Granada femenino
Lula y Lauri, eternas de la lucha nazaríLa actual capitana repasa su trayectoria como la rojiblanca con más partidos de la sección junto a la antigua líder del equipo, segunda en el ránking
El sacrificio y el no darse nunca por vencido construyen el lema de la eterna lucha, la forma de vida por antonomasia del Granada. Toda una actitud con la que afrontar la vida resumida en apenas dos palabras, las mismas que los nombres de sus principales exponentes en la sección femenina: Lula y Lauri.
La primera ostentaba orgullosa hasta el pasado domingo el honor de ser la futbolista del Femenino con más partidos oficiales disputados. La mediocentro y antigua capitana del equipo llegó a acumular la friolera de 339 encuentros en un total de quince campañas como nazarí, dos menos que su actual sucesora. Lauri Requena alcanzó con la última visita al Barcelona la cifra de 340, todo un hito del que saca pecho con conocimiento de causa.
«Se trata de algo que me brinda una mezcla de responsabilidad, orgullo... Sobre todo, mucha emoción. Llegué hace muchos años aquí y he compartido mucho con todas compañeras. Lo que soy hoy es gracias a lo que ellas me transmitieron en su día», aborda con la humildad que le caracteriza la '10' rojiblanca a la hora de echar la vista atrás en mitad de una charla con IDEAL en la Ciudad Deportiva.
A lo largo de trece temporadas, la delantera –ahora casi más mediapunta– vivió todo tipo de situaciones en el club. No siempre el fútbol femenino se rodeó del halo de la profesionalidad. «Salíamos de trabajar y nos íbamos a entrenar a las diez. No de la mañana, precisamente. Y hasta cerca de la medianoche. Había que dejar cosas de lado, cuidarte por tu cuenta... Ese sacrificio siempre existió. Ahora estamos recogiendo los frutos de lo que sembraron las jugadoras del pasado, las que abrieron camino», rememora Lauri, que cita a Lula Amaro entre esas pioneras.
«Superarla a ella le da más valor si cabe a mi logro. Lula define el escudo del Granada, de cuando no había tantos recursos y tocaba arrimar el hombro. Me inculcó la eterna lucha. Le debemos todo el éxito que atraviesa la sección ahora. También a Elo, Urre, Amy... Personas que se dejaron el alma durante sus años en la plantilla. Que no hayan podido disfrutar de las mejoras que se fueron implantando es una espinita que tengo clavada», valora.
De repente, las puertas que dan a los terrenos de juego de la instalación se abren de par en par para recibir a la veterana. Sorpresa. «Ya decía yo... Me extrañó verte por aquí a la hora de comer», le espeta la capitana antes de fundirse en un abrazo. «Más que compañera, Lauri es mi amiga. Tenemos relación después de tantos cursos juntas. Hemos reído, llorado... Hasta discutido, lo que servía para encontrar el equilibrio y darle estabilidad al vestuario», aclara tras unirse a la conversación.
Ambas coincidieron entre 2013 y 2019, la fase de mayor transformación del Femenino ascenso mediante. «Ella fichó por el Granada para el primer año de Primera. Entonces, teníamos que cuadrarnos con nuestro otro trabajo para poder entrenar, hacer los viajes, competir... Siempre digo que yo era futbolista y fisioterapeuta, aunque la segunda actividad estuviese mucho mejor remunerada. No podíamos vivir de nuestra carrera deportiva, pero nos encantaba igualmente. Era nuestra pasión», explica Lula.
«A día de hoy, las niñas más jovencitas se mueven más por el interés de la profesionalización, lo económico… Supone un gran avance, por supuesto. Antes, únicamente te interesaba el grupo que se formaba en los equipos. Eso generaba un sentimiento de pertenencia que todavía persiste en este Granada. Referentes como Lula se lo inculcaron a jugadoras actuales como Laura Pérez, Alba Pérez, Cristina Postigo... Hay que seguir manteniéndolo», apostilla Lauri.
Referentes
Dicha sensación también tiene su efecto entre la afición. La capitana del Granada es una de las más reclamadas tras los partidos en la pertinente ronda de selfis y autógrafos a manos de los hinchas más pequeños y los que no lo son tanto. «Ahora vas a los estadios y te conocen. Gritan tu nombre, juegan contigo en los videojuegos, apareces en los cromos y en las galletas... Hemos pasado a ser referentes, por lo que tenemos una responsabilidad. Intento transmitírselo al resto y por eso doy el máximo. Las compañeras ven a la capitana apretar y acaban haciendo lo mismo», destaca.
Su argumentación lleva la voz de la sabiduría, algo que se le atribuye a sus 35 años. Un hecho que, lejos de jugarle una mala pasada sobre el verde, refuerza su rol dentro del vestuario. «No sé lo que me queda, no lo hablo ni con mi madre. En la balanza del fútbol, de momento prevalece lo positivo. El día que vea que todo me cuesta, pensaré en retirarme. Espero que haya Lauri para rato y si alguien me tiene que superar, me gustaría que fuese Laura Pérez. Es granadina e igual o más relevante en el club. Marcó el primer gol del Femenino en Los Cármenes. Ojalá consiga muchas más cosas», expresa.
La conversación revela la complicidad de Lauri con Lula, siempre con buenas palabras por dedicarse la una a la otra, dos granadinistas de pura cepa con total deportividad. «Para mí, formar parte de cualquier ránking con Lauri supone un orgullo. Ha hecho muchísimo por el equipo. Tanto en el campo, que lo veis todos los fines de semana, como fuera. Sé de buena tinta cuánto ha sacrificado en lo personal en pro del colectivo. Si hay alguien que deba tener más partidos aquí, que sea a ella», expone la exjugadora, que va más allá.
«Podríamos definirla sin problema como la mejor futbolista que ha tenido el Femenino en su historia. Al club han venido chicas con calidad, con físico, con carisma, pero Lauri ha sido la más constante en el tiempo, la que se ha sabido mantener más al más alto nivel», sentencia Lula, la referente de toda una generación. Su relevo ya ejerce.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión