La Zona de Bajas Emisiones, un respiro para la mejora de la calidad del aire en Granada y su cinturón metropolitano
Se trata de la respuesta a la normativa Europea para combatir el cambio climático y los riesgos de salud asociados a la contaminación del aire
Miércoles, 8 de octubre 2025, 00:06
Granada estrenó el 1 de octubre de 2025 la implantación completa de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) que transformará la manera en la que ... muchos vecinos del área metropolitana se relacionan con la capital. Y aunque estos cambios traen consigo nuevos retos, hay que tener en cuenta que la medida nace como una obligación marcada por la Ley 7/2021 de Cambio Climático y por la legislación europea, que exige a las ciudades con más de 50.000 habitantes limitar el acceso de los vehículos más contaminantes.
Para hacer frente a esta obligatoriedad, el Ayuntamiento de Granada ha diseñado un perímetro que engloba la mayor parte del núcleo urbano, de unos 23,5 kilómetros cuadrados, con límites que coinciden con las principales rotondas de la circunvalación y accesos desde la autovía.
Una mejor calidad de aire para Granada y su periferia
La ubicación de la ciudad explica buena parte de sus problemas de contaminación, ya que Granada se asienta en una depresión rodeada de montañas, lo que provoca frecuentes episodios de inversión térmica: el aire frío queda atrapado en el valle y las emisiones de tráfico y calefacciones permanecen en suspensión. En barrios densos y calles estrechas, esta acumulación de dióxido de nitrógeno y partículas finas alcanza niveles que superan los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud. Aunque esta contaminación atmosférica, que tiene su principal foco en el centro de la ciudad, no entiende de fronteras municipales ni afecta solo a la capital y a quienes residen o trabajan en ella, sino que muchos municipios del cinturón metropolitano como Maracena, Armilla, Albolote o La Zubia respiran a diario este mismo aire contaminado.
Así, las medidas establecidas con la ZBE no solo mejorarán la calidad del aire para los residentes en Granada, sino también para todas las personas que acudan a la ciudad con frecuencia o vivan en alguno de los distintos municipios que se encuentran en la periferia y que, además, cuentan también con niveles de polución preocupantes.
Límites y control de accesos
El nuevo régimen de acceso se basa en dos cuestiones fundamentales. En primer lugar, si el vehículo está censado en capital, no tendrá ninguna restricción para entrar en la ZBE. En segundo lugar, cualquier vehículo que cuente con un distintivo ambiental B, C, ECO o Cero también podrá acceder a la ZBE independiente de dónde tenga su domicilio fiscal. De esta manera, los vehículos sin distintivo, que son los más antiguos y contaminantes (de gasolina matriculados antes de 2001 y diésel anteriores a 2006), tendrán restringida la entrada salvo que se acojan a alguna de las múltiples excepciones previstas.
El control de acceso a la ZBE se llevará a cabo mediante cámaras lectoras de matrículas instaladas en los puntos de acceso que permitirán verificar de manera automática qué coches pueden o no atravesar la barrera invisible de la ZBE.
Ahora bien, el Ayuntamiento ha previsto un sistema de autorizaciones para quienes, sin residir en Granada, necesiten acceder a la ciudad por motivos laborales, médicos, personales o de ocio. También se contemplan excepciones para el transporte público, los servicios de emergencia, los vehículos de personas con movilidad reducida o los repartos imprescindibles para el comercio local. La clave está en solicitar la autorización a través del portal municipal, lo que permitirá compatibilizar la reducción de emisiones con las necesidades reales de los ciudadanos de su cinturón. Toda la información está disponible en la web de movilidad del Ayuntamiento de Granada.
Alternativas para seguir viniendo a Granada
Para quienes quieran evitar trámites o prefieran opciones más sostenibles, el proyecto incorpora un refuerzo del transporte metropolitano. El metro de Granada y las líneas de autobuses interurbanos se convierten en protagonistas de la movilidad diaria. Estas opciones están respaldadas por una red de más de 35 parkings públicos en la ciudad a los que se puede acceder con cualquier tipo de vehículo, siempre que se estacione al menos durante una hora. A esto se suman los distintos aparcamientos ubicados en las zonas limítrofes a la ZBE, que facilitan dejar el coche en las afueras y continuar el trayecto a pie o en transporte público.
La medida, en definitiva, persigue mejorar la salud de todos. Menos dióxido de nitrógeno significa menos crisis asmáticas y menos enfermedades respiratorias crónicas, mientras que la reducción del tráfico se traducirá también en un descenso del ruido y un espacio público más amable. Con todo esto, Granada y su área metropolitana se enfrentan a un reto común: cambiar hábitos de movilidad para respirar un aire más limpio y asegurar que el desarrollo económico y social no esté reñido con la sostenibilidad ambiental.
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