aparece Judas junto a la multitud dispuesto a prender al Señor;aquí no sucede», comenta Sonia Caballero. «Además –agrega– yo descubrí que la montaña donde esta Cristo es realmente un sepulcro, una cueva, en cuyo interior hay un sarcófago». Es decir, Botticelli está narrando en la misma escena la Pasión y la Muerte de Jesucristo.
También hay otros detalles relevantes. Cada una de las maderas que conforman el empalizado que rodea a Cristo termina en punta, de tal forma que la mirada del espectador se dirige hacia el Señor.El sello de Boticelli está patente en la elegancia de su dibujo y en el ropaje al viento del ángel. Y es que este Botticelli, datado en 1500, se corresponde con la segunda etapa en la trayectoria artística del florentino. Influido por el fraile y predicador Girolamo Savonarola, Botticelli abandonó los motivos mitológicos y profanos, con abundancia de desnudos, por los temas religiosos, «pasando de una técnica renacentista a una más medieval», dice Caballero. Una suerte de involución que se observa en la ausencia de perspectiva –composición simple con planos que se superponen–, la recuperación de convencionalismos como que las figuras más importantes se pintan más grandes o las posturas forzadas. Todo ello se observa en este Botticelli 'granadino'.
El capellán Manuel Reyes comenta que el Botticelli de Granada es uno de los grandes atractivos de la Capilla Real. «Su estado de conservación es perfecto». Con motivo de la última vez que fue prestado, hace tres años para una exposición en Tokio, se realizaron algunos retoques en la capa pictórica por parte de José María Rodríguez-Acosta, que se desplazó hastaJapón como correo para garantizar la protección del óleo.
Botticelli es uno de los máximos exponentes pictóricos del Renacimiento. Un maestro que dejó su huella en Italia... y también en Granada.
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