Ayax, el rap albaiCINEro

Una marabunta mira hacia arriba, en la Plaza del Callao. De la enorme pantalla exterior del mítico cine madrileño sale una chica con el pelo rojo, una suerte de Dorothy con aires de amante bandida, de salamandra. Mientras tanto, a espaldas de los espectadores fortuitos, un tipo entra en escena como Bugs Bunny, con pasos traviesos y sigilosos, juguetón, sin que nadie repare en él. Viste ropa ancha y verde, con un colgante dorado y una bandolera al hombro. Entonces, antes de que la pantalla se convierta en un espejo, el joven guiña cómplice y señala como diciendo «mira, que ahora salgo yo». Y sale, claro. Sale antes del título de la película, 'Rainbow', y del famoso 'tudum' de Netflix. Quién le iba a decir a aquel chaval que dejó el centro de menores para rapear por el Albaicín que un día le pondrían alfombra roja.

Ayax Pedrosa nació en Granada, en 1991. El mismo día que su hermano Adrián, más conocido como Prok. Ambos empezaron a rapear por el barrio cuando eran unos críos, aquel fatídico 11–M («once eme, democracia inexistente», cantaban). Cuatro discos y millones y millones de reproducciones en Youtube después, no hay escenario de España que se les resista. Siempre llenan. Una carrera meteórica que, sin embargo, sorprendió con un chispazo imprevisible en 2020: «Daniel Calparsoro ('Cien años de perdón') ficha a 'personas de la calle' y raperos para su próxima película», decían los titulares. En ese cajón entraba Ayax, que interpretó en 'Hasta el cielo' a Motos, un kamikaze y presidiario especializado en alunizajes.

Así lo explicaba el propio director: «Hemos contado con un elenco en el que se han combinado actores de reconocido prestigio con estrellas emergentes de muchísimo talento y, además, hemos hecho un laborioso 'casting' para encontrar gente muy auténtica que aporta a la película bastante frescura y veracidad». El pequeño papel de Ayax destacó en la cinta y llamó la atención de otros cineastas que buscaban, también, ese punto de verdad. Cineastas como Paco León ('Carmina o revienta', 'Kiki, el amor se hace', 'Arde Madrid').

«(Paco León) Me dijo que había escrito el personaje pensando en mí. Como Harvey Keitel y Tarantino. Se lo voy a agradecer siempre», recuerda Ayax en una entrevista promocional de 'Rainbow', la película con la que demuestra que lo de ser actor no fue una excentricidad pasajera ni un capricho de estrella: hace un papelón. El granadino interpreta a Muñeco, un entrañable Espantapájaros de ciudad en esta versión urbanita y poética de 'El mago de Oz'. Muñeco es una poesía, una letra de rap, un personaje tan divertido como espiritual.

'Rainbow', rodada entre Madrid, Guadalajara, Toledo, Segovia y Alicante, llegó a Netflix tras su estreno en el Festival de San Sebastián. Allí estuvo Ayax, elegante y sin perder su esencia, saludando y firmando autógrafos a las tropas de fans que rondaban por la alfombra roja. Quién se lo iba a decir…

La vida de Ayax no es un secreto, de hecho él mismo la muestra en sus canciones. «Cuando murió mi abuela Lola yo estaba encerrao. No fui para que mi familia no me vieran esposao. Dijisteis que Proyecto Hombre era una academia, hasta que entré un día y la vi allí fregando», rapea en el tema 'Me hizo fuerte'. De adolescente, pasó tiempo en un centro de menores «por errores que cometí». Luego vendría la calle, el rap, Youtube y el dinero. Hace unas semanas, Thais Villas le entrevistó en 'El Intermedio' y el granadino dijo esto: «El dinero lo tengo que donar, yo no hago publicidad bajo ningún concepto. 23.000 euros me daba Adidas, por unas zapatillas. Deberías cogerlo y hacer algo con esto, dijo mi vieja. No puedes estar protestando todo el día y, cuando tienes dinero, no hacer nada». Y él no ha hecho poco.

En agosto de 2021, Calor y Café recibió una donación de 4.000 euros. Ana Sánchez Montoro, presidenta de la ONG, no se lo podía creer. «Nos dimos un abrazo grande –relató Sánchez–. Le di las gracias por su generosidad, por confiar en nosotros. Y luego me contó su historia». La historia de su madre, en realidad, que años atrás fue a la ONG a pedir ayuda. El propio Ayax escribió esto: «Vosotros que nos disteis de comer cuando nos desahuciaron la casa. Son círculos que se cierran. En este caso no se cierra del todo porque seguro que volveremos a hacer algo juntos. El mundo está oscuro, ilumina tu parte». La última frase es una de las líneas más conocidas de El Niño de las Pinturas, en la Cuesta de Escoriaza del Realejo.

Pero hay más. La familia de Ayax fue desahuciada. Les echaron de su casa. Tras triunfar en la música, el granadino volvió al barrio y compró esa misma casa para su familia. Y en 2020, él y su hermano Prok juntaron a más de seis mil personas en Las Ventas, en Madrid, y no vieron ni un euro. Toda la recaudación se destinó a construir una escuela para huérfanos en Mozambique. «Soy de Haza Grande –dijo entonces, en una entrevista en El País–, un barrio gitano de Granada que se sostiene por la droga. No me veía haciendo una peli, ni ganando un triple platino. Incluso menos construyendo una escuela para trescientos niños cuyos padres han muerto en la guerra».

Ayax, juglar del siglo XXI (como se titula su último disco en solitario), es uno de los sospechosos habituales de 'La Resistencia', con David Broncano. «Los seguratas de Graná no me dejaban entrar en la discoteca –cuenta alegre en uno de los vídeos más vistos del programa– y ahora ponen mi música. ¡Pringaos!». Y en 'El Faro', con Mara Torres, radió sus orígenes en el Albaicín: «Mi barrio huele a guitarras, marihuana y jazmín».

Ahora, tras 18 años con el rap y millones de visitas en Youtube y Spotify, se siente más llamado por el cine. «Me gusta ser otro. Me gusta actuar», termina el chaval granaíno que quería escribir y contar. «Sé lo que es ser pobre. Ya soy legendario, un rayo sobre el escenario. He probado el fracaso. Gracias, ahora puedo ayudar a mi familia. Por mí aposté y conseguí mi puesto (del tema 'Gracias', 2022)».

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