«Soy actriz y la mejor actuación de mi vida la vio una persona»
Cristina Carrascosa, artista polifacética, interpreta a pacientes y familiares de enfermos en las aulas de la Facultad de Medicina de la UGR para que los estudiantes se enfrenten a casos 'reales'
La joven espera en la consulta de atención primaria. Está tranquila. Ha venido a acompañar a su madre, que lleva unas semanas quejándose de un «insistente» dolor de cabeza. El doctor entra, saluda a la joven y se presenta. «Tengo una mala noticia», le advierte el sanitario. «Le hemos hecho un escáner cerebral a su madre y hemos encontrado un tumor. Es terminal». La joven no entiende nada y pregunta por la quimioterapia o la radioterapia o cualquier otra vía para superarlo. No puede aceptar la bomba, no, es inaceptable. El médico le sostiene la mano y le dice que lo siente, pero que ya es demasiado tarde. Ella llora y pregunta: «¿Y ahora qué? ¿Ahora qué? ¿Qué le diremos a ella?». El doctor sale de la sala. Ella respira hondo, borra todo rastro de lágrimas y cruza las piernas a esperar al próximo doctor. Está tranquila.
«Y así con 250 alumnos durante cuatro días». Cristina Carrascosa Vega (Granada, 1984) sonríe y resopla al mismo tiempo, en su estudio de trabajo. «Era mañana y tarde: pim, pum, pam. Reproduje 250 veces la mala noticia de que mi madre se moría. ¿Sabes lo duro que es eso? Y con cada alumno, con cada futuro médico, empezaba de cero e interpretaba el papel según actuara él. Es todo un acto de responsabilidad». Carrascosa es una artista total y polifacética: pinta, escribe, dirige, da clases de regiduría de teatro en Curva Polar y, claro, actúa. A ella la pueden ver numerosos cortometrajes y obras de teatro, o todas las semanas en la casa de Frasquita Alba, en Valderrubio, donde interpreta a Martirio en esa maravillosa experiencia inmersiva. «Llevamos ocho años haciendo las visitas teatralizadas en la casa de Bernarda alba. Es una experiencia increíble».
«Reproduje 250 veces la mala noticia de que mi madre se moría. ¿Sabes lo duro que es eso?»
Entre medias, Carrascosa es una de las pocas –poquísimas– actrices de Granada que se mete en la piel de pacientes y familiares de enfermos para que los estudiantes de la Facultad de Medicina de la UGR se enfrenten a casos 'de verdad'. Son los conocidos como ECOE: Examen Clínico Objetivo Estructurado. «Es una pasada –asegura Carrascosa–. Los impulsó Nicolás Mendoza hace 16 años y son exactamente eso: exámenes o pruebas para que los alumnos demuestren que han aprendido lo que han visto en clase». Casos clínicos que versan sobre enfermedades de transmisión sexual, cáncer, detección del maltrato, interrupción voluntaria del embarazo o personas que llevan años intentando tener un hijo y no lo consiguen, entre otras temáticas.
«Nos dan un caso y nos cuentan la historia. A partir de ahí, construimos un personaje que actúa sin guion, es decir, según las palabras, los gestos y las decisiones del futuro médico. Nosotros evaluamos la empatía, la humanidad, la cercanía y la parte clínica. Es muy difícil». Se pueden imaginar que en esas sesiones pasa de todo: desde alumnos con una gran capacidad para reaccionar y ponerse en la piel del paciente, hasta otros que se ponen nerviosos y no son capaces de articular un discurso o hasta comunican mal un diagnóstico. «Es una sesión muy dura. La mayoría de los futuros médicos no están preparados… Creo que todos aprenden».
«Si puedo ayudar a mejorar a los médicos del futuro, es un regalo. ¿Qué puede haber más honesto?»
Uno de los últimos casos que realizó fue en el área de Ginecología, sobre interrupción voluntaria del embarazo. «Es un tema muy complicado porque genera un diálogo entre los objetores de conciencia, la legalidad y la asistencia sanitaria pública que debe estar en la consulta médica». Y añade: «Si puedo ayudar a mejorar a los médicos del futuro, es un regalo. ¿Qué puede haber más honesto?».
Una mirada propia
Cristina Carrascosa ha creado Harte Estudio. «La hache es por 'honesto'», señala. ¿Y qué es arte honesto? Un estilo y una forma de afrontar la tarea artística basada en su propia experiencia. «El arte honesto es consecuencia directa de la mirada exploradora de una persona que está hambrienta de formarse de todo, de observar todo, de afinar la mirada y prestar atención al comportamiento humano». La granadina comenzó su carrera en la música, estudiando violín en el Conservatorio Victoria Eugenia. Luego vino el baile –tuvo una beca en Londres–, el arte dramática y el máster en Regiduría. «Y ahora estoy haciendo la carrera de Bellas Artes, pero por puro gusto».
En los últimos días, Carrascosa ha actuado en un corto, dirigido y protagonizado una obra de teatro, interpretado a Martirio en 'La casa de Bernarda Alba', ha pintado un cuadro, ha dado clases de regiduría en Curva Polar y hasta ha dado un curso intensivo de 'creación honesta' en Marruecos. «Yo vivo 24/7 para el arte, pero eso no significa producir arte constantemente, sino una manera de estar. Luego todo eso que llevas dentro, sale disparado en un lienzo, en un escenario… o en una clase de la facultad de Medicina».
De todos los casos a los que se ha enfrentado Carrascosa en la facultad de Medicina, recuerda especialmente aquellos cuatro días frente a 250 alumnos. «Fíjate, soy actriz y la mejor actuación de mi vida la ha visto una persona. Una detrás de otra. No hay carteles que te anuncien, no puedes invitar a tus amigos y familiares, no hay aplausos al final… Y, sin embargo, es una experiencia profundamente rica. La mayor muestra posible del arte honesto».
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