Adiós a Juan José Mesa Madero, un gran artista enamorado de Granada
In Memóriam ·
Humilde maestro de maestros, pupilo del gran Benito Prieto y hermano del dibujante y humorista Mesamadero se ha marchado tras una severa enfermedad respiratoriaIDEAL
Granada
Jueves, 18 de junio 2020, 00:59
El escritor Chateaubriand afirmaba que Granada era el último asilo de la vida cansada. Puede que haya ciudades más grandes, más bellas, con más monumentos, museos, cafés bohemios y paisajes para el amor, pero no existe ninguna que acoja mejor a un alma necesitada de reposo que la nuestra. Belleza, gracia y destellos serenos: Granada como universo. Estos conceptos han servido para que multitud de artistas de fuera y autóctonos hayan sentido una atracción especial por su paisaje. La pintura es una forma de vida, una guía, un destino, y a través de ese arte muchos consiguen la felicidad o hacer de sus penas una obra de arte.
Mario Vargas Llosa defiende que escribir es un acto de rebelión contra la realidad. Pintar, en cierta manera, también. Pero en el caso de Juan José Mesa Madero, su forma de entender la pintura era una forma serena de recrear la realidad, de hacerla más bella. Sus acuarelas, por ejemplo, evocaban con serena melancolía el arte que subyacía oculta bajo la realidad.
¿Para qué sirve el arte? En el caso de Juan José, servía para hacer más felices a los demás, a los que iban a sus exposiciones y a las personas cuyo trabajo regalaba simplemente por simpatía o por una generosidad que nació con él. Su carta de presentación como ser humano era regalar una acuarela, un boceto, un óleo. Pintar era su forma de amar la vida.
Nos ha dejado Juan José Mesa Madero, humilde maestro de maestros, pupilo del gran Benito Prieto y hermano de nuestro dibujante y humorista Mesamadero. Una severa enfermedad respiratoria nos ha privado de su arte y de su excepcional persona.
Juan José era un enamorado de Granada desde muy pequeño, se conocía todos sus lugares y su forma de amarlos era recrearlos en un lienzo. Nunca presumió de su innato talento y se fue joven, como casi todos los genios, pero en plena madurez artística. Los que lo conocimos disfrutamos de su pintura y también de un espíritu bueno que de seguro aún sigue recorriendo su Albaicín querido como una oración de caminante. Hasta siempre, Juan José.
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