Los artesonados de Granada que se recortan con tijera

Fue el sultán Yusuf I quien ordenó en 1340 la fundación y construcción de la primera madraza de Granada, un edificio donde se impartían enseñanzas centradas en la jurisprudencia y el Corán, que se combinaban con otras materias secundarias como la astronomía, la medicina y la lengua árabe. La cristianización de Granada tras la conquista de los Reyes Católicos implicó importantes transformaciones en el edificio. Desde el punto de vista funcional, pasó de universidad a Casa del Cabildo –o sea ayuntamiento– y desde el punto de vista morfológico también se llevó a cabo una reestructuración.

Se creó en la planta alta la Sala de los Caballeros XXIV, coronada por un espectacular artesonado. Siempre se había pensado que esa techumbre era mudéjar, pero las investigaciones del arquitecto Francisco Roldán han demostrado que no, que en función de las unidades de medida utilizadas, es de origen nazarí. «Probablemente fuera trasladado de una dependencia del propio inmueble hasta este lugar donde se reunían los concejales», comenta Roldán.

¿Y cómo ha llegado Francisco Roldán a estas conclusiones? Pues básicamente analizando sus proporciones y realizando maquetas de papel a escala a partir de fotogrametría, una técnica que consiste en hacer decenas de fotos desde diferentes perspectivas para introducirlas en un programa que reconoce automáticamente los pares de tomas y conforma un modelo base que permite obtener mediciones con un margen de error de no más de dos centímetros. Figuras sobre papel, con datos precisos de longitud, anchura y altura, que Francisco Roldán convierte en pequeñas miniaturas de la manera más sencilla: papel, tijera y pegamento. Un recortable de toda la vida.

Reproducciones exactas de esos 'cielos' que cubren espacios tan emblemáticos como esta Sala de Caballeros XXIV de la Madraza, el Cuarto Real de Santo Domingo, el Salón del Partal, el Peinador de la Reina, el Mirador del Daralhorra... y así hasta una veintena de láminas para recortar de la colección que el propio Roldán ha bautizado como 'Granada' más otra veintena de techos artísticos de otras ciudades. Entre ellos, el del Observatorio del Palacio del Partal que fue llevado –y allí se conserva– en el Museo Pérgamo de Berlín, donde Roldán viajó con su cámara.

«Antes hacía falta una calibrada, pero ahora vale con cualquier réflex, ya que el procedimiento para la consecución de la imagen final es informático», explica Francisco Roldán, quien necesita una semana de trabajo más o menos para trasladar a un folio esas espectaculares armaduras de madera que los talleres artesanos nazaríes, primero, y los castellanos, después, realizaban a modo de decoración para los espacios más nobles de construcciones tan emblemáticas como la Madraza. «Normalmente –agrega– los segundos son herederos de la forma de hacer de los primeros». Aunque los análisis geométricos y matemáticos realizados por Francisco Roldán, sí que concluyen elementos diferenciadores. La 'vara' que se usaba en Castilla equivalía a 83,59 centímetros, mientras que la que se empleaba en el Reino de Granada en el siglo XIV, cuando se ejecutó la Madraza, por ejemplo, era de 104 centímetros.

¿Cómo lo hace Roldán? Lo primero es la petición de permisos de acceso y de toma de imágenes a las instituciones competentes. Una vez conseguida, hay que tomar las fotografías desde diferentes ángulos.Hasta un centenar en algunos casos. Después el tratamiento en la computadora para generar el modelo digital en tres dimensiones. Lo siguiente es la realización del estudio antropométrico, el desarrollo en plano, la impresión convencional –que también se podría hacer en 3D–, el recorte y por último el montaje mediante el pegado de los solapes. «En condiciones normales, siete días son suficientes para hacerlo todo», agrega Francisco Roldán.

Lo habitual en la tradición hispano-musulmana de los artesonados es que el ornato sea con ruedas de lazo de ocho lados –aunque los más complejos, como el que hay en el Pérgamo, es de dieciséis–. Siempre presentan un plano horizontal superior que se llama 'almizate' y otros situados en niveles inclinados, formando en general una pirámide truncada.Pueden construirse 'apeinazados' con vigas de madera o 'ataujerados' con paneles y tablas. Suelen acompañarse con frisos, racimos y cuencos mocárabes.

Francisco Roldán es arquitecto de profesión y un apasionado de las matemáticas y la geometría. Hizo su tesis basándose en las fotogrametrías realizadas por Antonio Almagro y Antonio Orihuela para la restauración del Cuarto Real de Santo Domingo. Según Roldán, «estos recortables tienen un enorme potencial docente y pedagógico porque funde las matemáticas con las manualidades, además de ser un entretenimiento en familia».

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